Tedax, medio siglo sin margen de error
Aniversario. La unidad cumple este 2025 cinco décadas en las que sus especialistas han lidiado, entre otros escenarios, con los peores años del terrorismo de ETA
El despacho de la unidad del grupo de los Tedax-NRBQ (riesgo nuclear, radiológico, biológico y químico) de La Comisaría de La Albericia está plagado ... de explosivos convertidos en reliquias. Son viejos obuses, granadas de mano, y todo tipo de proyectiles desactivados que han ido apareciendo en la región en las últimas décadas –la mayoría usados en la Guerra Civil– y que cuentan la historia de este equipo. También hay fotografías, la mayoría del fatídico 19 de febrero de 1992 en que la banda terrorista ETA perpetró el terrible atentado de La Albericia que costó la vida a tres personas y causó una veintena de heridos. «Este fue, probablemente, el peor momento que hemos vivido aquí», cuenta Juan José Rodríguez, inspector jefe y responsable de la Unidad en Cantabria. Una división de la Policía Nacional que este año celebra su 50 aniversario.
Son ocho agentes los que integran el grupo en la región, el mismo número que compone el resto de las 28 unidades que se reparten por toda España, con excepción de Madrid, donde el número es mayor. En Santander y Torrelavega, donde tienen competencia, hace tiempo que no enfrentan un escenario realmente complicado. Aquellos años difíciles quedaron atrás con la desarticulación de ETA;pero en la memoria quedan los grandes atentados que perpetraron en la región. «El de La Albericia, pero también el coche bomba que reventó el parking de la plaza Alfonso XIII, o la bomba que pusieron en la sede del PP en el hotel Santemar, entre otros», recuerdan todos.
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También hablan de las salidas recurrentes a multitud de escenarios donde con frecuencia saltaba la amenaza de bomba. «Nos conocemos todos los institutos de Cantabria», evocan sobre aquellos tiempos en que la broma era generar alarmas falsas.
A día de hoy las jornadas vienen marcadas por el entrenamiento y por la conservación del equipo. «Nos mantenemos al día porque, aunque lo lógico es que no pase nada, tenemos que estar preparados para lo peor», afirman sobre un trabajo que no permite margen alguno de error. Porque las amenazas pueden ser múltiples, «desde un escape biológico o químico, incluso nuclear, hasta un artefacto explosivo que pueda causar problemas en vete a saber qué contexto», confirman. El día en que se realiza este reportaje toca entrenamiento con el robot utilizado para la desactivación de explosivos y con el traje preparado para trabajar en situaciones de riesgo químico y biológico.
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