Tráfico reforzará esta semana en Cantabria los controles de alcohol y drogas al volante
Guardia Civil y policías locales de 15 municipios intensificarán la vigilancia en vías urbanas e interurbanas
La Dirección General de Tráfico (DGT) ha puesto en marcha desde este lunes y hasta el próximo domingo una campaña especial de vigilancia y control del consumo de alcohol y otras drogas al volante en la que participan la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y las policías locales de 15 municipios cántabros que se han sumado al dispositivo.
Durante toda la semana, y en todas las franjas horarias, se intensificarán los controles tanto en vías interurbanas como urbanas para evitar incidentes provocados por el consumo de sustancias, una de las «principales causas de mortalidad en carretera» , según ha indicado la Delegación del Gobierno en nota de prensa.
La misma campaña el año pasado, entre el 19 y el 25 de agosto, se cerró con un total de 102 denuncias en Cantabria, 73 por alcohol y 29 por drogas. Durante todo el 2024 en Cantabria se interpusieron 1.853 denuncias por consumo de alcohol al volante y 1.336 por presencia de drogas. Además, y según datos de la Memoria del Ministerio Fiscal, ese mismo año se dictaron 637 sentencias condenatorias en la comunidad por conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas.
Los datos de la DGT ponen de relieve que el alcohol fue un factor concurrente en 246 muertes en siniestros de tráfico registrados en 2023 (último año con datos consolidados) en España, lo que representa el 26% de mortalidad en carretera. Dicha sustancia estuvo presente en el 13% de todos los incidentes ocurridos y se sitúa como la segunda causa de riesgo vial, por detrás de las distracciones y por delante del exceso de velocidad.
Efectos del alcohol en la conducción
La DGT recuerda que ingerir alcohol antes o durante la conducción es «una de las causas de riesgo más importantes» en los accidentes de tráfico. Esto se debe a que actúa como un «depresor» del sistema nervioso central, lo que «afecta de forma directa» a funciones «esenciales» como la percepción, el tiempo de reacción, la coordinación y la capacidad de juicio. «Incluso cuando el conductor siente que mantiene el control, su organismo ya está alterado, lo que aumenta el riesgo de sufrir un percance» según una nota de prensa de la DGT.
La «reducción» del tiempo de reacción es uno de los primeros efectos del alcohol. Esto significa que, ante cualquier imprevisto en la vía (como la aparición de un peatón, un frenazo del vehículo delantero o una señal de tráfico), la capacidad de respuesta es «menor», esto puede resultar «decisivo» para evitar o no un suceso. Además, a este sentido se le suma una «subestimación» de la velocidad propia y de los otros coches, así como la dificultad para medir distancias y tomar decisiones «acertadas».
Estas sustancias actúan sobre el sistema de forma «progresiva pero constante», y a partir del primer consumo ya ocurre un deterioro de las capacidades necesarias para conducir. La evidencia científica y los datos estadísticos muestran que la única tasa segura de alcohol al volante es 0,0%.