Pilar Adón Escritora
«Cuando escribo no me planteo generar debates ni despertar conciencias»La poeta y traductora, autora de 'De bestias y aves', Premio de la Crítica y Premio Francisco Umbral, protagoniza la segunda sesión de los Martes Literarios
Narradora, poeta y traductora, Pilar Adón (Madrid, 1971) está «contenta». Ha sido, la pasada, una semana fructífera, en la que ha estado escribiendo relatos en ... su casa del pueblo y leyendo material de su editorial, Impedimenta. La reconocida autora de 'De bestias y aves' (Premio de la Crítica, Premio Francisco Umbral y Premio Cálamo Otra Mirada en 2022) estará mañana en la segunda sesión de los Martes Literarios (19.00 horas, Paraninfo de la Magdalena).
-¿Diferencia la dinámica mental según el tipo de trabajo que aborda?
-A estas alturas ya no. Si hubiéramos hablado hace unos años te habría dicho que solo cuando estoy en un espacio como este, ahora, o cuando sé que tengo mucho tiempo por delante me puedo poner a escribir. Antes era más tiquismiquis y necesitaba mis libros, mi ambiente. No es tanto la disposición mental, sino el disfrute interno.
-Decía que comenzó a escribir desde un no lugar. ¿Ha encontrado ya uno concreto?
-No, la verdad es que no. Hace años, sí que era una sensación de saber dónde estaba mi sitio de escritura. El lugar donde aislarme. Hablamos de un no lugar, pero un sitio muy concreto. Ahora todo eso se ha desdibujado y es una búsqueda para encontrar el lugar, pero, al mismo tiempo, no quiero encontrarlo y tener la sensación de que cuando no estoy allí, el afán de perfección lo trastoca todo. Es muy dual. Lo importante es que coincidan los momentos con las aspiraciones.
-Hablemos de otro espacio; el círculo de mujeres con el que identifica su infancia. ¿Lo ha reconstruido ya adulta?
-No, que va. Y si lo he hecho de alguna manera, es con los personajes, todo el tiempo en el mundo de la ficción. A nivel vital no, porque soy una persona muy poco de grupos. Me ponen un poco nerviosa y me muevo mal. Esa comunidad que mencionas, formaba parte de ella por vínculos familiares y porque no me quedaba otra. Y con el tiempo la he ido idealizando y utilizando como excusa para escribir lo que escribo. Es una elaboración a posteriori para explicar por qué los elementos disruptivos siempre son hombres.
-Sin embargo, como dice, ese ámbito sí queda reflejado sucesivamente en varias de sus obras, como 'De bestias y aves', 'Las Efímeras' o 'Eterno amor'.
-En realidad, lo que trato casi siempre es el enfrentamiento entre el individuo y el grupo. En 'De bestias y aves' se ve cómo el personaje principal, Coro, llega a esta comunidad de manera involuntaria, porque se pierde y se da ese choque. Para mí es complicado y puede parecer muy asocial, pero es algo que he constatado desde bien pequeña y a mis 51 años, lo sigo constatando. En las novelas y los relatos hablo de personas que huyen y se aíslan, que no viven solas en el mundo, pero se dan relaciones peculiares.
«Me siento satisfecha de haber mantenido mi voz y perseverar en los que son mis temas»
-Como Coro, ¿ha vivido en alguna Betania propia de la que no haya podido salir?
-Sí, sí la he tenido, pero no te la voy a contar (ríe).
-¿Qué ha aprendido al realizar las traducciones a partir de la forma de narrar de otros?
-Es muy difícil hablar de esto, porque te podría decir que aprender a buscar la palabra exacta, muchísimo a nivel técnico, lenguaje, formación de frases, de estructuras... Todo eso es cierto. Hasta a veces parece que te puedes anticipar. Eso está muy bien, pero es lo que hacen otros. Luego lo tienes que llevar a lo que haces tú, y no lo llevas de manera directa. Se queda en el fondo, como una especie de andamio del que no eres consciente. Más allá de la técnica, hay una especie de conexión literario biográfica muy difícil de describir.
-Al fin y al cabo, con esa labor se mete de lleno en creatividades ajenas.
-Completamente. Al final eres una especie de intermediaria o de médium entre una lengua y otra. Pero también en la historia, la manera de contarla. Los lectores en castellano van a leer a esa autora por medio de lo que haya hecho yo. Es una responsabilidad muy grande y la conexión que se forma es brutal. No siempre sucede así porque también depende de la vinculación con el autor o autora. La traducción es un trabajo complicado, exigente, muy mal pagada y eso hace que la conexión sea más difícil, pero, incluso con libros que haces deprisa, ocurre.
«En la traducción hay una especie de conexión literario biográfica difícil de describir»
-Otra conexión; Sylvia Plath, una de sus influencias, ¿lo fue por una obra concreta o por el conjunto de su trabajo?
-Es el conjunto e incluso, en determinados momentos, determinados poemas a los que llegas. Está ahí la osadía que sigo viendo incluso ahora. Es una referencia de cómo llevar la vida diaria, las rutinas, lo cotidiano, y dentro hay algo en lo que puedes bucear, un líquido en el que te sumerges y es la libertad absoluta. Esto tiene que ver con 'De bestias y aves' porque hablo de líquido y libertad, pero sí, es una referencia a nivel general. Podemos hablar de libros, pero es un deslumbramiento que a veces pasa con algunas escritoras, no siempre, y quizá sería insoportable si se diese, pero cuando pasa, es la gloria.
-¿Sentía necesidad de destacar la importancia de los cuidados en 'Da dolor'?
-En 'Da dolor' y en un poemario previo, 'Las órdenes'. Nunca me planteo, a priori, cuando escribo, aleccionar, ni despertar conciencias. No intento generar opiniones o debates. Cuando escribí esos poemarios, necesitaba escribir eso. Puede parecer egoísta o egocéntrico. Nunca pienso en el lector, pero en ese momento no lo hice en absoluto. Era lo que necesitaba explicar a nivel literario y lo hice con la forma de la poesía. Hay poemas de 'Da dolor' que nunca he leído en voz alta y me cuesta leerlos en voz baja, pero con los años, veo que si los lee otra persona, puede llegar a conclusiones como esa de los cuidados, pero no es mi intención escribirlo 'para'.
-¿De qué se siente más satisfecha profesionalmente?
-De haber mantenido los que son mis temas y mi voz y haber perseverado en ellos. Si en algo estoy pensando todo el rato es en la perseverancia. Esa constancia en los temas, en la manera de expresarlos, de seguir hablando de la huida, del encierro, de personajes que se están buscando, me anima a seguir.
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