La pintura de Víctor Cuerno inicia el verano expositivo del Castillo de Argüeso
Cultura y el Ayuntamiento de Campoo de Suso organizan la exposición 'La belleza de isla decepción' del artista santanderino
«Mi obra refleja la tensión entre el orden y el caos, la fusión de lo abstracto y lo figurativo, una dualidad que conforma y ... completa la acción comunicativa». El artista Víctor Cuerno (Santander, 1966), recurre a estas palabras para explicar el fundamento de su creación. Desde esta semana y hasta septiembre su obra protagoniza el programa expositivo del verano en el Castillo de Argüeso con la muestra 'La belleza de isla decepción'.
Contribuir a la oferta cultural de la región, «incidiendo en una política de descentralización, al tiempo que damos a conocer a nuestros artistas y nuestro patrimonio cultural», es el fin de los proyectos expositivos que se abordan en el Castillo de Argüeso. La calidad en las propuestas, la variedad en las temáticas y lenguajes expresivos, y el apoyo al tejido artístico de la región son los pilares sobre los que se basa el diseño de la programación, que coordina Gloria Bermejo. Las propuestas comenzaron en 2008 y se han venido desarrollando con continuidad hasta la actualidad con la colaboración del Ayuntamiento de Campoo de Suso y el Gobierno de Cantabria a través de su Consejería de Cultura. En palabras de Bermejo, una exposición «es una construcción temporal, un texto escrito en el espacio, un territorio que hay que atravesar».
El crítico Gabriel Rodríguez, colaborador de El Diario, autor del texto con destino al catálogo de la muestra, sostiene que Víctor Cuerno «es un pintor inquieto, instalado en la duda constante, en el movimiento, en el cambio como forma de vida, en la creación como actividad terapéutica que le permite sufrir una constante decepción, a la vez que transformar sus demonios en belleza con sentido, construir una forma exaltada de relacionarse con un medio siempre cambiante: la pintura como actividad que da sentido a la vida».
El artista utiliza materiales reciclados, imágenes de desecho, sigue el principio de recuperar tanto los objetos como el contenido que ha explorado en obras anteriores. Es un trabajo personal e intenso, «planteado como una búsqueda inevitable, como una necesidad de entender corporal e intelectualmente la realidad que nos rodea. Está instalado en una labor constante de revisión, de reunión de las distintas etapas transitadas en un crisol en el que se funden lo que podrían ser obras siempre inacabadas, movidas por una tensión creativa siempre insatisfecha», según Rodríguez.
Víctor Cuerno cursó estudios de Arquitectura y se licenció en Bellas Artes en Bilbao en 1993. Seleccionado en diferentes concursos de ámbito nacional, obtuvo el Primer Premio en el Concurso Casimiro Iborra de Santoña.
Ha participado en talleres como los de Juan Genovés, Gloria Torner, o Juan Navarro Baldeweg. Entre sus diferentes muestras individuales destacan las celebradas en la Galería Juan Silió, 1989; Centro Cultural Puerta de Toledo. Madrid, 1990; Ermita de Valdecilla, en Solares, 2000; Sala de El Diario en Torrelavega, 2015, y la Universidad del Atlántico e Inder Espacio, entre las más destacadas.
Ante 'La belleza de isla decepción', Gabriel Rodríguez subraya que en toda su obra se refleja el amor por la materia de la pintura, la sensualidad del detalle técnico. Aunque es una obra netamente pictórica, se inscribe en una narrativa propia del collage. «Recoge imágenes del cómic, de la psicología conductista, de la magia de la infancia, de la relación del hombre con los animales, del pensamiento psicodélico, de los juegos de palabras que violentan el lenguaje». Siempre está presente la preocupación por la ecología, la denuncia de las formas económicas que arrasan el mundo, las relaciones de complicidad ocultas que van destruyendo los hábitats, deshumanizando al hombre. En sus obras, de este modo, conviven con naturalidad Karl Marx, Marilyn Monroe, el supervillano Mojo Jojo o la silueta de un ciervo.
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