«La ocultación de la Historia convierte a la gente en ignorante, ciega y hedonista»
El periodista y escritor cántabro Fermín Bocos, presentó, en un nuevo acto del Aula de Cultura de El Diario Montañés, su último libro 'Cuando viajar era descubrir'
Fermín Bocos (Valderredible, 1949) coincide con una universidad australiana en que viajar «retrasa el envejecimiento». «No me cabe ninguna duda» insiste. Eso sí, que nadie ... espere encontrarlo haciéndose un selfie delante del Taj Mahal –y eso que la India es su país favorito para perderse–. El periodista y escritor, que ayer presentó su último libro, 'Cuando viajar era descubrir' (Almuzara) en el Ateneo, se siente un gran viajero y los sellos de su pasaporte dan fe de ello, pero a pesar de que su profesión le ha llevado a distintos puntos del mudo y que en las tertulias con dos de sus compañeros más queridos: Manuel Leguineche y Javier Reverte, los viajes siempre fueron tema central, reconoce que le hubiera encantado haber sido uno de esos viajeros que con su valentía y curiosidad desafiaron en los siglos XIX o XX los límites del tiempo. De todo ello, también de su libro, habló en un nuevo acto del Aula de Cultura de El Diario Montañés, acompañado por el también periodista y presidente del Aula, Manuel Ángel Castañeda y el crítico literario Javier Menéndez Llamazares.
Fue un coloquio en el que los nombres de Alexander von Humboldt, Patrick Leigh Fermor y Annemarie Schwarzenbach, Gertrude Bell o Agatha Christie, grandes viajeros que dejaron constancia de sus descubrimientos por escrito y que protagonizan 'Cuando viajar era descubrir', se mezclaron con los nuevos inventos como el GPS, el Google Maps o las modernas cadenas hoteles, unos espacios, estos últimos, en lo que tampoco será fácil encontrar a Fermín Bocos.
«Antes eran muy diferentes unas de otras. Ahora pocas se han resistido a la uniformidad»
«No entiendo como hay gente que se pone de espaldas al Taj Mahal para hacerse un selfie»
El periodista tiene muy claro que como decía Plutarco, «navegar es necesario mientras que vivir es innecesario».
Es de los que considera que el verdadero viajero, que no el turista, es aquel que «siente la emoción del viaje antes de que este se produzca» el que «se interesa por el lugar antes de llegar y se documenta bien» y, sobre todo, el que una vez llega a su destino «escucha y encuentra el sonido explícito del lugar».
Algo que hicieron todos los personajes que aparecen en su libro, que hicieron de los viajes «una forma de vivir» y que, como les pasaba a Manuel Leguineche, Javier Reverte y él mismo, «pensaban que el viaje era la sensación del paraíso».
Es cierto, y así lo reconoció, que el mundo de entonces no era como el de ahora, en el que las grandes diferencias entre un país y otro asombraban al recién llegado. «Ahora las ciudades se parecen cada vez más y eso es la principal decadencia de nuestra época, que hay muy pocas que se han resistido a la uniformidad», tanto arquitectónica como de las grandes cadenas comerciales y gastronómicas que las habitan. «En Zanzíbar ya no queda nada de lo que Morton Stanley vio cuando fue a rescatar a Livingstone», lamentó. Pero así todo, el periodista cántabro que ha dirigido informativos en la Ser, Cope, RTVE y en Telemadrid, cree que el buen viajero aún puede encontrar muchas cosas con las que asombrarse si se tienen ganas de salirse de los circuitos más turísticos. Un ejemplo y no muy lejano: la Biblioteca de El Escorial.
Bocos recomienda hablar con la gente que habita en los lugares que se visitan, y sobre todo que, «aunque las agencias te organizan muy buenos viajes, hay lugares a los que merece la pena que uno vaya por su cuenta».
Reconoce que su nueva obra –también es autor de títulos como 'Algo va mal' o 'El informe San Marcos'– es, en realidad, «un libro de aventuras» aunque la nostalgia por aquellas expediciones que hicieron aquellos hombres y mujeres planea en todas sus páginas y es que, viajar retrasa el envejecimiento, pero sin perder de vista nuestras raíces. «La ocultación de la Historia convierte a la gente en ignorante y nos vuelve ciegos y hedonistas. El pasado tal vez no fue mejor, pero es el nuestro» concluyó.
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