Treinta y cuatro empresas centenarias reciben la distinción de la Cámara de Comercio
La presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, reconoce la contribución de las firmas más longevas de la región como «gran motor» del desarrollo de la comunidad
Compromiso constante con la adaptación, espíritu abierto y visión global, enfoque hacia las personas como vértice de la firma o mirada al futuro con ... raíces firmes en Cantabria... La Cámara de Comercio esbozó ayer un decálogo de los principios por los que debe regirse una empresa para sortear los avatares del tiempo y sobrevivir a un centenario. Un texto que sirvió para la puesta de largo de la Comisión de Empresas Centenarias, que celebró ayer su primera reunión con la voluntad de compartir experiencia, valores y visión de futuro al servicio del desarrollo económico, social y humano de la región.
En total, 34 empresas cántabras que han sobrevivido durante más de cien años a guerras, crisis y pandemias integran este órgano consultivo que se reunirá dos veces al año y que pretende ampliar su catálogo, desde importantes industrias a pequeños comercios, para reforzar la función consultiva con la administración pública.
Todas recibieron ayer la distinción de la Cámara que reconoce su longevidad, con un apartado especial para Mutua Montañesa –que cumple 120 años–, cuyo director general, Alberto Martínez Lebeña, devolvió el homenaje a la institución. «Siempre hemos entendido la empresa como un gran barco que teníamos que llevar a buen puerto para que la siguiente generación pueda subirse en él», esbozó con una metáfora Martínez Lebeña. «La nuestra funciona como si fuera una empresa familiar porque ya se encuentra en la transición entre la quinta generación y la sexta y siempre se ha regido por unos valores claros: constancia, iniciativa, trabajo y una forma de ser conservadora, sin asumir riesgos innecesarios, que nos ha ayudado a mantener la solvencia durante todo este tiempo», confirmó el máximo responsable de la firma con sede social en Cantabria que cuenta con más de 340 trabajadores, 200 de los cuales están en la región.
Otros tantos empresarios fueron desfilando por el salón de actos de la Cámara de Comercio, donde se celebró ayer el evento, para recoger el reconocimiento a su labor centenaria. Algunos de ellos son pequeños comercios familiares que han sabido sobrevivir a diferentes generaciones. Un ejemplo es Panadería Bedia, con sede en Solares, que con cuatro trabajadores ha pasado de abuelos a hijos y de hijos a nietos. «Tenemos 114 años y seguimos trabajando», explicó María Adela Bolado, que recogió el galardón. «Somos una pequeña panadería de barrio que ha trabajado siempre muy duro para sobrevivir». ¿La clave? «La calidad y el buen trato». No hay más secreto. Basta con esos dos principios para convivir con las franquicias y los centros comerciales. Otro caso parecido es el de Juan Antonio Ruiz, de Mantequerías Cristina, presente en el Mercado del Este y en el Mercado de México. «Nosotros estamos donde estamos gracias a la especialización, pues solo vendemos quesos. Quesos de muy buena calidad y de todo el mundo», resumió Ruiz, que también recogió su galardón por tener 137 años de vida empresarial.
«Emprender, crecer y perdurar»
La presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, presente en el acto, reconoció la contribución de las empresas centenarias como «gran motor» del desarrollo de la comunidad autónoma y el ejemplo de que «se puede emprender, crecer y perdurar» en la región. Afirmó que desde el Gobierno regional estarán muy atentos a las propuestas de esta Comisión y que «vamos a exprimir al máximo nuestro único motor, el motor de la autonomía, para compensar al otro que ha gripado del todo», fijo en referencia al Gobierno estatal.
La jefa del Ejecutivo estuvo acompañada por el consejero de Industria, Eduardo Arasti; el presidente de Cámara Cantabria, Tomás Dasgoas; el presidente de CEOE-Cepyme, Enrique Conde; y la rectora de la Universidad de Cantabria (UC), Conchi López, entre otros.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión