Guelbenzu cree que los lectores no le van a perdonar el final de Mariana de Marco
El escritor avanzó ayer en los Martes Literarios que «si decepciona y no gusta, tendré que escribir la undécima novela», pese a que había dicho que solo publicaría diez títulos de esta saga
El escritor José María Guelbenzu (Madrid, 1944) planteó ayer una duda en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) y es que el final de la ... jueza Mariana de Marco sea tan fuerte que «decepcione a los lectores y no me lo perdonen». No es que la jueza protagonista de sus novelas policiacas muera, pero si el final no gusta, se plantea escribir la undécima novela, pese a que había anunciado en 2001 cuando publicó la primera, 'No acosen al asesino', que sólo habría diez títulos de esta saga.
Guelbenzu repasó ayer su trayectoria en los Martes Literarios, el ciclo que patrocina El Diario Montañés. En su intervención, reconoció que tiene una «doble cara» como escritor, una es la literatura «ambiciosa» y otra más cercana al entretenimiento, en la que encajan las novelas policiacas. A su juicio, la novela policiaca es un tipo de literatura que le sirve de «desahogo» respecto a la literatura «alta, de ambición, que es la que verdaderamente importa». Y es que este escritor cree que «la novela policiaca da menos juego para arriesgar o experimentar que lo que es estrictamente literario. Estamos sujetos a un crimen, una investigación y una resolución y tener enganchado al lector como un pez. Es un tipo de literatura más sencilla».
En el repaso a sus inicios, Guelbenzu relató que empezó a escribir esta serie de novela policiaca -«no es novela negra, no quiero saber nada de este género», dijo- porque se había atascado en una novela con la que estuvo cinco años. Entonces decidió escribir esta novela policiaca. «El único problema es que cuando la había terminado me di cuenta de que tenía un personaje fantástico y la serie se está escribiendo por ella, por la jueza». Al principio quería que la jueza Mariana de Marco terminara en la novela que está escribiendo ahora y que publicará dentro de dos años. Pero «tiene un final tan tremendo que no se si se van a enfadar y me van a exigir que escriba algo más». Por eso, dejó la puerta abierta a la undécima entrega, si sus lectores «se quedan muy decepcionados» con el final que tiene en mente para la historia. «Como le pasó, sálvese la distancia, a Arthur Conan Doyle con Sherlock Holmes, que lo mató y luego lo tuvo que resucitar», dijo, al tiempo que mandó un mensaje tranquilizador a sus lectores porque «no voy a matar a nadie».
«La novela policiaca me sirve de desahogo respecto a la literatura de ambición, la que importa»
Tras la publicación de 'O calle para siempre', la novena entrega de esta dilatada saga de novelas sobre Mariana de Marco que arrancó en 2001 con 'No acosen al asesino', José María Guelbenzu ya vislumbra el final de su relación literaria con la jueza. En este sentido, el escritor reconoció que los lectores son muy críticos con el final de las historias, ya sea en las novelas o en las series televisivas, lo cual le parece «muy bien». Sobre la competencia de la novela con las series de televisión, Guelbenzu reconoció que ya ocurrió lo mismo cuando irrumpió la novela y arrebató al teatro y a la poesía la capacidad de contar historias. Después aparecieron el cine y las series, por lo que en su opinión el espectro de contar historias «está mucho más repartido que antes», aunque, a su juicio, el cine «está perdiendo mucho» mientras las series están en auge por la calidad de los guiones. Y recordó que una productora ha comprado los derechos de Mariana de Marco. «Me gustaría verla en la pantalla, aunque estoy seguro de que será muy diferente a como yo la he imaginado y como la han visto mis lectores», dijo.
«La jueza es un personaje fantástico y la serie la estoy escribiendo por ella»
El novelista también reveló ayer que tras escribir 'El río de la luna' se dio cuenta de que estaba haciendo una «crónica moral de su generación. Hubo un momento en el que me pareció que esto no era suficiente y que si quería ir a lo más alto tenía que ocuparme de los grandes temas: el amor, el odio, la codicia, la avaricia, la vergüenza, el miedo... de lo que siempre ha hablado la gran literatura».
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