Javier Tazón levanta en su obra «más ambiciosa», 'Cantábrica', la gran epopeya del Solar Cántabro
El escritor combina ensayo, ficción y recreación histórica en una trilogía que restituye la mitología a su dimensión épica
El escritor Javier Tazón (Santander, 1956) ha dedicado los últimos cinco años a una empresa que roza lo titánico: levantar una epopeya propia para el ... Cántabro Solar, un universo literario y mitológico que aspira a situarse al nivel de las grandes tradiciones narrativas. El resultado es 'Cantábrica, la Gran Epopeya del Solar Cántabro', una trilogía que combina ensayo, ficción, recreación histórica y cosmogonía para devolver a Cantabria un panteón, unas leyendas y un corpus de relatos que nunca habían sido abordados con tal ambición. La obra, editada por Epona, se presentó simbólicamente en el campamento de las Guerras Cántabras en Los Corrales.
Tazón describe su proyecto como un viaje entre el ensayo riguroso y la narración poética y es que su objetivo, según explica, es «desinfantilizar» la mitología cántabra, sacarla del rincón del folclore pintoresco y otorgarle la dignidad literaria y académica que alcanzará en otras tradiciones como la griega o la nórdica. «Tenemos seres fabulosos en nuestro imaginario, pero se han quedado reducidos a cuentos para niños. Yo quería devolverles su grandeza, colocarlos en un marco histórico y religioso que pueda medirse con cualquier otra cosmogonía europea», afirma.
Para ello divide su obra en tres volúmenes. El primero, 'Céltica Cántabra', se construye como un ensayo en el que se exponen las bases teóricas y comparatistas de la propuesta. En sus páginas se desarrolla el panteón cántabro, con divinidades clasificadas, genealogías, paralelismos indoeuropeos y una bibliografía minuciosa que supera los 200 títulos. El segundo tomo, 'Tiempos del Hierro', propone un recorrido literario por los principales castros cántabros, en un viaje que recrea la vida previa a las Guerras Cántabras y en el que van apareciendo leyendas ambientadas con precisión en el paisaje del Cántabro Solar.
El tercer volumen, 'Guerras Cántabras y Metamorfosis', funciona como el clímax narrativo: un relato de las guerras narradas desde la voz de los dioses, al que se suma una serie de metamorfosis cántabras inspiradas en Ovidio, con cosmogonía, teogonía y teomaquia propias. El tomo se cierra con una 'coda poética', especie de exaltación lírica de los valores del pueblo cántabro, y varios complementos que ordenan personajes, divinidades y relaciones de parentesco entre ellos.
El despliegue de cifras es elocuente: 138 divinidades, entre mayores y menores; 90 leyendas mitológicas adaptadas al contexto cántabro; 183 referencias geográficas; 33 ritos religiosos reconstruidos; 27 intervenciones druídicas; 11 ejemplos de licantropía; y hasta 10 oraciones e invocaciones traducidas. En total, 1.400 páginas de narrativa mitológica acompañadas por 188 imágenes de paisajes, arqueología y románico.
No es casual que, al hablar de sus referentes, Tazón cite a Tolkien. Como el autor británico, aspira a forjar una 'mitología nacional' que no existía en forma escrita. Y si Tolkien imaginó una Inglaterra mítica en El Silmarillion, Tazón construye un armazón para el alma cántabra, apoyándose en la mitología comparada, la arqueología y la tradición oral. «Admiro su capacidad para crear un mundo desde los cimientos. Yo no invento dioses, sino que reconstruyo los que pudieron existir a partir de los vestigios», subraya.
Dentro de la tradición cántabra, Tazón también respeta a los grandes precursores: Manuel Llano y Adriano García Lomas, padres fundadores de la mitología local, y a autores modernos como Isidro Cicero, cuyo Vindio enseñó a generaciones de cántabros la historia y la mitología de su tierra y que se encargará de presentar esta obra en una fecha aún por determinar. También reconoce la labor de Gustavo Cotera y Jesús García Preciado, otros escritores destacados de la fantástica mitológica.
En cuanto al tono híbrido de la trilogía responde a su voluntad de moverse entre la investigación y la imaginación. Hay capítulos con rigor académico y aparato crítico, pero también pasajes de lirismo y dramatización. «No quería limitarme a un erudito ni a un libro de cuentos fantásticos. Busqué un punto intermedio: un ensayo narrativo que emociona al lector ya la vez tenga una base sólida», explica.
El resultado es un libro que se lee como una epopeya clásica, pero que al mismo tiempo dialoga con la antropología, la arqueología y la historia de las religiones.
En palabras de su autor, Cantábrica es, ante todo, un acto de amor: hacia Cantabria, hacia sus paisajes, sus raíces y sus silencios. «He poner querido palabras donde solo había fragmentos dispersos», resume Tazón.
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