Milad Majsum
«Nos acusan a todos los musulmanes de ser criminales. Yo llevo aquí cuarenta años y apenas tengo unas pocas multas de tráfico por aparcar mal»
Milad Majsum (Libia, 1961) llegó a Santander en los años 80 con una beca del gobierno de su país para estudiar español mientras se preparaba ... para ser ingeniero náutico. Aquí le acogió en su casa la familia propietaria del Bar Machichaco. «En aquella época no había musulmanes en Cantabria. La gente nos miraba con extrañeza, pero nos integramos muy bien», recuerda. La vida le llevó luego a trabajar en el mar, regresó unos años a su país y, después, volvió a aterrizar en Santander para hacer el doctorado en la UC sobre el diseño de intercambiadores de calor en los barcos. Desde hace más de veinte años es, además, el delegado en Cantabria de la Comisión Islámica de España. Una comunidad, la musulmana, que en la región ya alcanza los 5.500 miembros. En un momento especialmente tenso, con la ultraderecha avivando conflictos con ellos por todo el país, Majsum nos cita en la mezquita del Paseo General Dávila de Santander, abierta en el año 2011.
–¿Ha cambiado mucho el trato a los musulmanes en la región desde que usted vino por primera vez hace cuatro décadas?
–Sí, mucho. Debido al auge de la extrema derecha ha aumentado la xenofobia y nos miran diferente. Los que llegamos hace mucho tiempo lo llevamos mejor, sabemos que no es de corazón, es solo una fachada.
–¿Cree que es solo una moda?
–Sí, lo es. Y me da una pena enorme. Los países árabes, a lo largo de la historia, siempre han apoyado a España. Daba igual que aquí gobernase la derecha o la izquierda. España siempre ha tenido un buen lugar en el corazón de los árabes. Incluso la mayoría de gobernantes han tenido amigos árabes, como el Rey Juan Carlos o José María Aznar, íntimo de Gaddafi. Es una tristeza enorme que ese odio al musulmán haya ido creciendo poco a poco entre la extrema derecha. No lo entiendo, ni siquiera Franco era racista o xenófobo, era nacionalista cristiano, y un cristiano nunca puede ser xenófobo.
–¿Y un musulmán puede serlo?
–Si es un radical, puede ser que sí, pero eso no es lo que reza nuestra religión. Dios dice que todos somos iguales. Si tú temes a Dios y haces el bien, eres mejor que el otro, pero no por una cuestión de raza o por color de la piel. La hermandad no reside en la raza, sino en la religión.
–Pero en España se permiten construir mezquitas y hay libertad religiosa mientras que en muchos países árabes se prohiben las iglesias y los cristianos no pueden ejercer su fe.
–En Egipto hay cristianos, en Líbano hay cristianos, en Siria hay cristianos, en Irak hay cristianos... es verdad que en otros países no hay cristianos originales de allí, pero los miembros de las embajadas, por ejemplo, pueden hacer sus ritos si quieren. Eso de que no se permite es falso. Nunca se ha obligado a nadie a abandonar su religión ni a convertirse al Islam.
–¿Los disturbios en Torre Pacheco (Murcia) han marcado un antes y un después en la convivencia con los musulmanes?
–No creo, siempre han existido disturbios en algún lugar. Lo que no entiendo es que la ultraderecha esté poniendo el foco en los musulmanes. No puedes culpar a toda una comunidad entera solo porque una persona haya cometido un crimen. Hay muchos musulmanes integrados en Torre Pacheco. Creo que el 10% de la población allí son árabes que trabajan en la agricultura. No comprendo por qué esta enemistad, por qué este ataque...
Las frases
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Torrepacheco «No pueden culpar a toda una comunidad entera solo porque una persona haya cometido un crimen»
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Enfrentamiento «Existe un racismo normal y natural entre la gente, y luego otro racismo malo que viene de las instituciones»
–¿Culpa a las redes sociales de que ese odio esté creciendo, sobre todo, entre los jóvenes?
–Parece que los problemas de España vienen de los inmigrantes, y no es verdad. Detrás de todo eso está la mano de la ultraderecha. Y lo curioso es que ni los cristianos, ni los falangistas, ni Franco eran racistas. Entonces, no sé de dónde han sacado esta ideología. Tampoco son nazis, porque los nazis odian a los judíos y estos, sin embargo, les apoyan. No sé, es algo totalmente nuevo. Atacar al Islam es un horror. Atacar la fe de la gente es un horror. Somos una religión que tiene 1.400 años, ¿qué van a hacer ellos para cambiar eso?
