El Centro Botín suma nueve pinturas del siglo XX a la Colección de Jaime Botín
La muestra 'Punto y contrapunto', con carácter permanente, revela la conexión artística de 14 destacados maestros como Tàpies, Mark Rothko, Miró, Sorolla o María Blanchard
En 2018, un año después de su apertura, el Centro Botín inauguraba la exposición permanente 'Retratos, esencias y expresión' compuesta por ocho retratos pintados por ocho grandes artistas del siglo XX de la colección particular de Jaime Botín, quien además de banquero fue un gran coleccionista «y un hombre ilustrado y adelantado a las ideas de su tiempo», según reconoció ayer Íñigo Sáenz de Miera, director general de la Fundación Botín, en la presentación de otras nueve obras de seis grandes maestros que los herederos del mecenas han cedido al Centro y que desde hoy acompañan esos ocho retratos. Todas juntas, las 17 pinturas, forman una nueva exposición que lleva por título 'Punto y contrapunto' que viene a ser un recorrido por las principales corrientes artísticas del siglo XX de la mano de algunos de sus máximos exponentes.





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Así a los retratos de Henri Matisse, Francis Bacon, Juan Gris, Joaquín Sorolla, Daniel Vázquez Díaz, Isidre Nonell, José Gutiérrez Solana y Pancho Cossío, que se han podido contemplar desde 2018, se suman las pinturas de María Blanchard, Manolo Millares, Joan Miró, Pablo Palazuelo, Mark Rothko y Antoni Tàpies proporcionando así un «valioso testimonio de las múltiples formas que el arte ha buscado, a lo largo del siglo, de comprender, cuestionar y transformar el mundo».
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'Punto y contrapunto maestros del siglo XX en la colección de Jaime Botín'. Muestra permanente con un total de 17 pinturas de 14 artistas claves del siglo XX.
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Artistas Francis Bacon, María Blanchard, Juan Gris, Pancho Cossío, Henri Matisse, Manolo Millares, Joan Miró, Isidre Nonell, Pablo Palazuelo, Mark Rothko, Joaquín Sorolla, Antoni Tàpies, Daniel Vázquez Díaz.
Así lo explicó María José Salazar, miembro de la Comisión Asesora de Arte de la Fundación Botín, quien trabajó estrechamente con Jaime Botín para comisariar la exposición 'Retratos, esencias y expresión' y que ha vuelto a encargarse de esta propuesta, que se presenta además en una nueva sala del Centro, en la primera planta del edificio y en la que configuran puntos similares de conexión entre las obras, pero también, los contrapuntos de los estilos de estos artistas que coexisten «en armoniosa concordancia, pese a que estas obras pertenecen a dos momentos relevantes de la historia del arte: el tiempo de las vanguardias y el arte de la posguerra, en los años tras la Segunda Guerra Mundial, en que surgen nuevos modos de representación».
La muestra, tal y como indicó la comisaria, expone los principales movimientos estéticos del siglo XX, con las creaciones de importantes artistas españoles como Manolo Millares, Pablo Palazuelo y Antoni Tàpies, cercanas a la abstracción, «bien sea matérica, expresionista o geométrica»; en un contrastado diálogo con el «iluminismo» de Joaquín Sorolla; el cubismo de María Blanchard y Juan Gris; la «pintura poética» de Joan Miró; la figuración lírica de Pancho Cossío; el realismo de José Gutiérrez Solana; el noucentisme de Isidre Nonell y el neocubismo de Daniel Vázquez Díaz. «Además, estos artistas comparten el espacio con algunos de los pintores internacionales más significativos del siglo XX que representan la nueva figuración, como Francis Bacon; el fovismo de Henri Matisse; y el expresionismo de Mark Rothko. «En definitiva, todos los artistas representados han logrado innovar, personalizar y desarrollar un lenguaje identificativo, cada uno con voz propia, existiendo en cada obra una fuerte personalidad estética, armonía y cohesión, lo que evidencia la participación de los artistas, de forma individual, en un proceso colectivo y evolutivo de la historia del arte», expuso.
Salazar también recordó sus encuentros con Jaime Botín y lo mucho que le sorprendieron sus conocimientos sobre arte, su honestidad intelectual y mirada crítica y constructiva hacia la realidad. «Esta exposición, gracias a la generosidad de sus herederos, es la muestra de su particular microcosmos pues revela al espectador no solo la riqueza y diversidad del arte del siglo pasado, sino también la profunda conexión entre creación artística y experiencia humana», dijo y es que, a través de sus propios lenguajes cada uno de los artistas que componen este 'Punto y contrapunto' despliega una mirada única que dialoga con su tiempo y sigue interpelando al espectador contemporáneo».
También destacó que con estas obras se traza un mapa de estilos, sensibilidades y rupturas estéticas que exploran lenguajes profundamente personales y, en muchos casos, revolucionarios, confluyendo vanguardia, lirismo, materia y emoción, configurándose así un paisaje plástico diverso, intenso y profundamente humano.
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