Óscar Losa y sus 'Lugares de los que nunca se vuelve' para entender el mundo, en Librería Gil
El autor, a través de 16 países y 22 capítulos, evoca cualquiera de «esos asuntos de la naturaleza humana que nos inquietan porque nunca se resuelven»
«¿Por qué viajamos? La gasolina del viaje es el anhelo. La búsqueda de aquello que nunca vivimos y queremos experimentar. Otras veces el intento de recuperar algo perdido para siempre». Bajo el epígrafe 'Lugares de los que nunca se vuelve' (Librucos), el nuevo libro de Óscar Losa será presentado hoy jueves, a las 19 horas, en Librería Gil por el autor, acompañado por la profesora Marina Gurruchaga. A lo largo de 16 países y 22 capítulos, cada uno describe un viaje, una ciudad o un lugar que «evoca cualquiera de esos asuntos de la naturaleza humana que siempre nos inquietan porque nunca se resuelven». Crónicas en las que brilla el drama o la ironía, a veces con un punto de ficción. «Si es posible, que no falte el humor». La publicación nada tiene que ver con la idea de un clásico libro de viajes que desarrolla un itinerario. «Tras la búsqueda de mundos exóticos se esconde la búsqueda de lo desconocido de uno mismo. Viajamos para entender el mundo. Y para entendernos a nosotros mismos. Que en el fondo es la misma cosa», señala Losa. Con este nuevo libro Óscar Losa confirma su periplo por la narrativa de viajes tras la publicación de 'Lugares a los que mi madre no quiso llevarme' (2022). Ahora, tras la superficialidad de la anécdota y el exotismo asoma una intensa reflexión sobre la condición humana. Muchos de los capítulos han sido publicados como reportajes en medios de comunicación con los que el autor colabora. «Nunca busques el paraíso: Queda demasiado cerca del infierno», recomienda el autor. «Los paraísos son lugares aburridos, casi siempre degradados por el turismo. La emoción anida en los sitios imperfectos, con los desgarros del drama, e incluso de la tragedia. Allí vibra la fraternidad. Paradójicamente, también la alegría», precisa. Siento decepcionar, confiesa Losa pero «no recurriré al tópico de describir el viaje como algo divertido y disfrutón, una hemorragia de felicidad. No viajo para llenar mi tiempo, ni para escaparme de mi vida cotidiana. Mentira, un poco, sí». Cada capítulo desarrolla un itinerario, un país o un lugar, seleccionados porque «expresan una idea o una característica de la naturaleza humana que fluye por debajo de las anécdotas comentarios y sucesos del viaje» y porque da unidad al capítulo. Y asegura que dos viajes de los descritos, a Irán e Irak, de medio centenar de páginas cada uno, «bien podrían ser dos libros aparte».