El nuevo tren entre Santander y Bilbao no partirá, como pronto, «hasta 2040»
Los expertos reconocen la dificultad de una obra que el Gobierno Vasco considera un paso «muy importante» en las relaciones comerciales entre ambas autonomías
El nuevo tren que comunicará Santander y Bilbao en una hora y tres minutos de reloj no efectuará su primera salida hasta el año ... 2040 como pronto. Al menos eso creen los expertos, que destacan la enorme complejidad de una obra que se encuentra todavía en fase embrionaria y que, en cuanto esté operativa, podría soportar el peso anual de cerca de 2,5 millones de viajeros y 20 millones de toneladas de mercancías.
Partiendo de la base de que el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana «no ha divulgado suficiente información en relación con este proyecto», el decano del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, Ezequiel San Emeterio, recuerda que los tiempos de ejecución de una obra dependen de las tramitaciones administrativas. Principalmente de las ambientales, que, por garantistas, requieren de plazos largos y exigentes. «Estamos hablando de no menos de 18 ó 20 años. Eso como poco. Podría alargarse aún algo más», advierte el experto, que insiste: «Los plazos los marcan los trámites burocráticos».
Si bien el proyecto anunciado «no tiene por qué entrañar mayor dificultad técnica que otros», San Emeterio sí reconoce que «las peculiaridades orográficas de la región» van a obstaculizar la ejecución de una obra que sería más sencilla en suelo llano, «donde no hay que salvar tantos accidentes geográficos». Para él, «aún existiendo puntos complicados en ese proyecto, la complejidad de la obra se encuentra en su conjunto, o sea, en los 100 kilómetros de recorrido».
Y más que dificultar el proyecto, lo que las características orográficas de la región van a hacer es encarecerlo.
De acuerdo con las cifras facilitadas este jueves por la ministra Raquel Sánchez, la nueva línea del tren de Santander a Bilbao costará entre 2.025 y 2.193 millones de euros, dependiendo del trazado por el que finalmente se decante, si por el que efectuaría paradas en Colindres y Castro Urdiales con una duración de una hora y tres minutos, o por el que únicamente se detiene en la localidad castreña arañándole cinco minutos al reloj.
«Es un presupuesto realista», dice el decano de los ingenieros. «Estamos en Cantabria. Aquí cualquier obra lineal se lleva a cabo a base de túneles y de viaductos y eso resulta realmente caro. El kilómetro de ferrocarril nos sale aquí, en Cantabria, más caro de lo que pueda salir en cualquier otro lugar de España».
Colegio de Ingenieros
Ezequiel S. Emeterio
«Los plazos los marcan los trámites burocráticos. Estamos hablando de 18 ó 20 años. Eso, como poco».
Consejero de Obras Públicas
José Luis Gochicoa
«Hasta que la obra llegue a Castro Urdiales, que es uno de los objetivos, mínimo el año 2035».
Consejero vasco de Transportes
Iñaki Arriola
«Esta línea supone una mejora sustancial de las comunicaciones entre Cantabria y Euskadi»
Comité de empresa de Renfe
Manuel Cortínez
«Todos los proyectos son viables sobre una maqueta, pero luego hay que verlos».
Además, a su manera de ver, «el coste de una obra no se puede medir en millones de euros» sino en prestación de servicios. ¿Necesita Santander estar conectada con Bilbao a una hora de ferrocarril o puede plantearse cualquier otro medio de transporte? ¿Qué perseguimos con esta obra? ¿Va más allá de que la gente se acerque a Bilbao a trabajar o a hacer sus compras?», pregunta. «Habiendo perdido la ocasión de entrar al Corredor del Atlántico, tener ahora la oportunidad de facilitar la circulación con Bilbao tanto de pasajeros como de mercancías a través de esta otra vía, con lo que ello supone para el crecimiento del Puerto de Santander, que es uno de los motores económicos de la región, a mí me parece muy importante», concluye San Emeterio.
Los plazos que el decano maneja no difieren de los que tiene en su mente José Luis Gochicoa, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos y consejero de Obras Públicas, Ordenación del Territorio y Urbanismo.
«El problema no es lo que se tarda en efectuar la obra, sino lo que se tarda en conseguir los trámites necesarios para hacerla», coincide Gochicoa. «Estamos hablando de años, evidentemente». «Como mínimo, unos quince». Ese es el tiempo que el consejero estima que podría llevar hacer la obra hasta Castro Urdiales, clave del proyecto.
Rentabilidad
«El Ministerio entiende que la rentabilidad de este proyecto se adquiere fundamentalmente con la parada en Castro Urdiales», dado el flujo constante de pasajeros existente entre esta localidad y Bilbao y el trasiego de mercancías desde Santander. «Estamos hablando de un tráfico de 2,5 millones de viajeros y de más de 20 millones de toneladas de mercancías al año».
Con todo, el consejero recalca: «Hasta que la obra llegue a Castro Urdiales, que es uno de los primeros objetivos, mínimo 2035. Hasta que llegue a Bilbao, 2040». Eso, claro está, yendo las cosas «muy bien».
Ya como ingeniero, Gochicoa se refiere a la nueva línea de tren como «una obra sin duda compleja» técnicamente hablando. «Las pendientes máximas que permite un tren de mercancías se limitan a un 1,5% y, en ese sentido, todos sabemos que la orografía de Cantabria es la que es», precisa el consejero, que recuerda que las comunicaciones terrestres de la región están llenas de túneles y viaductos».
Con o sin parada en Laredo
La ministra de Transportes, la socialista Raquel Sánchez, se presentó el jueves en Santander con las dos alternativas que su departamento cree que existen para llevar a cabo la construcción de la nueva línea de tren que, en el futuro, unirá Santander y Bilbao.
De acuerdo con el proyecto, la primera, que en su inicio discurriría paralela a la línea actual y al norte de Peña Cabarga, incluiría dos paradas, una primera en Colindres y otra segunda en Castro Urdiales. La duración del trayecto sería de una hora y tres minutos, esto es, dos horas menos de lo que tarda el tren actual, y la obra costaría 2.025 millones de euros.
Y la segunda, que avanzaría por el norte de Peña Cabarga aunque, a diferencia de la otra, lo haría más por el interior, contempla una única parada a efectuar en Castro Urdiales. La duración del trayecto sería inferior, 58 minutos escasos, cinco menos que la alternativa, y, al contrario que esta, el coste a pagar sería mayor, 2.193 millones de euros, es decir, 168 más.
Relaciones
Más alejado de los tecnicismos, el consejero del Departamento de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes del Gobierno Vasco, Iñaki Arriola López, afirma que este proyecto ferroviario «va a suponer una mejora sustancial de las comunicaciones entre Cantabria y Euskadi, que, además, va a cristalizar en el ámbito de la sostenibilidad». Para él, «es un paso muy importante que en el futuro va a acercar todavía más a nuestras dos comunidades».
En eso coincide también el presidente del comité de empresa de la compañía Renfe en Cantabria, Manuel Cortínez, para quien todo lo que sea conectar Santander y Bilbao en tren en menos de tres horas, que es lo que se viene tardando en la actualidad, es ver un sueño hecho realidad. Con dudas, «porque todos los proyectos son viables sobre una maqueta, pero luego hay que verlos», el ferroviario no se atreve a cuestionar el proyecto de momento: «No soy técnico, no sé si es viable o no, pero si hay empresas que lo ven viable...».
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