La Fundación Bruno Alonso se abre a las miradas sobre Sicilia de Feliciano López

Desde su llegada a Cantabria, a partir de su pasión y experiencia con la fotografía se fue relacionando con el ambiente gráfico de Torrelavega a través de diversas propuestas personales creando PhotoArt en la ciudad, vehiculado a través de exposiciones, certámenes, coloquios y talleres. Ya son varias ediciones las que se han celebrado contando con una presencia notable de fotógrafos de la región. Sin embargo, a pesar de su intensa actividad, «no era fácil ver imágenes suyas». Pese a su larga trayectoria como fotógrafo tenía una actitud subordinada a la obra de otros creadores. Ahora comparece en la Fundación Bruno Alonso, lejos de su espacio habitual de trabajo en el Paseo Julio Hauzeur.

La muestra parte de un viaje a Sicilia. «Para la mirada de un fotógrafo, una tentación en todas direcciones. Los ojos ávidos por atrapar los instantes que salen a su encuentro se ven seducidos por luces, arquitecturas, paisajes, gentes, situaciones... Edificios y detalles que definen la ciudad, el abigarramiento de las casas apiladas, pero también esa aislada en medio del campo». Sus imágenes reflejan «calles humildes, solitarias, habitadas por una familia de gatos, las calles con el bullicio cotidiano de sus ciudadanos en mercados y plazas, los mayores conversando tranquilamente en un banco, esa pareja hablando en la acera de noche, esa otra besándose en el andén abre una posible despedida...».

Son escenas de la vida diaria de los vecinos, instantes fugaces unos, otros, repetidos hábitos cotidianos de las gentes, «acaso alterados un día por la presencia de los turistas que llegan en ese crucero que aparece en una de las fotos».

Alterna las amplias panorámicas de los paisajes con imágenes que fijan un detalle que pasa inadvertido. Asimismo, combina la profundidad de una perspectiva con un primer plano: la silla en la iglesia, el jarrón de piedra decorativo ante un paisaje. La luz tiene un especial protagonismo como es lógico en todo fotógrafo. La intensidad de la luz mediterránea en exteriores con ocasionales contrastes de sombra proyectada, o la más matizada de interiores creando atmósferas poéticas como la de esa iglesia que espera a sus fieles devotos.

La luz diurna se combina con las luces nocturnas de los espacios urbanos. López Pastor fija con la cámara estampas cotidianas de la vida de los vecinos que transmiten una sensación de serenidad. «Podrían ser de otra ciudad del mundo, pero él estaba allí, pero en Sicilia, en ese momento y es lo que quiso plasmar, la poética de lo sencillo».

Sus muestras se sucedieron en Lérida, Jaén, Cádiz, Córdoba, Zaragoza, Puerto Real, Madrid, Pamplona, Pekín, Brighton, Gante, Guardamar del Segura, Alicante, Sonimac (Barcelona), entre otras. «El trabajo sobre el cuerpo siempre ha sido una constante, una forma de encontrar mi propio lenguaje estético», confiesa. Y destaca cuando Gabriel Cualladó adquiere obra suya y entra en su colección, que se expone en el IVAM en 1993 y en 2024-2025. Además, otras adquisiciones y colecciones con obra de López Pastor son las de Centre de La Imatge de Reus, IVAM de Valencia, Artium de Vitoria y por ayuntamientos y entidades de numerosas ciudades, en el o CDIS de Santander.

El fotógrafo intervino como autor y crítico en el Proyecto Cuatro Direcciones (Fotografía Española 1970 -1990) organizado por el Museo Nacional de Arte Reina Sofía y el Ministerio de Cultura. Ha trabajado sobre una ciudad imaginada que la denomina Homópolis y que se compone de «muchos espacios de ciudades iguales: los barrios».

En lo organizativo, dirigió las Jornadas Fotográficas de Guardamar, presidió la Federación Madrileña de Fotografía y desde 2013 y hasta ahora, director del Photo Art Festival de Torrelavega.

Actualmente pertenece a la junta directiva de Ibérica Fotográfica -Territorio Foto que es la asociación de directores de festivales en España y Portugal.