Cálida tristeza
Embajadores Santander ·
Es un filme directo, confesional, desnudo, sin retórica. Un amargo cuento de vejez. Y su lirismo hace pensar y sentir. Más es imposible. O de otro lugarHay una cálida tristeza en este retrato de hombre solo. En la sencillez de la historia cabe toda la complejidad de una mirada oportuna. También ... el detalle de algo que cae de las manos para manejar el tiempo y cubrirlo de metáforas, detalles y guiños. La dureza se ve atemperada por una luz muy humana de las cosas y cómo se van posando en la historia. Es además un viaje que son muchos. Del interior al exterior, y viceversa. De la luz a la oscuridad, del sur al norte, de la memoria a la pérdida, de los recuerdos a su fugacidad. Asimismo, dos pilares impiden que 'Maspalomas' tenga grietas o presente debilidades: José Ramón Soroiz en el papel de su vida, como justamente ratificó el galardón obtenido en la reciente edición del Festival donostiarra; y Nagore Aranburu, de nuevo magnífica, quien ya protagonizara 'Loreak, de los Goenaga... y que vuelve a acaparar la atención con una hermosa interpretación como ya sucediera en 'Querer', la excelente serie de Alauda Ruiz de Azúa, de quien en las próxima semanas se estrenará su nuevo película, 'Los domingos'.
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País España
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Año 2025
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Dirección José Mari Goenaga, Aitor Arregi
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Guion Goenaga
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Música Aránzazu Calleja
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Fotografía Javier Agirre Erauso
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Reparto José Ramón Soroiz, Nagore Aranburu, Kandido Uranga, Zorion Eguileor, Kepa Errasti
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Género Comedia negra
Frente a perfiles frívolos y superficiales, el relato de este septuagenario gay rebosa en matices, está envuelto en una delicada humanidad y muestra heridas y cicatrices, en un viaje de ida y vuelta, fuera y dentro del armario. Es también una colisión entre libertad y encasillamiento convencional, en un obligado reajuste de cuentas personal y todo ello en una descripción delicada y dura de relación paternofilial que deja muchas vidas e historias al intemperie. Es melodrama contenido, poética de la desazón elevadas ambas por un amargo cuento de vejez, liberación y homosexualidad que mira hacia dentro y hacia fuera. Solapa capas sentimentales y emocionales, silencios sin elipsis, comprensiones tardías y marginalidad. Los Goenaga y Arregui (Moriarti al fondo) trazan un retablo sensible de mucha vida y sombra de muerte, de exaltación y también de miedo.
Y la tragicomedia no está oculta. Lo tragicómico, sin necesidad de palabras, asoma muchas veces en el rostro del protagonista. El tránsito, siempre entre dos terrenos y límites casi opuestos, supone una indagación tenue y frágil pero aguda en el deseo. Lo que rezuma en 'Maspalomas' es un canto de sinceridad, como ya se desprendía de otros proyectos de la pareja de directores sin olvidar a Jon Garaño. Es un filme directo, confesional, desnudo, sin retórica. Y su lirismo hace pensar y sentir. Más es imposible. O de otro lugar.
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