El filo de la pérdida
Ocine, Cinesa y Yelmo ·
Una mirada agitadora tendente a crear espacios irrespirables, a apoyarse en situaciones imprevisibles tras una densidad innombrable, casi viscosaEn no saber lo que sucederá al instante siguiente hay siempre más escalofríos, que en una sorpresa de impacto. Los sustos han hecho mucho daño ... al género de terror. Como las puertas, más utilizadas por algunos directores que un cerrajero. O las muertes tontorronas de personajes descerebrados. Nada de eso hay en 'Devuélvemela', una brutal, envolvente y desazonadora, en ocasiones angustiante, inmersión en el dolor de la pérdida. Un retrato con un punto sádico, que molesta, pero que no rebaja la coherencia sensitiva, la delicada contundencia de un desembarco en la fragilidad.
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Año 2025
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País Australia
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Dirección Danny y Michael Philippou
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Guion D. y M. Philippou y Bill Hinzman
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Reparto Sally Hawkins, Billy Barratt, Sora Wong, Jonah Wren Phillips
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Género Terror
Los hermanos Danny y Michael Philippou confirman ahora con creces las expectativas creadas hace apenas tres años con 'Háblame'. Una mirada agitadora, tendente a crear espacios irrespirables, a apoyarse en situaciones imprevisibles y en una densidad innombrable, casi viscosa transmitida con ardor guerrero por cuatro intérpretes magistrales. Es casi imposible, también inane, intentar una definida síntesis de su trama. Porque en su propia extrañeza, en su fisicidad de una abstracción, en la lacerante mirada sobre el duelo y la ausencia construye su atracción. Y lo hace con un latido repetitivo, pero apenas perceptible en una primera hora que atrapa por su levedad honda, su insistente pero sutil forma de mostrar los débiles asideros vitales y las fronteras inasibles entre vida y muerte.
Entre la obsesión y la locura, el juego psicológico y un catálogo de efectos en lo físico y lo corporal, el filme transmite el vértigo de un descenso sin destino conocido. Impulso, tendencia a zarandear e hipérboles. Y, sin embargo, todo está medido en una cinta que nunca desciende al sensacionalismo o al gore gratuito. No obstante, en el solapamiento de traumas caben dos o tres escenas que difícilmente pueden irse de la retina. Sería una lástima, en este sentido, que la construcción visual quedara reducida a la feroz y cruel escena marcada por un cuchillo. A los Philippou les espera un futuro prometedor siempre que sus próximos títulos no caigan en el virtuosismo que poseen, a raudales, sacrificando las historias. Aquí triunfa su armónica querencia por intentar nombrar el dolor y por construir espacios donde la sombra de la muerte, lo disecado, o lo inadaptado buscan una vía de escape. Incómoda, profundamente triste, la película australiana acierta en la elección de Sally Hawkins, que permite afinar una obra de cámara entre la ternura y la náusea.
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