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Miguel Ángel Revilla y José María Mazón, al fondo, en el barco al que han subido hoy para reclamar al Estado el apoyo a La Pasiega. María Gil Lastra

El PRC sube en barco para reclamar al Estado el apoyo para sacar adelante el polígono de La Pasiega

El presidente Miguel Ángel Revilla y José María Mazón, candidato del partido al Congreso, ponen el foco en la necesidad de la infraestructura para el crecimiento del Puerto de Santander

Álvaro Machín

Santander

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Martes, 23 de abril 2019, 16:16

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Mientras media España discutía ayer con el café de media mañana en la mano sobre vencedores y vencidos en las noches de debate, la caravana del PRC esperaba en el pantalán 'Z' la llegada del 'Régina Décimo'. Los regionalistas volvieron a tirar de efectismo para compensar la falta de plano. No es la primera vez en esta campaña. Sin hueco en los telediarios, imaginación. Hace unas semanas se fotografiaron junto a unos monigotes con la boca cerrada simulando a los diputados de otros partidos hablando del ferrocarril. A los pocos días se subieron al Cercanías en Maliaño. Ayer tocó paseo en barco desde Raos para reivindicar La Pasiega como única salida para garantizar que el Puerto de Santander siga creciendo. «Avanti», gritó Revilla antes de salir en la proa. Alguno, entre bromas, le llamó «Barbarroja».

Hasta José María Mazón se apuntó al tono jocoso de la mañana. «Así voy a subir yo por el Congreso», dijo tras acceder a la embarcación por la escalera que colocaron en el pantalán. «No te quites la bufanda, que te quedan muchos discursos». Revilla y el candidato son estos días como un matrimonio que revive su luna de miel. Ayer se partían de risa con un 'meme' que circula por las redes sociales a costa del pelo que le sobra a uno y le falta al otro.

Bromas aparte, a los dos candidatos siempre les arropa el partido. Tres consejeros (Gochicoa, Martín y Fernández), el candidato en Santander (Fuentes-Pila), el presidente de la Autoridad Portuaria (González), concejales de varios municipios... Casi treinta personas zarparon hasta llegar a un punto con buenas vistas del Puerto. Y allí hablaron. Parados entre el 'Thalatta' o el 'Comet Ace', atracados en Raos 8. Entre los silos de Cementos Alfa y una explanada de vehículos.

Revilla, para situar el asunto, dijo que aún no ha conseguido «superar la indignación» por lo que sucedió «en 1955 con el túnel de La Engaña». Una decisión de «de todos los que no querían que el gran puerto del Norte fuese Santander». «Ahora estamos en una etapa de relanzamiento de este puerto, pero con un problema. No se puede rellenar ya ni un metro más de esta bahía. La expansión tiene que ir hacia fuera y esa expansión la tenemos muy clara los regionalistas: La Pasiega», aseguró antes de poner deberes de revindicación a Mazón y a Rosa Valdés, la candidata al Senado.

Hablaron del PSIR para crear allí un centro logístico, de la conexión necesaria con la autovía y de la construcción de un apartadero de más de un kilómetro para garantizar la conexión ferroviaria. «Necesitamos –explicó Mazón– la colaboración del Gobierno de España. Si tenemos peso, no les va a quedar más remedio, lo mismo que han colaborado con el País Vasco gracias a los votos del PNV, como se puede ver en el Superpuerto de Bilbao. Queremos lo mismo que los vascos. Si ellos lo han conseguido nosotros también podemos». A Valdés le tocó rematar añadiendo que «si queremos una economía competitiva hay que reclamar esta infraestructura».

¿Y cómo está ahora el proyecto? El exconsejero de Obras Públicas aseguró que «el estudio informativo de la carretera –de la unión con las dos autovías en la zona– ha sido sometido a las consultas de medio ambiente y próximamente saldrá a información pública». Sobre el PSIR le tocó responder a Francisco Martín. Se alegró de que «tras los vaivenes» del Ministerio de Fomento, haya «prevalecido el sentido común» y La Pasiega sea «un elemento fundamental». Esos «vaivenes» –de los que culpó a De la Serna– y «la necesidad de modificación del POL hizo que la primera versión de La Pasiega no pasara los filtros básicos». Por eso andan –dijo– redactando una segunda versión «con aproximadamente dos millones de metros cuadrados que se incoporan a la red de polígonos industriales recogidos en el POL en una ley, por lo que ya no hay pega urbanística». Según sus cálculos, en «un año», tendrán «la viabilidad administrativa».

Dijo esto y regresaron a tierra. Mazón, pese a la bufanda, estaba empezando a toser.

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