«El trasplante nos regaló otra vida»
Valdecilla, a la cabeza de España en donación en asistolia, realizó el año pasado 127 trasplantes de órganos, más de la mitad a pacientes derivados de otras comunidades
«A mí me han regalado la vida». Ese regalo llegó hace apenas cuatro meses a Valdecilla en forma de trasplante de hígado. Paloma Martínez ... no puede evitar emocionarse al pensar en esa familia rota por la pérdida de un ser querido que dijo 'sí' a la donación de órganos y le brindó con ese gesto la «oportunidad de seguir viviendo». «Son lágrimas de agradecimiento», dice esta santanderina de 65 años al compartir su experiencia con este periódico. El suyo fue uno de los 127 trasplantes de órganos que se realizaron en el Hospital Valdecilla en 2019. Y su testimonio, como el de Pablo Lanza y Francisco Cuadrado, trasplantados el pasado junio de pulmón y corazón, respectivamente, refleja lo que no se ve en los números de cada balance anual de actividad. Un recuento en el que Cantabria vuelve a brillar de forma sobresaliente con la mayor tasa de donación de órganos del mundo: 89,7 donantes por millón de población, que dobla la media nacional, que alcanza su máximo histórico, con 48,9. Por segundo año consecutivo, la región bate su propio récord (en 2018 fue de 86,2), con 52 donantes -37 hombres y 15 mujeres-. Se consolida así como líder indiscutible (le siguen en el ranking el País Vasco, con una tasa de 65; y Murcia, con 63,8). Solo se contabilizaron cuatro negativas familiares, un 7%, en este caso la mitad que en el conjunto del país.
«Es cruel que alguien tenga que morir para que otros podamos tener otra oportunidad. Ojalá fuera de otra manera», reflexiona Pablo, que fue plenamente consciente de que corría peligro si no llegaba ese recambio para sus deteriorados pulmones. Los tres pacientes recuerdan el momento en el que les comunicaron que el trasplante era la única forma de reengancharse a una vida que la enfermedad les arrebataba. «De entrada, te impacta». Comparten la incertidumbre de la espera, los nervios cada vez que sonaba el teléfono en casa, «por si era del hospital»; los miedos, la «dura convalecencia», y, sobre todo, un «eterno agradecimiento». A quienes les entregaron esa prórroga de salud y tiempo -«Un donante permite la realización de tres trasplantes y regala 30 años de vida», apuntó hace unos días la directora de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Beatriz Domínguez-Gil- y a las manos encargadas del implante: el equipo de la Unidad de Trasplantes de Valdecilla. Su coordinador, Eduardo Miñambres, acompañó ayer al consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, en la presentación del balance de 2019, coincidiendo con la publicación de los datos globales de la ONT: 2.301 donantes que permitieron realizar 5.449 trasplantes en España, un 2,7% más que en 2018. Otro año de récord al que Valdecilla contribuyó con 40 trasplantes de pulmón, 48 de riñón, 20 de hígado, 16 de corazón y tres de páncreas. Más los 89 trasplantes de tejidos: 76 de progenitores hematopoyéticos y 13 de córneas.
Pablo Lanza -Pulmón
«He vuelto a nacer, ya estaba en las últimas»
El santanderino Pablo Lanza llevaba 20 años trabajando en Málaga como arquitecto de software cuando, de repente, en 2018 empezó a notar cansancio y dificultades para respirar. La causa: una neumonía intersticial de origen desconocido que dañaba sus pulmones de forma irreversible. «En cuanto me hablaron de trasplante, me vine a Valdecilla, donde he vuelto a nacer. Ya estaba en las últimas.La enfermedad fue muy agresiva. Necesitaba oxígeno 24 horas, andaba 10 metros y me faltaba el aire. Una ducha era un esfuerzo casi imposible», dice este paciente de 51 años, trasplantado en junio. «Me ha cambiado totalmente la vida.Estoy increíble». Agradece la «generosidad» de los donantes y la «entrega del equipo sanitario» (cita a los neumólogos José Manuel Cifrián y Víctor Mora). Y, aunque admite que el postoperatorio «es complicado», afirma que «mantener un estado mental positivo ayuda».
Paloma Martínez - Hígado
«Pienso en esa familia que donó y me emociono»
Cuando le diagnosticaron una cirrosis biliar, hace 20 años, a Paloma Martínez ya le advirtieron los médicos de que «con el tiempo tendría que ser trasplantada». Ese momento llegó hace casi cuatro meses, a las puertas de su jubilación. «Había caído en picado (hinchazón de piernas, color amarillo en ojos y piel, encefalopatías...). La enfermedad estaba en su fase final e iba muy rápido. No podía ni salir a la calle sola, me tenía que apoyar en las paredes. Estaba en unas condiciones pésimas». Hasta que fue posible el trasplante de hígado –uno de los 20 que realizó Valdecilla en 2019–, «que me ha devuelto la vida. Psicológicamente te afecta mucho, estás más sensible. Yo necesité apoyo psicológico. Aún ahora pienso en el donante y su familia y me emociono». Dependienta de profesión, «ahora aún me tengo que cuidar, pero confío en poder disfrutar de esta nueva vida. Ir al gimnasio, viajar... volver a vivir».
