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Mario Camus, en 2011, recoge el Goya de Honor a toda su carrera
Cantabria se cita con Goya

Cantabria se cita con Goya

La candidatura de Ruth Díaz, que este sábado aspira a Mejor actriz revelación, vuelve a situar a la región en la quiniela de los premios del cine español

Marta San Miguel

Sábado, 4 de febrero 2017, 16:43

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"El cine español tiene un día de Goya pero el resto del año está degoyado". Rodolfo Montero no evita una sonrisa ciertamente irónica al hablar de su profesión. Productor cántabro, ganador de dos 'cabezones' y empresario del sector que este año ha conseguido una taquilla de más de 109 millones de euros y 18 millones de espectadores, acudirá este sábado a la gala en la que otra cántabra puede colocar su nombre en los titulares. Montero sabe lo que es subir al escenario y recoger uno, lo que pesa, y también lo que se juega la industria cultural de este país.

El día de los premios Goya el cine se viste de algo más que un sector que despierta desiguales simpatías. "Siempre he defendido los premios. Aunque sirven para que pongan a parir el cine español, la vestimentas o los chistes, en el fondo son muy necesarios porque las películas necesitan muchísimo promocionarse", dice el director cántabro Manuel Gutiérrez Aragón. Y razón no le falta, pero a pesar de que la noticia de este sábado también será la ropa que lleve Ruth Díaz, lo cierto es que por encima de su atuendo está la realidad de que una actriz cántabra por primera vez aspira a conseguir el máximo reconocimiento de la Academia de Cine.

Antes que ella, más de una docena de intérpretes, guionistas, productores o directores cántabros han subido a ese escenario o se han quedado a las puertas de hacerlo en calidad de candidatos. ¿Pero qué aporta dicho listado a la cultura de la región? Los suyos son ahora nombres que aquellas galas subrayaron, y lejos de suponer un antes y un después en sus carreras, forman parte del ideario colectivo de lo que un día fue el mejor cine y que contó con un cántabro entre ellos.

"Tener un Goya cambia las cosas pero no cambia la vida", dice Montero, que junto a su hermano Nano han recogido dos 'cabezones'. Lo lograron por 'El efecto Iguazú' (Mejor largometraje documental, 2003) y por 'En la Cuna del Aire' (Mejor cortometraje documental, 2006). Hoy en día trabajan en la edición del documental sobre el Año Jubilar Lebaniego y la "espiritualidad que rodea a los que caminan". Sueñan, claro, con colocar la pieza titulada 'Caminando juntos' y que está "en pleno montaje" en la carrera de los Goya del próximo curso, mientras muestra su entrada a la gala de este sábado, que vuelve a contar con Dani Rovira como presentador y la misma tensión en la foto de familia con los miembros del Gobierno que pisen la alfombra.

Que el presidente Rajoy dijera que no había visto ninguna película española nominada no hace sino echar leña a una convocatoria que se ha movido en los últimos tiempos entre el posicionamiento político y la reivindicación de un sector que lucha por hacer lo único que sabe: contar historias. De ahí ese 'degoyado' al que las políticas públicas le someten con un IVA cultural del 21 por ciento y el exiguo respaldo social que despiertan las subvenciones que recibe.

"Esta gala es necesaria para el cine, para todos", insiste Gutiérrez Aragón, que ha colgado las botas de director por las de académico de la lengua y escritor. Sin embargo, no muy lejos queda su influencia en la gran pantalla retratando esa Cantabria turbia y misteriosa, tan verde como irreal para el público en 'La vida que te espera' (2004). El de Torrelavega no estará este sábado en la gala, pero sí la herencia que deja su cine, como el de otro cántabro, Mario Camus, hacedor de himnos visuales como 'Los santos inocentes' o 'La colmena', ante las que cabe preguntarse cuántas estatuillas se habrían llevado de haber existido en ese entonces los premios.

La gala comenzó a celebrarse en 1986, y desde entonces, Camus recogió premios como el de Mejor guión por 'Sombras en una batalla' (1994) o candidaturas como las de 'Más allá del jardín' (1997) o 'Roma' (2005). Pero el premio definitivo la Academia se lo concedió en 2011, cuando recibió el Goya de Honor por toda su carrera. Ahora, Camus se mueve entre paseos por Santander, homenajes y libros de relatos que contienen las historias que ya no filma. Si uno se asoma al histórico de la gala, tras los Camus y los Aranda, Trueba y Almodóvar, llegaron Julio Medem y Alejandro Amenábar, que coparon las candidaturas con su cine en el que otro cántabro imponía su presencia en las quinielas por sus trabajos en 'Abre los ojos' (1998) o 'El lobo' (2006): Eduardo Noriega. "Tengo recuerdos fabulosos de la gala. Cuando nominaron 'Tesis', estábamos sentados Fele Martínez y yo en las primeras filas y entonces nadie nos conocía. Con cada premio a 'Tesis' gritábamos y la gente nos miraba diciendo ¡y estos quiénes son!".

