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«¿Dónde están los políticos? No ha venido nadie a dar un mensaje de tranquilidad»
Hosteleros, vecinos y comerciantes de la calle Nicolás Salmerón lamentan que ninguna autoridad les haya dado su apoyo
Desde que saltó la noticia de que había un rebrote de coronavirus en el barrio Castilla-Hermida de Santander han pasado por allí todo tipo ... de personas: agentes de la Policía Nacional, vecinos, familiares, periodistas, repartidores y curiosos. Sin embargo, ni rastro de políticos. En una situación tan delicada, con decenas de personas encerradas en sus viviendas y un cordón policial que repele a los clientes de los comercios cercanos, muchos echan en falta unas palabras de aliento y un mensaje de tranquilidad por parte de quienes gobiernan. Algunos lo han hecho a través de los medios de comunicación o de las redes sociales, pero ninguno se ha desplazado hasta el número 4 de Nicolás Salmerón. «¿Dónde están los políticos? No ha venido nadie a dar un mensaje de tranquilidad», lamenta el propietario del bar El moro, Enrique Pazos.
«Si no vienen, por algo será». Pazos ha escuchado esta frase más de un vez en los últimos días. Los clientes que siguen acudiendo al bar -«Muchos menos que antes», asegura- califican de «sospechoso» que ni la alcaldesa, ni ningún concejal ni nadie del Gobierno regional se haya dejado caer por allí. «Produce desconfianza que no vengan. Si no han hecho nada malo, el rebrote está controlado dentro del edificio, ¿por qué no dan la cara? Nadie va a criticar su gestión», considera el hostelero, quien comprende las medidas tomadas menos cuando ve la caja.
De puertas para adentro, los vecinos también se preguntan dónde están los políticos. «Lo hemos comentado, parece que algunos sólo salen para lo bueno y se esconden para lo malo», apunta Tomás Pérez, confinado en el piso de su hermana de 94 años para poder ayudarla. «La alcaldesa ha hablado desde el Ayuntamiento, pero de acercarse por aquí nada». Al igual que otros residentes del inmueble, se ha puesto en contacto con el Consistorio para saber cómo puede recibir alimentos en el portal. «No quiero que me los den, quiero pagarlos igual que cuando voy al supermercado», aclara. Aunque todavía tienen reservas, necesitaba productos frescos, como fruta, y medicamentos. «Por suerte, podemos pedirlo a la frutería y a la farmacia que hay debajo, que nos lo dejan en la entrada y bajamos a por ello», añade.
Los test de covid-19 se volverán a repetir entre los vecinos del edificio para conocer la evolución entre los afectados
Si el cliente no va a la tienda, la tienda va al cliente. En la frutería Gama no les ha quedado otra que buscar alternativas. La propietaria, Sandra Robayo, ha visto mermadas sus ventas desde que se supo que el rebrote estaba en el edificio de al lado. Y sus productos no pueden esperar. «La fruta se pone mala enseguida, estamos llevando mercancía a otras tiendas para que no se pierdan». También ha colocado un cartel en el portal precintado con el número de teléfono del negocio para que los vecinos le hagan pedidos. Sin embargo, «no es suficiente». «He llamado al Ayuntamiento y a la Consejería de Sanidad para pedirles que vengan y den un mensaje tranquilizador, pero nada. Me dijeron que en ese momento estaban reunidos», lamenta la mujer, que abrió la tienda hace pocos meses y ha encadenado un confinamiento con otro.
Pilar González, vecina del inmueble, de 85 años, cuenta que le han llamado desde el Consistorio para preguntarle si necesita algo. «Venir no han venido, me han ofrecido traer comida hasta el portal, pero yo necesitaría que me lo subieran porque me muevo con una muleta y no es fácil. Traerme la compra, por suerte, me la puede traer mi hijo».
«Llamé al Ayuntamiento y a la Consejería de Sanidad para pedirles que vengan y den un mensaje tranquilizador, pero nada»
Sandra Robayo - Fruterías Gama
«La gente echa en falta ese mensaje oficial que dé seguridad. Es dar un paseo por la calle y decir cuatro cosas, ya está»
Enrique Pazos -Bar El Moro
«Lo hemos comentado, parece que algunos políticos sólo salen para lo bueno y se esconden para lo malo»
Tomás Pérez - Vecino del inmueble
Aunque durante los primeros días tras anunciarse el rebrote había más expectación y la acera frente al edificio se llenaba de curiosos día tras día, la normalidad ha vuelto a la calle. Ahora, la mayoría de gente que pasa por allí lo hace porque es parte de su recorrido. «¿Puedo ir a la farmacia?», preguntaron ayer un par de personas, ya que el cordón policial abarca el portal número 4 y este local. «Por supuesto», respondieron los agentes. Una muestra de que, pasada la expectación inicial, la gente vuelve a acercarse a la zona poco a poco.
«Hoy sí se ve más gente, aunque todavía no se ha reflejado en las ventas», dice Robayo. «Todos los accesos están muy controlados y nos parece bien, pero la gente echa en falta ese mensaje oficial que dé tranquilidad y seguridad. Es dar un paseo por la calle y decir cuatro cosas, ya está», añade Pazos.
En la expendeduría 41 de Tabacos, ubicada al inicio de la calle Nicolás Salmerón, Pilar Aguilar también cree que una visita de alguna autoridad política sería «positiva» para que los vecinos de la zona estuvieran más tranquilos. «La calle está más limpia que nunca, es la que más se desinfecta. Ahora mismo, es la más segura de Santander. Es importante que se sepa, qué menos que alguien con peso en el Ayuntamiento o el Gobierno venga y lo diga».
Hoy, más test de coronavirus
Tras localizar a finales de la semana pasada 14 positivos en coronavirus entre los 80 residentes del edificio de Nicolás Salmerón, la Consejería de Sanidad va a realizar hoy nuevos análisis a los vecinos para conocer la evolución del contagio. Este «nuevo barrido» permitirá conocer cómo está evolucionando el rebrote, que aún se desconoce cómo se inició. Sí se sabe que los primeros casos que se detectaron fueron a cinco vecinos que viven en uno de los pisos de este edificio y ya, tras realizar las pruebas a todos los demás, se comprobó que otros nueve residentes también estaban contagiados. En principio, los vecinos tendrán que permanecer encerrados en sus casas hasta la próxima semana.
Para conocer si el virus se ha transmitido por las calles de los alrededores, la Consejería de Sanidad también realizó 360 pruebas a residentes de inmuebles anexos al que está en cuarentena y a propietarios y trabajadores de los establecimientos de la calle. Todas esas pruebas dieron negativo en covid-19, una de las claves en las que se apoyan los comerciantes para exigir que se dé un mensaje de tranquilidad para que la gente vuelva a consumir en la zona sin miedo.
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