Eduard Fernández
El actor denuncia «la salvajada del genocidio en Gaza» al recoger el Premio Nacional de Cinematografía en el Festival de San Sebastián
Oskar Belategui
San Sebastián
Domingo, 21 de septiembre 2025, 02:00
Eduard Fernández tiene 61 años, cuatro Goyas, la Concha de Plata al mejor actor en el Festival de San Sebastián, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, una hija actriz y el cariño y respeto de toda la profesión. Le faltaba el Premio Nacional de Cinematografía, que ayer sábado le entregó el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, en el marco del Festival de San Sebastián. Al acto asistió la vicepresidente segunda Yolanda Díaz y la plana mayor del cine español. El actor lanzó un emocionante discurso en el que leyó el nombre de niños asesinados en Gaza tras colocarse la kufiya o pañuelo palestino: «Quien no se conmocione con el genocidio en Gaza tiene un problema de falta de humanidad», aseguró.
«Quiero reivindicar una barbaridad que está ocurriendo en estos momentos, y es el genocidio de Gaza, relató». «Los quieren matar a todos de la manera más cruel y más bestia. Quien no se conmocione en lo más profundo de su ser con las barbaridades que vemos cada día en televisión tiene un profundo problema con su humanidad. Si eso es colectivo, el problema es grave y profundo. Cuesta encontrar palabras, pero Gaza es un espejo donde salimos todos, lo queramos o no», manifestó el actor.
En el último año, a Eduard Fernández nos lo hemos creído en la piel de dos personajes reales: Enric Marco, un sindicalista que se inventó una vida como superviviente del Holocausto nazi, y Manolo Vital, el conductor de autobús urbano que en 1978 se empeñó en subir el vehículo que conducía al barrio obrero en el que vivía en las alturas de Barcelona. 'Marco' y 'El 47' fueron dos de las mejores películas de la temporada. Además, al actor también le dio tiempo a debutar como director con el cortometraje 'El otro'.
«Soy incapaz de juzgar a un personaje, porque entonces no lo puedo interpretar», afirmó. Hasta en la piel del brutal José Millán-Astray, fundador de la Legión, en 'Mientras dure la guerra', encontró «cosas muy interesantes que me hicieron empatizar de alguna manera, aunque mi ideología sea absolutamente distinta». Fernández citó a Shakespeare en boca de Hamlet: «El fin de una actuación ha sido, es y será ofrecer a la naturaleza un espejo en el que vea la virtud su propia forma y el vicio su propia imagen». «La gente del cine y la cultura somos un reflejo de nuestro siglo y del momento en que vivimos», prosiguió el actor. «Por respeto a este oficio, es inevitable ser un espejo y reivindicar la barbaridad que está ocurriendo en Palestina, la salvajada, el genocidio y la barbaridad -llámalo como quieras-, que es dejar morir a los niños de hambre». Eduard Fernández leyó los nombres de niños menores de dos años asesinados en Gaza. «Es la debacle de nuestro siglo. Alguno dirá ¡qué pesados sois con el tema! No podemos dejar de decirlo constantemente, porque ellos no se van a cansar de matar sistemáticamente. Son muy buenos, lo hacen muy bien». Jon Garaño, que le dirigió en 'Marco', y la realizadora Mar Coll, que contó con el intérprete en 'Tres días con la familia', leyeron sendos discursos alabando el talento y la humanidad de un gigante que comenzó como mimo en Barcelona y junto a Albert Boadella en Els Joglars antes de ser reclamado por el cine.