Poco tardó el público y el sector en general en conocer a Noriega, así como a otro cántabro (al menos en lo emocional) como es Daniel Sánchez Arévalo. Guionista de series de televisión como 'Farmacia de Guardia' o 'Hospital Central', su nombre comenzó a sonar con cortometrajes como 'Go', rodado en su casa cámara en mano, o 'Expres', con el que se coló en los Goya. Fue con su primer largometraje 'Azuloscurocasinegro' (2006) cuando se llevó tres premios, incluyendo el de Mejor director novel. Los siguientes capítulos de su filmografía vuelven a situarle en el escenario con siete candidaturas por 'Gordos' y con 'Primos', rodada íntegramente en Comillas y que le valió otras dos candidaturas. "Los gestores de turno deben facilitar los rodajes en nuestra región porque es una publicidad impagable", explica Eduardo Noriega preguntado por la repercusión de que un cántabro esté en la lista de las nominaciones: "Que un actor o director sea de Santander o Cantabria no es tan relevante como el hecho de rodar aquí una película que tenga repercusión nacional o internacional, eso es una promoción indiscutible", insiste.

De premios y nominaciones saben mucho Antonio Resines y Enrique González Macho. Ambos han presidido la Academia y ambos han recogido su premio por su faceta profesional antes del cargo. El primero se lo llevó en 1998 por su papel en 'La buena estrella' y Enrique González Macho por 'Te doy mis ojos' de Icíar Bollaín, en 2004, en calidad de productor de la cinta. Con este bagaje, ¿se podría decir que Cantabria es una región de cine?

Cantabria, ¿región de cine?

Con este bagaje, ¿se podría decir que Cantabria es una región de cine? "En Cantabria hay muchísimo talento, no sé si es porque estamos detrás de las montañas al abrigo del mar pero el arte en esta región viene desde el paleolítico", dice Javier Cifrián medio en broma, medio en serio cuando le preguntan por su candidatura a Mejor actor revelación por 'El próximo oriente' (2007). No ganó, pero recuerda que lo vivió como "algo que pasa sólo uona vez en la vida". Lo mejor, dice, saber que los propios compañeros de profesión son los que te han reconocido, pero coincide con otros premiados en que no hay un antes y un después sino un punto y aparte que, en su caso, dejó un "sabor agridulce": "No había dejado de trabajar hasta la candidatura al Goya, y después estuve tres años sin trabajar, dice.

"La nominación te coloca en un nivel donde la competición es mucho más dura". Luego ha seguido actuando tras ese parón. Lo hizo con 'Zipi y zape' y con las series de televisión 'Hermanos y detectives' y 'Vive cantando'. Ahora su cine lo hace en casa y de otra forma, y alude a una larga de actores a los que cita por nombre y apellido para reconocer una cantera que arranca en la Escuela de Arte Dramático del Palacio de Festivales donde precisamente él ha montado los pilares de una Escuela de Cine. "Veré al gala, y ojalá gane el premio Ruth", dice, me encantará que venga a la Escuela a "compartir su experiencia con los alumnos". ¿Y qué experiencia será esa? La que destacan sus compañeros de profesión que la conocen y la tratan tras una carrera de veinte años en los que se ha bregado desde los niveles más humildes de la interpretación hasta la propia producción de su cortometraje.

"Ruth es una currante y ojalá se lo lleve", dice Marta Hazas: "Es emocionante siempre que le pasa algo bueno a alguien de Cantabria". La actriz tras acudir dos años consecutivos a la gala este año lo cambia por su trabajo en el teatro Reina Victoria de Madrid donde hasta el 12 de marzo tiene en cartel la obra 'Cinco y acción'. Ha ido dos años consecutivos a la gala, de hecho el pasado año le entregó el premio a Mejor fotografía a Migue Amoedo por 'La Novia', pero este año, dice, pasaré en casa los nervios de ver quién de mis amigos gana. Quién sabe si una de ellas será Ruth Díaz por su papel en 'Tarde para la ira'. Lo que no faltará será la polémica, pero como zanja Gutiérrez Aragón, "hasta los franceses se quejan de sus 'Cesar' y los británicos de sus 'Bafta'". Lo definitivo es que haya espectáculo, y si uno habla de cine, por descontado queda que habrá, sobre todo este años que vuelve a ser un poco más cántabro.

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