Unos pies de madera
Una exposición en Potes repasa la historia del calzado tradicional
Durante siglos, la madera ha sido fundamental para las personas que han vivido en el mundo rural. Para construir las casas, realizar aperos de labranza ... o para fabricar albarcas, zocas o madreñas. De la cabeza a los pies. Literal. Para recordarlo y dar valor, precisamente, al calzado de madera, el Centro de Estudios Lebaniegos de Potes acoge la exposición 'Calzado primitivo de madera. Colección Alberto Geada'. Zoqueiro, madreñero y albarquero, Geada trabaja en las localidades de Alfoz y Mondoñedo (Lugo). Aprendió el oficio de su padre, Secundino, creador de un magnífico museo de madera con calzado primitivo. Es un innovador que ha colaborado con jóvenes diseñadores de moda gallegos, como Manuel Bolaño, que ha llevado sus creaciones a pasarelas de moda. Este verano su trabajo se expone en Liébana.
La exposición estará abierta hasta el próximo 8 de agosto, de 10.00 a 19.00 horas. Es posible gracias a la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, a través de la Fundación Camino Lebaniego, y cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Potes. «Pretende enlazar la cultura gallega y la cántabra a través de los calzados de madera que se muestran en las diferentes vitrinas, y que he seleccionado de mi colección particular», explica el protagonista. Es, en resumen, un homenaje a todo ese calzado tradicional de madera de las localidades del norte de España.
Alberto Geada, protagonista de la muestra, es un artesano que ha sabido innovar en el oficio
Hay paneles explicativos junto a las herramientas con su nombre. Las que se utilizan para elaborar tanto las albarcas como las zocas. Además, se rinde homenaje a Juan Antonio Cires, el último albarquero lebaniego, nacido en el año 1931 en la localidad de Lamedo (Cabezón de Liébana) y que aprendió el oficio de su padre, Pablo. Eso dio para un momento emotivo, porque Cires estuvo en la inauguración de la muestra con su familia, y acompañado además por los también albarqueros Hilario González (de la localidad de La Fuente) y José García (de Merodio).
Geada hace un recorrido por las zocas gallegas, mostrando la galocha, una fusión de la zoca y la madreña, de la comarca de los Oscos. O la zoca chinera, de Castroverde. O la de punta de Castro de Ouro. Incluso, una zoca de bebé. El autor también homenajea en un panel a su padre con una fotografía vendiendo zocas en la plaza de la catedral de Mondoñedo. Secundino fue una de las primeras personas en tener una fábrica en su zona para elaborarlas, donde llegó a haber hasta 16.
En otro de los paneles aparecen las albarcas de Cantabria, como las carmoniegas, la cabuérniga o una lebaniega con clavos, de Pablo Cires, de inicios del XIX. También el principio de elaboración de albarcas y zocas con los tarugos. Hay piezas de colección, tanto de España como del extranjero, como unos zocos albarqueros del bajo Aragón, un esclaut (del valle de Arán) con protección en el empeine o las zocas gallegas de zapato, para ir a fiestas o romerías. Con ellas, el 'Nalins' turco para ir a la sauna o la 'geta' japonesa son piezas relevantes adquiridas por Geada. Y más. Un 'sabut' de la zona de Burdeos, por ejemplo, que se utilizaba en las vendimias y que llevaba acoplado una especie de herradura para, con ayuda de un palo, marcar las distancias entre cepas.
Tecnología
En un lugar destacado se expone la primera albarca electrosonora del mundo, que Alberto ha creado para la colección transformando un calzado de madera en un componente electrónico parecido al violín. Otras piezas aparecen al fondo de la sala, como la zoca patín, la galera galocha o las zocas pintadas, una de ellas con la bandera nacional.
Un viaje. Tanto que en Liébana (como en Galicia, claro) no falta el zoqueiro peregrino con su bicicleta antigua y el atuendo de peregrinaje.
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