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Cristian David López, nacido en lamberé (Paraguay) en 1987, pero radicado en nuestro país hace ya varios años, frecuenta con solvencia varios géneros literarios, desde la poesía al teatro, pasando por la novela o el cuento infantil. 'Los regalos del camino' se puede adscribir tanto al género diarístico, en el que ya publicó el título 'Hola, mundo', como al del libro de viajes, pues son muchos los lugares visitados y descritos que aparecen en estas páginas. El propio autor lo confirma con estas palabras: «Los textos de este libro son apuntes impresionistas de aldeas, de calles, de plazas, de rincones, de ríos secretos, expresados con diferentes tonos» y un párrafo más adelante, escribe: «Pero es solo una guía sentimental de un viajero que aspira a conservar la mirada ingenua de la infancia», tal vez por eso el volumen comienza con el 'Mosaico paraguayo' y su primera entrada se refiera a su vuelta a casa: «Yo me fui de Paraguay cuando tenía veinte años. Seis años después vuelvo a verlo, vuelvo a sentir su aire tropical, los recuerdos de mi infancia se vuelven a activar en mi memoria como por arte de magia». Poco es lo que ha cambiado en este intervalo de tiempo. El paisaje y sus gentes permanecen inalterables porque los cambios en, depende qué lugares, se suceden con mayor lentitud. De todo va dando cuenta López, quien quizá esperaba una transformación mayor, acorde con la que ha experimentado su mente.
Autor Cristian David López
Editorial Bajamar Ediciones
Páginas 235
Precio 12 euros
Distintas percepciones suscita su viaje a Dublín, un lugar desconocido y con otra lengua, lengua que el viajero apenas habla y entiende, lo que, en ... una primera toma de contacto, le conduce al aislamiento y la duda. De esa incertidumbre surgen las reflexiones más emotivas, tan cercanas al poema en prosa: «Soy un niño. Un bebé que quiere hablar, que busca las palabras con sus pequeñas manos, esas palabras que no sabe cómo ni dónde colocarlas cuando las encuentra para que tengan el sentido que quiere que tengan. Esas palabras con las que quiere construir una pequeña y corta escalera y poder finalmente subir y unirse al resto del mundo». Si el viaje a sus orígenes tenía un innegable componente sentimental, en este son las inquietudes culturales las que prevalecen. Así, ante los ojos del autor aparecen, por ejemplo, la National Library, el Trinity College o el Museo James Joyce y algunas rutas literarias que se apresta a recorrer. Dublín es una ciudad literaria: «Hasta las fachadas de los pubs, los semáforos, los letreros que nos indican prohibición o peligro, cada rincón de esta ciudad tiene algo de poesía, de literatura».
Rafael Barret, el escritor nacido en Torrelavega de vida tan agitada y aventurera, que consolidó su fama como escritor en Paraguay, ha sido objeto de estudio por parte de Cristian David López, de hecho, ha editado dos libros antológicos del autor, 'Reflexiones y epifonemas' y 'Sobre literatura y arte'. La presentación de este libro le proporciona la oportunidad de conocer la ciudad de nacimiento del escritor y periodista. Este viaje se prolonga además por otros lugares de la región, de los que el autor va dando pincelada en textos que podrían estar escritos en el reverso de una postal. Será la pasión por Barret la que le conduzca a Arcachon, la ciudad portuaria donde falleció Barret y en donde está enterrado. De la ruta a lo largo de la costa occidental francesa, por la región de las Landas, con sus playas interminables batidas sin piedad por los vientos atlánticos y sus turísticas poblaciones surgen comentarios sobre costumbres y su historia, evocadas ambas de forma somera ―no es un libro de sociología no de historia―, pero con suficiente magia como para provocar el deseo de volver a quienes ya conocemos la zona.
La configuración de las secciones restantes sigue el mismo patrón. Fruto de una mezcla de evocación y de descripción los textos que integran este libro no pretenden ser una guía turística, más bien lo que pretenden es dejar para sí constancia de esos paisajes que en el futuro serán, quizá lo sean ya algunos, despojados del oropel de lo anecdótico, parte de la memoria. Escrito con una prosa sencilla, pero efectiva, a ratos con tonos líricos, otras veces con rigor informativo y, en todos los casos, con grandes dosis de asombro ante lo visto y vivido, Los regalos del camino, es un regalo también para quien guste del viaje interior, del que se realiza leyendo desde su habitación, tenga vistas o no.
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