«En esta creación no tenía sentido hablar de la muerte sin reflejar las que yo viví»
La coreógrafa Mari Paula abre el sábado la temporada del Palacio de Festivales con una obra personal que revisa los clásicos: 'Lake Machine'
«No perdí tres bebés; parí tres hijas muertas, sentí el amor más puro y el vacío más devastador. Me gusta que las cosas tengan ... nombre». Y Mari Paula convirtió el dolor en movimiento. 'Lake Machine' es la obra más personal la coreógrafa brasileña asentada en Cantabria que ha reflexionado a partir de su propio duelo y de la visión más clásica de las artes. «Porque Ofelia merece otro destino».
El próximo sábado (20.00 horas) el Palacio de Festivales arrancará su nueva temporada con 'Lake Machine', el primero de los cinco estrenos previstos. Para la institución cántabra se trata de «un día muy especial», como destacó en la presentación Isabel Ibarra, responsable de programación. El proyecto es, de hecho, una coproducción del Palacio, muestra del «compromiso con la promoción e impulso a los creadores cántabros».
«Quería entender por qué me siguen enamorando y cómo podemos seguir viendo esas obras sin cuestionar el papel de la mujer», se planteó Paula. Mujeres «siempre condenadas a morir de amor o por amor, a ser asesinadas o suicidarnos». Condenadas de antemano, aun cuando esos clásicos se reescriben por autores contemporáneos. Ofelia y Odette tienen un destino cruel.
Mari Paula comenzó a investigar esa relación entre mujer y muerte. Por el camino, a lo largo de dos años de investigación, sufrió tres abortos en diferentes etapas de sus embarazos. Ambos universos se cruzaron. «Para mí era muy difícil hablar sobre la muerte y no hacerlo desde mi punto de vista, porque cuando viví estas situaciones me sentí muy sola, sin referentes». Decidió combatir esa soledad social, creando ella misma esos referentes, teniendo a la mujer y a los dramas que padece «como figura central». Un aspecto importante del concepto que rodea esta obra es que no es un drama, como defiende su creadora. «La muerte es parte de la vida y tenemos que aprender a convivir con su presencia». El drama se concentra en la vida y no en la ficción. «Aquí mis hijas muertas están libres, no tienen ese destino trágico. Es una manera de dar luz a un capítulo muy oscuro y empezar a cambiar ese estigma que marca a las mujeres en las obras clásicas», sostiene. «Para mí no tiene sentido hablar de muerte sin reflejar las muertes que yo viví». Aquí «libero en cierto modo a todas; a Electra, Medea, Antígona, Julieta, Giselle, Desdémona, Ofelia, Odette y Odile, aunque me centro en esas tres últimas, mujeres aprisionadas en un drama personal diseñado y maquetado por un autor boy dentro de una lógica clasista, blanca y patriarcal».
La obra
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Idea, dirección y coreografía Mari Paula.
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Bailarinas Araitz Lasa, Julia Kayser, Laura Garcia Carrasco, Galina Rodríguez, Danielle Mesquita.
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Música y diseño sonoro José Venditti.
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Estreno Sábado 13, 20.00 horas. Palacio de Festivales de Cantabria.
Dos cisnes enfrentados convierten sus cuerpos en un útero femenino, rosa sobre negro en la simbólica imagen que ha diseñado Mutta Estudio para ilustrar una pieza de danza contemporánea que revisa los clásicos desde la parte coreográfica, dramatúrgica y también sonora y lumínica con la meta de que «las mujeres se puedan sentir libres bailando o actuando, pero también abrir un espacio para esta discusión del duelo perinatal del que no se habla».
Bailarina y coreógrafa, Mari Paula cuenta con formación en artes escénicas. «Mis coreografías se generan a través de estados físicos; voy compartiendo pensamientos, voluntarios y a partir de ahí hacemos investigación, improvisación y se van generando materiales que interesan o no». En esta obra cuenta con cinco bailarinas «que están gigantes», enfatiza. En este caso, la creación ha partido de tres figuras centrales: mujer, muerte y clásicos, a partir de las cuales ha creado «una constelación de palabras que podían estar dentro del proceso sin ser siquiera consciente de ello».
Considera muy importante la autora «separar la producción y el resultado de una investigación». En este caso, una investigación muy personal desarrollada junto a ese equipo de bailarinas enfatiza, y que también son creadoras. El resultado está muy lejos de ser solo para enseñar; es para compartir. «Lo bonito de la creación es que hay un momento en que estás perdida y de repente termina la pieza y tú miras las palabras y dices: ah, mira, eso que yo pensaba que no estaba, está». Una puerta que se cierra sola. Una intuición confirmada. «Eso es lo que me enamora del arte contemporáneo, que también deja pistas y espacio para las subjetividades».
Junto a la expresividad de las bailarinas, la iluminación y la sonoridad, el espectador podrá sumergirse en las sensaciones a través de la carta que la coreógrafa dedica a la obra en un momento dado «que refuerza o declara mis intenciones hacia el público y a los propios artistas involucrados en ella».
La parte musical es un trabajo de José Venditti, quien partiendo de 'El lago de los cisnes', una obra clásica del romanticismo, quiso despojarlo de esa carga romántica y construir un paisaje de sonoridades invertidas basado en tres ejes. Por un lado, la instrumentación y sonidos cercanos a la clásica, pero por otro trabajar con más experimentación e improvisación en directo, a partir de lo que los cuerpos hagan. La tercera pata es la más cercana a lo popular, con elementos propios del funk o la música brasileña.
'Lake Machine', que surgió a partir de la propuesta de Paco Valcarce para coreografíar 'Hamlet Machine', de Heiner Müller, es la mayor producción abordada hasta la fecha por la compañía de Mari Paula. En escena estarán las bailarinas Araitz Lasa, Julia Kayser, Laura García Carrasco, Galina Rodríguez, Danielle Mesquita y Mari Paula. Cuenta con la colaboración del Centro de Cultura Contemporánea Condeduque de Madrid y el Festival Dansa Metropolitana de Cataluña y tiene cerradas varias fechas fuera de Cantabria. Como señaló Isabel Ibarra: «Haber sido estrenada en el Palacio de Festivales es un sello que abre puertas a las obras».
Confiada en generar un espacio para la reflexión, satisfecha y feliz Mari Paula, que está embarazada de Iris, concluye: «Mi papel como artista es este; no podría hacerlo de otra manera». Desde el sábado, la obra y su mensaje serán de todo el público.
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