«El documental es una charla entre amigos con mucha gente importante»

–Usted... ¿no iba para abogado?

–Bueno, fue más una cuestión de tradición familiar, pero aquello no me entusiasmada. Por aquel entonces empezó Ciencias de la Información, en la que reunieron los estudios de cine, de periodismo y de publicidad, y yo me metí en Ciencias de la Imagen Audiovisual. Ahí empezó la cosa. Tampoco sabía muy bien qué quería hacer, pero sí que empecé a relacionarme con la gente que quería hacer cine.

–Parece que el retrato que ha hecho de la historia del cine español está gustando...

–Creo que lo que les ha gustado es que no es un trabajo académico, no se trata de contar la historia del cine sino historias del cine, del nuestro, de gente que sí participa y que representa una parte importante del cine este país a través de una charla distendida. Hay información, por supuesto, pero contamos cosas que normalmente la gente no sabe y damos nuestra opinión sobre gustos, sobre nuestras preferencias cuando éramos más jóvenes, sobre guionistas, directores, actores... Creo que la forma de contarlo es lo que más ha gustado; es una charla entre amigos, que en general son gente importante en la historia del cine español.

–¿Quién aparece o participa en el documental?

–Mucha gente. Fernando Trueba y su hermano David, directores como José Luis García Sánchez, Fernando Colomo, Manuel Gómez Pereira, Carmen Maura, Verónica Forqué, Ana Belén, Loles León, Wyoming, Víctor Manuel, Jesús Bonilla, los hermanos Gutiérrez Cava, José Coronado... Y se me olvidan varios. En total somos 21 incluyéndome a mí. Se puede decir que todos los que están son, pero que no están todos los que son. Era imposible porque teníamos un tiempo limitado. El nivel era muy alto y cualquiera que saliese tenía que aportar a la historia.

–¿Cómo surgió la idea de desarrollar este proyecto?

–La historia surge de una biografía mía, magnífica por cierto, 'Para habernos matado: historias de un calvo'. Empezamos a entrevistar a gente porque no me acordaba de muchas cosas y a partir de los años 80 siempre surgía alguna historia. Empezamos a grabarlo y quedaba muy bien conmigo hablando con ellos. Entonces a Ana Pérez-Llorente se le ocurrió ampliar esas historias y conversaciones a varias bandas y ahí empezó la historia.

–Empezó, sí, pero... ¿acaba ahí?

–Bueno, hemos estrenado en buenas condiciones, en 20 ciudades. Imagino que girará un poco, poco porque los documentales tienen una salida comercial pequeña, pero hemos salido con 27 copias. El ganar el Goya tiene importancia de cara a una posible continuidad de este proyecto; creo que cabría continuarlo en forma de serie o de películas más o menos recurrente, porque falta mucha gente por entrevistar. Por ejemplo, hablando de cántabros se nombra abundantemente a Mario Camus y a Gutiérrez Aragón pero no salen, y estaría bien entrevistarles porque tienen muchas cosa que aportar. Es algo que depende de que Televisión Española, que es quien tiene los derechos.

–Tantos amigos y tantos años habrán dado para alguna anécdota.

–Hay muchísimas. La base de la historia es que a todos los participantes les preguntamos tres cosas. La primera es cómo empezaron en esto del cine y hay respuestas para todo, porque había gente que venía del teatro, gente que venía de la canción, gente que no quería hacer cine, gente que sí quería ser director o actor... Después preguntábamos cuál es la película española que recuerdan haber visto y ahí también hay historias para todos porque hay gente de todas las generaciones, desde gente como Julia Gutiérrez Caba, que tiene más de 80 años, hasta los más jóvenes como Maribel Verdú, así que cada uno dice una cosa distinta. La tercera pregunta es qué ha sido el cine para ellos; esa parte es casi el final de la película. Todo eso mezclado da pie a muchas respuestas y a multitud de anécdotas y comentarios. Además, lo bueno de estar varios juntos es que una cosa te lleva a la otra, vacilas, te ríes... Eso es lo que les podemos contar a los espectadores: que no se van a aburrir.

–Como protagonista de ella, ¿cómo ve la evolución del cine español en las últimas décadas?

–No puedo decir otra cosa más que ha sido buena. Que a pesar de los pesares y de todas las dificultades que ha habido para hacer películas en España durante muchos años, sobre todo hasta la muerte de Franco, se han hecho películas asombrosamente buenas. Eso ya tiene un mérito enorme. Y posteriormente la gente ha evolucionado como ha podido, pero creo que seguimos a un nivel muy alto. Por ejemplo, las cinco nominadas para este año en los Goya son películas y directores de un nivel internacional. Eso es significativo. Esas películas, a parte de haber funcionado con el público, también tienen premios y reconocimientos por todos lados. Time, que no son ningunos mindundis, ha nombrado la película de Almodóvar como la mejor del año en todo el mundo.

–Pero no siempre ha sido así, ¿no?

–El problema de siempre es que el cine español es exactamente igual que España, y cuando va bien la parte económica mejora el cine porque tienes más tiempo y más dinero, y cuando la cosa va mal se resiente. Es lo que ocurre con toda la actividad económica de este país.

–¿Cómo ha sido la experiencia de dirigir junto a su mujer?

–Te iba a decir que lo he hecho yo todo pero como me está escuchando... (risas). Lo cierto es que la idea es suya y la que se lo ha currado ha sido ella. Es un trabajo conjunto pero en el que ella tiene un porcentaje bastante mayor de trabajo que yo. Yo solo me he dedicado a tocarles las narices a todos.