El Museo Marítimo abordará las filtraciones de agua y abrirá el edificio al entorno
La reforma incluye una nueva construcción de la cubierta, el cerramiento exterior de la segunda planta y la creación de una terraza pública, con futura área de restauración
Solucionar las patologías que presenta el edificio, acondicionar los espacios interiores de la segunda planta y la creación de una terraza publica, con futura zona ... para hostelería, constituyen los objetivos del proyecto de reforma del Museo Marítimo del Cantábrico (MMC). La iniciativa de Vicepresidencia/Cultura del Gobierno de Cantabria fue anunciada el pasado año en el contexto del cuarenta aniversario del Museo ubicado en el frente marítimo, en un edificio originalmente construido junto al que ocupa el Instituto de Oceanografía, entre los años 1975 y 1978, por los arquitectos Vicente Roig Forner y Ángel Hernández Morales.
Los nuevos trabajos tienen un coste de 1,2 millones de euros y un plazo de ejecución de siete meses. El inmueble, situado en la Avenida Severiano Ballesteros, presenta «fuertes patologías derivadas de filtraciones de agua a través de la cubierta». Los daños, según un informe elaborado con motivo de la reforma, «requieren de actuación lo antes posible. La situación concreta debido al ambiente salino donde se ubica el museo no hace sino agravar el riesgo de deterioro». En este sentido, se han iniciado los trámites «para la declaración de emergencia, para solventar de la forma más eficaz estas filtraciones y entradas de agua, según el proyecto ya redactado, estando a la espera y en contacto permanente con el Ayuntamiento de Santander, para tener la licencia que nos permita solventar esta situación en el menor tiempo posible».
Asimismo, se hizo necesario previamente corregir las deficiencias de tramitación legal del pasado y adecuarse a la actual situación urbanística. La parcela en la que se emplaza el MMC, contemplada como suelo urbano, está afectada, entre otras, por las limitaciones que se derivan del Plan Especial de El Sardinero, al que remite el vigente PGOU de Santander, así como por las determinaciones del Plan Especial del Puerto y la legislación de Costas. Además, la ampliación acometida en su día en el museo «no se ejecutó al amparo de licencia municipal alguna y la actual situación urbanística exige la adecuación del marco legal para el correcto amparo de la rehabilitación».
Dado el tipo de daños, se han iniciado los trámites para la declaración de emergencia, a la espera de la licencia que permita solventar la situación
Ha sido necesaria, por ello, la redacción y tramitación de un documento urbanístico que posibilita la Modificación Puntual del PGOU de Santander, «que supone la adecuación de uso y volumen construido» y que hace efectiva la ejecución de las nuevas obras de la cubierta. A falta del paso final para la obtención de la licencia municipal, la previsión es que las obras, no obstante, se inicien próximamente.
Las tres actuaciones citadas tienen como objetivo final abrir el edificio al paisaje de la bahía santanderina mediante la adecuación de la terraza exterior para uso público. Por otra parte, se busca vincular los espacios interiores del actual local destinado a restauración con los espacios exteriores y terrazas que se generan alrededor, «volcándolo hacia las privilegiadas vistas de la bahía y generando un amplio espacio funcional y de ocio». El vicepresidente y consejero Pablo Zuloaga anunció el pasado año que se pretendía la construcción de un medusario, un nuevo laboratorio de cría y la puesta en marcha de un proyecto de repoblamiento de la planta acuática zostera».
Adaptación
Entre 2001 y 2004 el edificio destinado a museo fue reformado y ampliado, según proyecto del arquitecto José María Páez. El proyecto contemplaba tres fases, de las que únicamente se ejecutaron dos. La tercera consistía en la construcción de «una tenso-estructura que cubriera todo el edificio -original y ampliado- a modo de vela sujeta por mástiles metálicos». El planteamiento del nuevo proyecto es «amoldarse de la forma más lógica posible a la morfología del inmueble, «reemplazando los elementos cuyo estado de deterioro o incompatibilidad hacen necesaria su sustitución», más la búsqueda en todo momento de que las intervenciones proyectadas se fundamenten en el «respeto por la construcción original y la integración en el entorno construido a través de la elección de materiales y acabados, y abran la infraestructura cultural al paisaje, vinculándolos por medio de los espacios exteriores y de las vistas desde el interior».
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