Francisco Cuadrado - Corazón
«El trasplante ha sido un cambio radical de vida»
Francisco caminaba a mediodía del 3 de junio por el paseo del barrio Pesquero cuando recibió la llamada de Valdecilla: «Hay un corazón que puede ser para ti». «Me puse tan nervioso que en cuanto colgué me tuve que sentar en un banco, me temblaban las piernas». Hora y media después, este cántabro de 57 años, dedicado toda la vida a la hostelería, ingresaba en el hospital para proceder al trasplante que llevaba un año esperando. «Con miedo –admite–, porque mi padre murió en una operación de corazón y es inevitable pensar en esa posibilidad». Pero «ya estaba muy mal, no aguantaba nada, me cansaba enseguida». Su corazón, castigado por unas arritmias que acabaron siendo crónicas, por un infarto a los 45 años y por varias anginas de pecho, ya sólo funcionaba al 20%. «El trasplante ha sido un cambio radical de vida. Y para mi mujer, que lo ha sufrido conmigo. Todo fue de maravilla.Aquel corazón estaba esperándome».
En su intervención, destacaron «el importante incremento de la donación en asistolia» (a corazón parado), que en los últimos años -el programa se inició en 2012- ha ido ganando peso a medida que se reducían los donantes por muerte encefálica por el descenso de los accidentes de tráfico. Concretamente, en Cantabria se obtuvieron el año pasado 24 donantes en asistolia, que representan el 46% del total, un dato que supone 41,4 donantes por millón de población y le sitúa a la cabeza de España (la tasa nacional es de 15,8), por delante de País Vasco y Navarra, que son las dos siguientes en la tabla.
Miñambres señaló que «la lista de espera sigue siendo muy reducida en nuestro hospital, hasta el punto de que en algún momento no hemos tenido pacientes esperando de determinados grupos sanguíneos». Así, a fecha de 1 de enero de 2019, Valdecilla cuenta con 35 pacientes a la espera de trasplante, de los cuales 8 necesitan pulmón; 8, corazón; 12, hígado; y 7, páncreas. En lo que se refiere al de riñón, «una vez excluidos los pacientes hipersensibilizados (con anticuerpos), no tenemos apenas lista de espera para los grupos sanguíneos A, B y AB, los cuales están siendo trasplantados en predialisis (sólo Cantabria y País Vasco lo hacen de forma habitual) o en menos de tres meses tras entrada en lista de espera», añade. Para Pablo Lanza, «resultó especialmente duro el proceso hasta que pasas a la lista de espera. Mi hermano murió a los 43 años de una hepatitis C porque no llegó a entrar; sabía lo que me jugaba en esa decisión». Desde la ONT subrayaron que «pese a la gran actividad trasplantadora que hemos alcanzado, persiste un número importante de pacientes pendientes de un órgano en España. En concreto, 4.889, de los cuales 93 son niños».
Pacientes derivados
«Podemos sentirnos orgullosos de vivir en la comunidad más solidaria de España», señaló Rodríguez. La vocación de Valdecilla como centro de referencia la actividad se refleja en que el 57% de los trasplantes de órganos practicados en 2019 se realizaron a pacientes de País Vasco, La Rioja, Castilla y León, Asturias, Navarra y Aragón. En el caso de pulmón, ese porcentaje se eleva al 92,5%. Solo tres cántabros se beneficiaron de esta intervención, y Pablo fue uno de ellos. «Ahora estoy espectacular. Cuando tienes la sensación de muerte tan cerca, te cambia la perspectiva. Se valora a las personas, lo realmente importante», dice.
El coordinador de trasplantes apuntó que «el dispositivo de perfusión ex vivo pulmonar, que permite recuperar fuera del cadáver pulmones dañados por edema pulmonar o atelectasias, es una realidad en nuestro centro que ha permitido rescatar órganos que no eran aptos para trasplante». Sólo los hospitales de Puerta de Hierro (Madrid) y Valdecilla utilizan estas técnicas en órganos previamente descartados. Asimismo, recordó que Cantabria dispone de todas las posibilidades de donación que científicamente están validadas (donación en muerte encefálica, donación de vivo, donación de vivo cruzado, donación en asistolia tipo II y donación en asistolia tipo III); y avanzó que se prevé iniciar este año el programa de donación cardiaca en asistolia (poder utilizar el corazón de un paciente muerto en parada), «técnica que se realiza en 4-5 centros a nivel mundial», pero que aún no ha llegado a España. Valdecilla realiza trasplantes renales de elevada complejidad (combinados, retrasplantes o testigos de jehová) a pacientes de otras comunidades (suponen un 33%) «enviados a nuestro centro por su prestigio, a pesar de disponer es sus hospitales de trasplante renal».
Perfil del donante
De los 52 donantes de órganos que hubo en Cantabria en 2019, el 71% eran varones (37) y el 29% (15), mujeres, con una edad media de 56,7 años. Diez donantes tenían menos de 45 años.
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