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Scott Hamilton. Mr. Duck
Los mejores conciertos de 2017

Los mejores conciertos de 2017

Roqueros desatados, punkies mañaneras, fadistas sinatrianos e indies en estado de gracia entran en un Top 10 donde se cuelan Isabel Pantoja, Hombres G, John Fogerty, Carlos Vives o Rafael Basurto. ¡Leer para creer!

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Miércoles, 10 de enero 2018

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A 413 grupos y solistas vimos en directo en el pasado año 2017. Algunos repetidos: al cantautor getxotarra Coppel le disfrutamos al que más, hasta en cuatro ocasiones. En el segundo escalón, tres veces hemos catado a Loquillo, M-Clan, y Ricardo Lezón (una de ellas al frente de McEnroe, versionando a El Último de la Fila). Y dos veces, entre otros muchos nombres, hemos analizado al ballet Kukai, a Mikel Erentxun o a los bluseros internacionales vizcaínos Travellin' Brothers (con los que no nos hemos cruzado cinco veces o más porque coincidían con otros conciertos o por problemas logísticos).

De esos 413 conciertos, estos diez han sido los mejores por razones objetivas, al margen de gustos y de cuotas de cualquier tipo. No es una lista jerarquizada, sino que se ordena de manera cronológica. Allá vamos.

Pabellón de Miribilla, enero

Hombres G

En sexteto, ante 3.000 personas, Hombres G triunfaron por diversas razones: por no apelar a la nostalgia, por creer en su cancionero e interpretarlo con vigor, actitud y empaque, por el sonido tan poderoso como diáfano en un recinto tan difícil para eso como es un pabellón deportivo, por llenar ellos mismos únicamente con su sobria presencia el inmenso local, o por las luces del escenario (otra cosa fueron las de los teloneros: Los Secretos).

Bilbaína Jazz Club, enero

Scott Hamilton

El saxofonista neotradicionalista Scott Hamilton soplando en plan 'La La Land' en el antiguo BJC, empotrado en el estupendamente conjuntado Toni Solá 4t, generando emociones y proyectando amor por el jazz clásico. Basculó entre el swing y el blues y versionó a Zoot Sims, Blue Mitchell, Nat Adderley, Dizzy Gillespie o Duke Ellington en un concierto sin tacha, feliz y fiel. Todo el tiempo a nivel celestial, reminiscente de los tiempos dorados del jazz pero sin nostalgia.

Sala CUBEC!, marzo

Carlos Vives

Concierto festivo y espectacular ante unas 2000 personas contentas, con varios cientos de colombianos y otros hermanos suramericanos. Buenos vídeos, muchos colores, sincera cercanía al respetable y hasta trece miembros sobre el escenario: dos coristas que no dejaron de bailar como en una formación afrobeat, cuatro percusionistas, un acordeonista guajiro… y el propio Vives, un tipo cercano y panamericano que cantó, bailó y sudó las camisetas, montó en bicicleta (la de Shakira, sí), incrementó la pegada de sus baladas y reguetones, y se salió de la tabla con los vallenatos (¡'La gota fría'!) durante un show de dos horas pasaditas para una veintena de piezas.

Sala BBK, abril

Carlos do Carmo

En la jornada inaugural del sexto ciclo 'Noites de Fado', el majestuoso y cercano Carlos do Carmo, premio Goya a la mejor canción por 'Fado da saudade', incluida en la película 'Fados' de Saura, trasladó el melancólico género lisboeta a terrenos de los crooner sinatrianos. Lo logró por su mirar y dominar al respetable, por su elegancia en la indumentaria (traje, corbata, pañuelo asomando por el bolsillo…), por el ambiente de club nocturno de las luces tenues, por la entonación, la prestancia y la postura, y hasta por los comentarios («hubo un tiempo en que no bebía agua, bebía whisky scotch, qué bueno. Ya no me dejan. Como se dice en portugués: 'ay qué saudade'») y por el humor (se secó la cara con una toalla y exclamó: «¡el sudor de mi trabajo!»).

Carlos do Carmo.
Carlos do Carmo. Mikel Martínez de Trespuentes

Kafe Antzokia, sala superior, mayo

Havoc

'El mejor grupo indie español en vivo del momento', titulamos tras el show en el Antxiki de este cuarteto donostiarra perteneciente a la escudería Subterfuge y liderado por Pedro Gracia Pérez de Viñaspre (voz, guitarra, composición). El bolo era gratis pero sólo hubo media entrada mixta para disfrutar de un repertorio eléctrico y melódico soportado sobre la batería roquera a veces en plan los Who de Andoni Etxebeste (alias 'Etxebestia'), propulsado por dos guitarras de proyección planetaria en manos del líder Pedro y el productor Yon Vidaur, y realzado por una lírica en castellano madura, sugerente y a veces cínica. Un bolazo de 14 piezas en 56 minutos.

