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El intelectual Bernardo Toro, la pasada semana, en la UIMP. Daniel Pedriza

«O aprendemos a cuidarnos o perecemos»

El filósofo colombiano Bernardo Toro habló sobre «esta nueva forma de ver el mundo» en el curso 'Por la salud: los cuidados como eje vertebrador'

Mada Martínez

Santander

Lunes, 1 de septiembre 2025, 07:24

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El filósofo colombiano Bernardo Toro Arango predica la necesidad de un cambio en la forma de mirar y estar en el mundo, pasando del paradigma de la acumulación, del poder y del éxito «que nos ha guiado en los últimos siglos» a un paradigma del cuidado. En este momento, las palabras de Toro Arango suenan poco menos que subversivas, pero el intelectual lo ve clarísimo. «El cuidado es el único comportamiento que tiene la capacidad de reparar el daño pasado y prever los daños futuros. Ningún otro comportamiento humano tiene esa cualidad. El cuidado es un paradigma que puede ordenar toda la realidad de otra manera, la realidad de la salud, la económica, la política, la social, la familiar..., porque un paradigma ordena todo, ¿sí? Entonces, mi conferencia ha sido básicamente sobre eso», resume con sencillez, sentado en uno de los silloncitos que ocupan el vestíbulo principal del palacio de La Magdalena.

La conferencia a la que alude Toro ha terminado hace una hora escasa y con ella se ha abierto la III edición del curso 'Por la salud: los cuidados como eje vertebrador', dirigido la pasada semana en la UIMP por María Luz Fernández Fernández, presidenta del Colegio de Enfermeras y Enfermeros de Cantabria. Lo cierto es que las reflexiones del intelectual colombiano no podían hacerse en un contexto más apropiado: un encuentro con amplia asistencia de unos profesionales sanitarios fuertemente ligados al cuidado del paciente, al cuidado del otro.

«Generalmente, el cuidado está basado más en la enfermedad que en la salud –comienza valorando Toro, al término de la ponencia–. En economía es igual, valoramos más el límite que la riqueza, o sea, la escasez que la riqueza. Cuando uno analiza las cosas desde el paradigma de la enfermedad llega a un lugar distinto que cuando analiza las cosas desde el punto de vista de la salud», revela. De este modo, con su conferencia en La Magdalena él ha tratado de demostrar que «el parámetro de la salud genera otra forma de ver el mundo». Porque la salud «es el bien más importante de un ser humano» –ya no los recordó la pandemia–, pero tendemos a dejar de lado ese planteamiento. Toro Arango lo ilustra con un ejemplo: «El seguro de salud no está montado sobre la salud, sino sobre la enfermedad. Y la gente cree que tiene salud porque tiene seguro de enfermedad. Hemos abandonado el concepto de salud, que es un concepto de abundancia por el concepto de enfermedad, que es un concepto de escasez. ¿Sí? Y eso vale para todas las profesiones», apunta con calma.

La clave

«El cuidado es el único comportamiento que tiene la capacidad de reparar el daño pasado y prever los daños futuros. Ningún otro tiene esa cualidad»

Académico del Instituto Synergos de Nueva York, asesor de la presidencia de la Fundación Avina y miembro del Consejo Internacional del Instituto Ethos de Brasil, Toro Arango apuesta por romper con la paradoja en la aldea global. «Hemos creado condiciones para desaparecer como especie y, al mismo tiempo, hemos creado condiciones para llegar a niveles superiores como especie», recuerda. El filósofo lleva varios años reflexionando sobre su paradigma del cuidado en conferencias y artículos, algo que es aplicable, claro está, a la salud, pero no solo. «Se puede mirar la economía, la medicina, la política desde el punto de vista del cuidado. Por ejemplo, en política, ¿qué es cuidar? Es aprender a crear convergencia de intereses que permitan desarrollar la vida digna y el cuidado del planeta. Si usted lo mira desde el punto de vista de la economía, ¿qué es el cuidado? Aprender a hacer transacciones ganar-ganar. Solamente las transacciones ganar-ganar generan riqueza y equidad, pero la economía está montada sobre transacciones ganar-perder». La diferencia queda bastante clara.

Las reflexiones de Bernardo Toro hablan de un gran cambio y puede decirse que también cierta urgencia. «El cuidado es la nueva forma de ver el mundo. Aprendemos a cuidar o perecemos. No es una opción», advierte el intelectual colombiano. ¿Y cómo plantear esta gran transformación en este momento de conflicto e inestabilidad? La dinámica de la guerra es la de perder-perder y en la misma línea, por ejemplo, vibra la idea de ver el comercio como una forma de «eliminar la competencia o sacar a alguien del mercado».

«Si no entendemos que todas las transacciones tienen que ser ganar-ganar a nivel emocional, político, social, económico, espiritual y cultural no vamos a poder solucionar los problemas». Cambiar esas transacciones lo cambiaría todo.

El poder de las rutinas

¿Y es importante que esta idea del cuidado prenda en las aulas, en colegios, institutos, universidades? «La pregunta es dónde se forman los valores. Y los valores se forman en las rutinas de la vida», responde Toro. «Los valores de una empresa están en sus rutinas, los valores de una casa están en sus rutinas, los valores de una escuela están en sus rutinas, los valores de una iglesia... Entonces, si usted no cambia la rutina, no cambia los valores».

Toro plantea aquí un ejemplo centrado en el aula. «Si la rutina de la escuela es de clase magistral, con notas de excelencia, etc., eso genera unos valores distintos a los de una metodología de trabajo cooperativo en grupo», apunta. Con el segundo se aprende «la importancia de la diversidad, la importancia del compromiso en las promesas, la importancia de la escucha...», y, por contra, con el modelo magistral «usted aprende la importancia de darle gusto al que manda», argumenta el intelectual, que comenzó a trabajar sobre el paradigma de los cuidados allá por la década de 1990. Le inspiró un libro del teólogo y filósofo brasileño Leonardo Boff.

«El trabajo cooperativo en grupo –continúa– forma una conciencia del 'yo construyo la vida, 'yo construyo la responsabilidad'». Apliquemos esto a la familia, a la vida en el barrio, a las empresas, invita. A la geopolítica. «Trabajamos mucho en cómo pasamos de la geopolítica de soberanía, que es la de las guerras, a la geopolítica colaborativa. ¿Por qué? Porque los grandes problemas del planeta no pueden resolverse por naciones», advierte. Y aquí va otro ejemplo más: cuidar del Amazonas y evitar su destrucción no lo puede resolver, en solitario, ninguno de los nueve países que están dentro de la cuenca. «O los nueve desarrollamos una geopolítica colaborativa para proteger el Amazonas o nada. Usted puede hacer todos los tratados que quiera, pero si no hay geopolítica colaborativa, ningún problema del planeta es viable».

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