Prueban en cerdos una técnica pionera para reparar los órganos antes de un trasplante
19 personas fallecen anualmente en Europa por la falta de órganos
Casi 5.000 personas esperan cada año en España la noticia de que les llega el órgano que necesitan. En toda Europa, 19 personas fallecen ... anualmente por este motivo. Una de las alternativas que los científicos llevan explorando son los xenotrasplantes, es decir, el empleo de riñones, corazones, pulmones e hígados -estos son los empleados hasta ahora- de cerdos para ganar tiempo en esa carrera por prolongar la vida de los pacientes.
Otra vía se ha abierto este viernes con el anuncio del primer trasplante con éxito de riñones porcinos con células humanas. Según explican los autores del avance, han desarrollado una tecnología pionera que permite desarrollar múltiples organoides humanos de riñón -riñones en miniatura-, combinarlos con riñones de cerdo fuera del cuerpo y trasplantarlos de nuevo al mismo animal de manera viable.
En concreto, se introdujeron unos 20.000 organoides renales humanos en cada uno de los siete riñones de cerdo utilizados. Estos se mantuvieron vivos fuera del organismo gracias a las máquinas de perfusión. ¿Qué se persigue con esta técnica? El objetivo sería poder regenerar o reparar un órgano antes del trasplante, lo que podría aumentar el número de órganos viables y el tiempo de espera de los pacientes.
Los investigadores del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC), liderados por Nuria Montserrat, actual consejera de Investigación y Universidades de la Generalitat de Cataluña, confirmaron que los riñones trasplantados funcionaron con normalidad y que los organoides humanos seguían activos y sin provocar daños pasadas 48 horas. El trabajo ha sido publicado en la revista 'Nature Biomedical Engineering'
«La técnica podría prolongar la vida útil de los injertos y reducir el número de órganos descartados», subraya Iván Fernández Vega, profesor titular de Anatomía Patológica de la Universidad de Oviedo, a la plataforma SMC. «Sin embargo, esto aún no se ha demostrado experimentalmente, y no existe evidencia de que los organoides puedan participar en la reparación o conectarse a las arteriolas aferentes y eferentes necesarias para restablecer la función filtrante», añade el experto, que no ha participado en la investigación.
«El que probablemente es el mayor valor de este artículo es la descripción por vez primera de un método sistemático y escalable para producir estos organoides renales humanos en cantidades significativas y de una forma asequible, utilizando técnicas de microagregación e ingeniería genética. El procedimiento que aquí se describe puede tener una gran utilidad en investigaciones futuras», apunta Rafael Matesanz, creador y fundador de la Organización Nacional de Trasplantes.
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