Azkena Rock Festival, Vitoria, junio

John Fogerty

A sus 72 años, el deseado Fogerty, el gran cabeza de cartel de los dos días del pasado 16º ARF, recuperó con autenticidad y modernidad el cancionero clásico de la Creedence Clearwater Revival (El Cerrito, California, 1967-1972) en un macroconcierto redondo, sobrio, brillante y guitarrero ante 18.700 espectadores, bastantes de edad muy avanzada. La legendaria estrella ofreció un gran espectáculo de 21 canciones en 92 minutos en sexteto, un concierto que no se pudo hacer mejor. No, no se pudo hacer mejor por el sonido (que brilló con potencia); por la actitud en la ejecución (no sobró ni el solo de bajo, imagínense); por el empuje guitarrero (hubo un par de jams instrumentales que no sonaron a relleno y que certificaron la autenticidad insobornable de Fogerty); por el protagonismo y la conjunción del sexteto (a la batería un estupendo Kenny Aronoff, a una de las guitarras el guapo Shane, uno de los hijos de John, nacido en 1991); por el atractivo visual del escenario (dos pantallas laterales reproduciendo la acción para los que atendían desde lejos, una pantalla en el fondo del escenario con interesantes visuales –abstractas, moteras, etc.–, claridad luminosa general…); y, claro, por el mero calado atemporal del reconocible cancionero de la Creedence, con títulos tipo 'Travellin' Band', 'Green River', 'Who'll Stop The Rain', 'Hey Tonight'… (en ocasiones se levantaban coros comunitarios emocionantes por boca de miles de personas). Un show que destacará en la propia historia del Azkena Rock Festival.

John Fogerty durante el concierto del pasado mes de junio en el Azkena Rock Festival 2017.
John Fogerty durante el concierto del pasado mes de junio en el Azkena Rock Festival 2017. Jesús Andrade

Satélite T, septiembre

The Ramonas

Llegando más allá que cualquier grupo tributo sin gracia ni velocidad, las Ramonas inglesas se rindieron al cancionero eterno de los Ramones yanquis en un bolo dinámico, explosivo y original que puso en danza al local en una matinal dominical memorable. Hiperdinámicas y superando todas las expectativas (los vídeos de Internet no capturan su energía), Cloey Ramona (voz), Rohnny Ramona (guitarra; la más guapa de las cuatro, con camiseta de los Sex Pistols), Pee Pee Ramona (bajo) y Cammy Ramona (batería) nos soltaron 32 pepinazos en 63 minutos que progresivamente fueron enloqueciendo a los presentes hasta llegar al pogo postrero. Buf…

Kafe Antzokia, sala superior, mayo

Daniel Romano

Enfático, intenso, teatral, creíble y gafapasta, el canadiense Romano se rompió el alma en un bolazo personal, agónico y dylaniano que sólo dejó de ser divino en las dos buenas versiones de Ramones. 'Una hora sublime', así titulamos a este reencuentro pleno de implosiones emocionales desatadas a lo largo de un show eléctrico, con clase, efervescencia y credibilidad que rompió todos los diques otra vez. No se pierdan su próxima incursión.

Miribilla, octubre

Isabel Pantoja

Sexta vez que veíamos a la folklórica, pero primera que entra en nuestra lista de lo óptimo del año. Es que generalmente La Pantoja tiende a alargarse y a sonar mal, pero en esta ocasión se salió de la tabla. Y eso que se tiró dos horas y tres cuartos llorando, chuleando como Raphael y chillando pletórica, escoltada de modo mayúsculo por la Orquesta Sinfónica Hasta Que Se Apague El Sol (oficialmente, 83 músicos, los hombres con chaqués) más el Coro de la Universidad del País Vasco (más de 44 componentes contamos, casi todo voces femeninas, jóvenes y guapísimas). La tonadillera se impuso siempre y en todo momento sobre esas dos macro-formaciones en un programa con tres partes y tres vestidos: primera parte para la canción melódica (vestido negro solemne), segundo para la copla (vestido rojo pasión con flecos largos) y la tercera parte, la no tan extraordinaria, para el flamenco (con vestido estampado y de faralaes). La organización informó que había unos 4.400 espectadores, todos sentados en un aforo dispuesto para 6000, y se veían muchos huecos. Pero todo el mundo se dejó arrastrar por el delirio pantojil, y entre irrintzis y vivas a España recordamos que una señora le espetó: «no te mueras nunca, que luego no tenemos a nadie». La diva la oyó y le contestó que seguiría «hasta que me llame el de Arriba, ¿vale?».

Teatro Campos, diciembre

Rafael Basurto

Un magnífico Rafael Basurto, 'La última voz de Los Panchos', teloneó y venció a sus anfitriones Mocedades en una memorable velada sinfónica filmada por la ETB. Orondo, benemérito, zalamero, pícaro y distinguido en el atavío, dio un mini-concierto visualmente espectacular (la Banda Sinfónica Ciudad de Irun estaba formada a sus espaldas, llenando todo el espacio escénico y colmándolo de glamour) y sónicamente sólido (a Basurto le respaldó su grupo habitual, un trío con bajo eléctrico reforzado por un cuarto miembro a la percusión). El maestro mexicano entonó de maravilla 9 canciones en 36 minutos y de puro lujo le quedaron las dos últimas piezas, ya escoltado por la Banda Sinfónica y sus numerosos clarinetes: 'Enamorado', que nos trasladó a Viña del Mar, y la emocionante 'Si tú me dices ven', en cuya introducción destacó que la lleva cantando 45 años y que «ustedes la hicieron éxito».

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