La interpretación del paisaje vertebra la programación de primavera en Altamira

Grau, representada en España por Juan Silió, reflexiona sobre el paisaje pasado de Altamira desde su momento presente. Lo hace a través de la pintura monocroma como un proceso de experimentación; piensa en el paisaje como el espacio que rodea y abraza la acción humana de desplazarse, captar y experimentar nuevas experiencias sensoriales y con ello artísticas.

Con esos mimbres conceptuales, se va creando un diálogo entre pintura y paisaje, artista y naturaleza, que forma parte intrínseca del proceso artístico a la manera de un acto performativo. Utilizando materiales propios y puros de la naturaleza, (el óxido de hierro o el agua del lugar), Irene Grau reflexiona sobre Altamira a través de una propuesta artística en la que pintura y paisaje se entienden como procesos líquidos, en constante movimiento, tales como el tiempo pasado y el momento actual, a través del cual perdura y permanece Altamira, siempre presente.

Otra exposición temporal, que comenzará el 31 de mayo y se prolongará hasta octubre, hilará también el concepto del paisaje y poblará Altamira de su hábitat original. El ilustrador paleontológico bilbaíno Mauricio Antón ha desarrollado desde 1988 una trayectoria profesional en la que arte e investigación se unen. A través de una selección de óleos, dibujos originales y reproducciones, esta exposición, que itinera del Museo Arqueológico y Paleontológico de la Comunidad de Madrid y que ha formado parte de la programación de instituciones como el Museo Nacional de Ciencias Naturales, presenta la trayectoria de Antón sin dejar a un lado el proceso de reconstrucción que desarrolla un paleoartista para llevar a cabo su trabajo.

A través de la colaboración y participación en múltiples proyectos, publicaciones y exposiciones, se pretende remarcar la importancia de su trabajo como puente de comunicación entre la ilustración y la investigación, la disciplina paleontológica y la sociedad, mostrando su trabajo como referencia indiscutible a través del cual descubrir y conocer los tiempos más remotos. Desde recreaciones del Eoceno en Alemania al Pleistoceno en la Patagonia poblado por smilodones.

Entre las propuestas que están a punto de finalizar en las instalaciones del Museo está la exposición temporal 'Arte rupestre de Palaos. Imágenes ancestrales, archipiélago fértil'. Una muestra que pretende acercar y enseñar el arte rupestre de Palaos a través de sus pinturas, grabados y tradiciones orales, leyendas o mitos ancestrales que construyeron el lugar junto con sus habitantes; divulgar este patrimonio único a través del respeto por la cultura del lugar y en contra de la desaparición o el olvido.

Tras la exposición dedicada a Marcelino Sanz de Sautuola en sus múltiples facetas, ahora el museo dedica el espacio Vínculos a la figura de su hija, María Sanz de Sautuola a través de un retrato, obra del pintor Luis Mosquera, donado por la familia Botín-Sanz de Sautuola al Museo de Altamira. María, siendo niña, acompañaba a su padre, Marcelino Sanz de Sautuola en sus exploraciones a la cueva de Altamira, y en una de esas jornadas, en el año 1879, guiada por la curiosidad infantil, se adentró en la cueva descubriendo las pinturas de la que, aún hoy, sigue siendo una de las cavidades más sobresalientes del arte rupestre paleolítico mundial.

Con motivo del Día del Libro, del día 23 al 25, el Museo de Altamira participa un año más en la campaña internacional de liberación de libros conocida como Bookcrossing. Los visitantes podrán dejar y recoger libros en las propias instalaciones de manera gratuita. .

Además, el 18 de mayo, Altamira se sumará a la Noche de los Museos recuperando la apertura excepcional de la Neocueva iluminada con lámparas de tuétano, que permitirán observarla con su luz original. Una visita con aforo reducido para público adulto que requiere reserva a través del correo: reserva.maltamira@cultura.gob.