Catálogo de definiciones de la poesía
Basilio Sánchez, en este ensayo con fragmentos, citas y reflexiones literarias que es 'El buen lugar', enriquece la manera de ver y leer el género
U verso entresacado de un poema del propio Basilio Sánchez (Cáceres, 1958) da origen al titulo de este libro, 'El buen lugar' y sirven, además, para enraizar la escritura con la propia naturaleza, un asunto este cuyo origen se remonta, como mínimo, a Aristóteles, autor, por cierto, citado en estas reflexiones, sobre todo por su 'Poética'. Ya desde la primera página del libro, bajo el amparo de Carlo Levi, se da razón de esta equiparación entre el espacio físico y el acto de escribir. La casa y el libro, ambos objetos con una misma intención, la de ser parapeto contra las inclemencias del ser humano, contra lo fugaz, contra la muerte. A partir de aquí, se suceden las reflexiones sobre el acto creativo, sobre el poeta y el poema.
Son tantas y de tan variado fundamento, que resulta imposible resumirlas, más allá de constatar la fidelidad de Sánchez al poema, concebido este como una ... forma de «desentrañar una realidad que se nos escapa» y de afirmar la identidad y los principios que la rigen: «Con los años –escribe Basilio Sánchez–―se termina aprendiendo que lo importante no es ser original, sino verdadero. Que lo sustancial es que lo que uno escriba sea lo que uno es y que el tono de su lenguaje se corresponda con su manera de ser y de vivir. Con la manera absolutamente personal que tiene cada poeta de pensar y de percibir, a través de sus sentidos, el mundo o en el que vive».
La cita es larga, pero expresa y resume el pensamiento del autor de manera contundente. Para apoyar ese pensamiento no duda Sánchez en recurrir a otros autores con citas literarias, con versos, frases o anécdotas que ha asimilado y adaptado a su saber, acentuando así un impulso de tácita complicidad que, sin embargo, asume un riesgo que compartimos, el de algunos lectores no estén lo suficientemente familiarizados con la obra aludido, complicando la comunicación de las emociones: «Los textos que reúno en estas páginas, las palabras que a lo largo de los años he ido recogiendo de los autores que me gustan y ahora traigo hasta aquí, consiguen conformar, en cierto modo, ese túnel particular del que nos habla Barnes por boca de su personaje».
'El buen lugar'
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Autor Basilio Sánchez
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Editorial Pre-Textos
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Páginas 228
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Precio 18 euros
Los fragmentos, que carecen de datación y dan así la sensación de un continuum reflexivo, aunque existan ideas que sobre las que se incide recurrentemente, hasta el punto de que, en algunas ocasiones, las perspectivas desde las que se abordan algunas de ellas llegan a ser, si no opuestas, sí contradictorias. Este aspecto, para este lector, contribuye aún más a profundizar en el este libro porque no tiene desperdicio. Podrá uno estar o no de acuerdo con las 'tesis' que en él se defienden, pero lo que resulta indudable es que su lectura enriquece la manera de ver y leer la poesía.
Además, si hay quien piensa que la heterogeneidad es una desventaja, nosotros pensamos lo contrario, la diversidad es una virtud de la que sacamos partido todos aquellos que buscamos no unas líneas maestras de pensamiento poético ya prefijadas, sino un sustrato común desde el que levantar un edificio poético personal. «La escritura, en su verdad, nace del vacío de lo que no se puede decir y conduce hasta el vacío de todo lo que se queda por decir. Por eso no es difícil que los poemas consigan trasladarnos la inseguridad con la que el poeta los escribe, ese extravío esencial ante las palabras que constituye el punto de partida ―–y casi siempre, también, el punto de llegada–―de la escritura poética», dice Basilio Sánchez.
Los poemas que prefiere el autor son los que ensalzan lo humilde, los que exploran la condición humana desde un planteamiento humanista, como queda patente en sus reflexiones durante la pandemia. Tras los duros momentos sufridos en primera línea, asistiendo con profesionalidad, pero también con humanidad, al dolor ajeno, solo la paz interior permite que el pensamiento y la emoción se transformen en poemas. El poeta no puede aislarse en medio de la frenética actividad a la que debió hacer frente. La construcción de su mundo imaginativo es posterior ―–no está de más recordar a tal efecto a Wordsworth–―, aunque no menos efectivo, porque los efectos de la lucha con la realidad tardan mucho en disiparse. Simone Weil afirmaba que la atención es una forma de oración, lo nos conduce a pensar que también el poema lo sea porque escribir no es solo un acto creativo, es también un acto trascendente, porque, como escribió el poeta norteamericano Robert Hass, toda palabra es una elegía.
La palabra, al fin y al cabo, es capaz, como afirma Zagajewski en este fragmento recogido por Basilio Sánchez, de «transformar el dolor y el sufrimiento en belleza» y en esa tarea, la de regresar al jardín, a la contemplación del mundo desde un espacio diáfano e incontaminado se aventuran cada una de las reflexiones de este imprescindible libro.
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