«Con el tiempo, cada persona tiene un termostato»
El delegado territorial de la Aemet reconoce que «ahora exigimos una precisión que es imposible en un sistema caótico como es la atmósfera»
Después de 'achicharrarnos', Sergio Fernández González (Palencia, 1987) mira el cielo de un día nublado desde la Delegación de la Aemet en Cantabria. El hombre ... del tiempo es uno de los personajes más buscados en verano. Aquí está.
–Dicen que aquí hay tres tiempos: que haga bueno (que no llueva), malo (que llueva) o de playa. ¿Le encaja?
–Al final, en Meteorología intentamos evitar los términos 'buen tiempo' o 'mal tiempo'. Cada persona tiene un termostato distinto que también depende de la actividad que desempeñemos. El que tiene un huerto o ganado, te va a decir que un par de veces por semana de lluvia le viene bien y viene mal si se nos alargan los días calurosos. Otros van a preferir que esté todo el verano sin llover, pero eso, al final, para Cantabria también sería malo. En el fondo, el buen tiempo de Cantabria es la alternancia entre días soleados, nublados y que llueva. Lo bueno de nuestro clima es eso.
–Venga, mójese (no sé si es la mejor expresión). ¿De cuál vamos a tener más este verano?
–Es complicado. Las predicciones estacionales tienen mucha menos fiabilidad. A 24, 48 y hasta a 72 horas somos bastante precisos. A una semana, podemos ir adelantando bastantes cosas. Y a plazos mayores lo que podemos decir es si se espera que vaya a hacer más calor de lo habitual, más lluvia... En ese sentido lo que están apuntando los modelos, y de momento se está cumpliendo, es que el verano va a ser más cálido de lo habitual. Sobre todo teniendo en cuenta que el Mar Cantábrico ya está más cálido de lo habitual para ser primeros de julio. El mar tiene una inercia térmica potente, que tarda más en enfriarse que las masas de aire. Eso hace probable que tengamos un verano cálido y con bastante humedad, que ya se ha notado con el bochorno de estos días.
–El agua está calentita. ¿El Cantábrico ya no es lo que era?
–También lo dice la gente. Antes casi no se bañaba nadie hasta julio y ahora ya ves en mayo que hay gente que se baña. En un estudio que hemos hecho recientemente veíamos que cada década se ha ido calentando tres décimas el Cantábrico. En treinta años, ya ha subido un grado. Parece poco, pero se va notando.
–¿Cuántas veces le preguntan a lo largo del día cómo va a hacer?
–Muchas. La prensa, en casa, los vecinos... Es inevitable desde que saben a qué te dedicas.
–Su antecesor decía que evitaba decir en el vecindario a qué se dedicaba...
–Para venir aquí, a Cueto, donde está la Delegación, hay pocos caminos. Y pocos trabajos que hacer aquí. Así que ya lo saben.
–A él cuando le detectaron, le preguntaban cada dos por tres en un chat. Alguna pregunta inesperada ya habrá tenido.
–Pues sí, para todo. Cada vecino tiene sus curiosidades. Hace poco, uno que tenía un concurso de pájaros cantores me preguntó cómo iba a hacer el fin de semana del campeonato.
–¿A usted también le ha fallado el tiempo en unas vacaciones?
–No me suele gustar planificar las vacaciones con mucho tiempo. Si lo haces con más de un mes, no sabes cómo va a ser el tiempo. Al final, sobre todo cuando viajas a zonas lejanas como el sudeste asiático, lo que tienes que mirar es cómo es la climatología y evitar las temporada de tifones. O de huracanes en América. Eso es lo fundamental y, más o menos, se sabe a qué destinos no viajar en determinados meses.
–¿Es más de verano o prefiere otra estación?
–En Cantabria se está bien prácticamente todo el año. La temperatura es muy suave en invierno e incluso tienes días de muy buen tiempo. A la primavera le cuesta llegar un poco y la gente hay veces que se desespera, pero hasta que no empieza a coger temperatura el mar sigue siendo la brisa muy fresca... Yo me quedo con el verano y el otoño.
–¿Es de los que lleva paraguas o chubasquero en el coche por si acaso?
–Sí que suele haber algo en el coche, que alguna vez te pilla. En Meteorología trabajamos con probabilidades, así que hay días que sí que estamos seguros de que no va a llover. Pero otros tienes probabilidades del 40 al 70% y no por eso vas a dejar de hacer actividades. Si son fenómenos meteorológicos adversos hay que tener cuidado, pero hay muchos días que te pueden caer cuatro gotas. Con un paraguas lo salvas.
–Está en una cafetería y escucha en la mesa de al lado: «Los de la Aemet no dan una». ¿Se levanta y dice algo?
–No. Estoy aprendiendo a aguantar, a tener paciencia y a recibir las críticas. Al final, desde que se puede consultar el pronóstico en el móvil nos da una falsa sensación de precisión. Puedes ver una predicción por horas en tu pueblo y eso te parece que tiene que ser así sí o sí. Pero no hace tanto, veinte años por ejemplo, con que te dijesen si ese día iba a llover o no y mucho o poco, te dabas con un canto en los dientes. Ahora exigimos una precisión que es imposible en un sistema caótico como es la atmósfera.
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