–¿Tienen miedo los musulmanes de Cantabria de que gobierne la ultraderecha?
–Hombre, imagínese... Hay un racismo normal y natural, que es el de la gente, pero luego hay un racismo malo, que es el que viene de las instituciones. El primero es de los que piensan que su cultura, su país, su idioma o sus mujeres son mejores que las del resto. Eso es normal. Pero el malo es el de ese concejal de ayuntamiento o consejero de Gobierno que se le ocurre una idea y empieza a sacar leyes que discriminan o atacan.
–Supongo que se refiere a lo sucedido en Jumilla (Murcia), donde Vox y PP gobiernan juntos y han prohibido los actos musulmanes en espacios públicos. ¿Teme que eso pueda extenderse aquí?
–No, eso ha sido algo puntual porque el PP necesita los votos de Vox para aprobar los presupuestos del Ayuntamiento. ¿Qué mal puede hacer una comunidad que solo se reúne dos veces al año? Y ni siquiera hay música, se trata de un rezo silencioso que dura una hora. No hay fiesta, ni banderines, ni molestias de ningún tipo. Nuestros hermanos en Torrelavega también hacen uso de espacios públicos para esos rezos y nunca han tenido ningún problema.
–El Ayuntamiento de Bezana es el único en Cantabria donde gobierna Vox con el PP. ¿Le ha llegado alguna queja de los residentes musulmanes allí?
–No, no, nunca. De momento no ha habido ningún problema.
–¿Ha hablado alguna vez con los dirigentes de Vox Cantabria?
–Me gustaría hacerlo para saber cuál es el problema real, qué es lo que quieren y qué objetivo buscan. Creo que todo este racismo hacia los musulmanes es un montaje destinado a captar votos. ¿Por qué victimizan a los árabes y no a los sudamericanos? ¿Por qué no victimizan a los homosexuales o a las mujeres? Porque todos esos votan en las elecciones. Sin embargo, la inmigración musulmana no tiene voto porque mucha es ilegal. Se meten con los que no pueden defenderse. Y, además, lo hacen con mentiras y manipulaciones. Dicen que el 90% de nosotros cometemos delitos. Yo llevo cuarenta años aquí y apenas tengo unas pocas multas de tráfico por aparcar mal.
–¿Le ha sorprendido que, después de los sucesos de Jumilla y Torre Pacheco, la Conferencia Episcopal haya salido en defensa de los musulmanes y en contra de Vox?
–No, para nada. He tenido muchas conversaciones con curas, algunos de ellos amigos míos, y sé lo que piensan. Como he dicho antes, un cristiano verdadero nunca puede ser racista. Puede proteger su religión, sus doctrinas y sus valores, pero en ningún caso la xenofobia.
–Una de las críticas más extendidas hacia su comunidad es que no intentan integrarse en la cultura española e, incluso, la rechazan pese a vivir aquí.
–Ese es el tema de siempre, lo llevo escuchando desde hace mucho. Pero cuando pregunto qué integración quieren, nadie me lo sabe decir. ¿Cómo quieren que lo hagamos? ¿Que olvidemos nuestra religión y nuestros costumbres? Eso no puede ser. Si la integración es quitar el velo a las mujeres, drogarnos y que nuestras hijas vayan en bikini a la playa, eso no va a ocurrir. Hay un caso de un actor marroquí famosos que vive en Barcelona y al que cogieron borracho conduciendo el coche. Y le preguntaron cómo podía estar en ese estado siendo musulmán. «Es que quiero integrarme», contestó. (Se ríe). Hablando en serio, si la integración consiste en tener amigos españoles, trabajar con ellos o invitarles a nuestra casa, eso ya lo estamos haciendo.
–¿Tampoco ayuda que el Islam sea una religión machista?
–Eso es otra mentira. En mi casa siempre han mandado las mujeres. También nos critican por el uso del hiyab –velo que cubre la cabeza de las mujeres musulmanas–, pero es una costumbre nuestra. En mi casa tengo una enciclopedia en la que salen los vestidos típicos de Europa y todos usaban el pañuelo en la cabeza. El burka es una costumbre exclusiva de una zona de Afganistán y Pakistán, no está generalizado. El Corán lo único que dice es que la mujer debe tapar su pelo. No puede exhibirlo. Ese es el mandato. Si tú quieres seguirlo, perfecto. Si no quieres, coge otro camino. Pero eso no significa que consideremos a la mujer inferior al hombre. Eso es un invento de occidente. El Islam no degrada a la mujer. Habrá familias en que un hombre machista maltrate a su mujer, pero eso no depende de la religión. Eso pasa en España, en Libia o en cualquier país.
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