«Ya no me gusta pensar tanto en las marcas. Ahora lo que quiero es ganar»
«Conseguir esto es algo brutal y da mucha confianza para el futuro», señala Mohamed Attaoui tras ganar los 800 metros en el mítin de la Liga de Diamante en París
Extendía los brazos, se golpeaba el pecho... Y gritaba. Un saludo a la grada del coqueto estadio Charléty de París y cuando la cámara ... le enfocó de cerca, un gesto con su dedo en la cabeza, y de nuevo, los brazos extendidos. «¡Vamoooos!». Pero ese grito de Mohamed Attaoui (Beni Mellal, Marruecos, 26 de septiembre de 2001) no iba solo dedicado a todo el que le estuviese viendo por la tele en la tarde-noche del viernes -o en la grada, donde estaba uno de sus hermanos- y alegrándose de la victoria del torrelaveguense en toda una reunión de la Liga de Diamante. «Era también para mí», señala un Attaoui pletórico tras estrenar su palmarés en la competición que engloba a los mejores mítines del mundo. «Es un 'vamos, lo he hecho'. Conseguir esto es algo brutal. Y da mucha confianza».
El triunfo en los 800 metros en París, ante varios de los integrantes de la élite mundial de la distancia, viene precedido de un invierno que al torrelaveguense no le dejó muy contento para dar paso a muchas horas de entrenamiento con el fin de, primero, reencontrarse con una buena versión de sí mismo y, en apenas 20 días, subir a un nivel estratosférico. La temporada invernal no le salió a Attaoui como a él le hubiese gustado, a pesar de que fue campeón de España de 1.500 en pista cubierta. Así que, tras poner fin al curso bajo techo, el cántabro se fue a entrenar en altura. Primero Sierra Nevada, y luego Saint Moritz, la base de trabajo veraniego en Europa de su equipo, el On Athletics. Esos entrenamientos le han venido muy bien al torrelaveguense. «Estaba entrenando muy bien otra vez», recalca Attaoui. El 30 de mayo, en la localidad polaca de Bydgoszcz, llegó el primer aviso. Triunfo en los 1.500 metros con su mejor marca: 3.33.30. «No fue una carrera súper rápida, pero en el último 400 volví a ser yo. Me dije a mí mismo: 'Estoy de vuelta'». La marca suponía un buen recorte a la mejor que tenía hasta el momento, 3.36.12. «Pero no me sorprendió. Sabía que podía bajar mucho esa marca. Y sigo pensando que la puedo bajar mucho más».
Ese 1.500 en Polonia dio «mucha confianza» al torrelaveguense del On Athletics. Tres días más tarde, el 2 de junio, en la ciudad italiana de Rovereto, Attaoui avisó de nuevo con otra victoria y la mejor marca del mítin en los 800 metros, 1.43.56.
Una semana en Saint Moritz sirvió para cargar pilas y prolongar ese gran momento de forma en lo que ya eran palabras mayores. El 12 de junio, Attaoui competía en los Bislett Games de Oslo. Una de las pruebas de referencia de la Liga de Diamante y un gran lugar -porque a estas alturas del año las temperaturas aún no se han disparado allí- para fondistas y mediofondistas. Y la carrera del 800 sirvió para poner cuatro marcas entre las cinco mejores del año. Los 1.42.90 del torrelaveguense se quedaron como la tercera, por detrás del 1.42.78 del keniano Emmanuel Wanyonyi, el campeón olímpico y que ganó la carrera en Noruega. A 'Moha' le faltó un metro para atrapar al actual dominador del 800. «A falta de 400 metros me vi muy bien. Y cuando se abrió el argelino Sedjati me fui con él. Y cuando me pongo a la par...». El cántabro le rebasó y fue a por Wanyonyi. «Pero sacó fuerzas de donde no las había», dice entre risas el torrelaveguense. Attaoui señala que «ya no me gusta pensar tanto en las marcas. Ahora lo que quiero es ganar. Porque una cosa te lleva a la otra».
Un 1.500 'cansado'
Las buenas 'patas' que tiene el cántabro hacen que hasta en un día en el que las sensaciones no son las mejores, le salga una carrera de 1.500 que suponga recortar, otra vez, su mejor marca. Tres días después de correr ese '8' en Oslo, la Liga de Diamante recalaba en Estocolmo el 15 de junio. Y allí el cántabro competía en los 1.500. «Llegué muy cansado», reconoce Attaoui. «Salí 'a fuego', pero muy atrás. Por el 400 no me moví y al llegar a los 1.000 metros, pensé en retirarme. Iba fatal. Pero miré el marcador y pensé que si aguantaba, podía hacer 3.32. Además, corría con un compañero de equipo y me dije que no me podía ganar», señala entre más risas. El resultado, cuarto con 3.32.63. Y ese tiempo es mínima de la Federación Internacional (3.33.00) para el Mundial de Tokio. Si quisiera, y ratificase esos tiempos en el Campeonato de España quedando entre los tres primeros, Attaoui podría competir en el Mundial tanto en 800 como en 1.500.
«El 1.500 que gané en Polonia me dio mucha confianza. Me dije a mí mismo: 'Estoy de vuelta'»
«En Mónaco se quiere intentar batir el récord del mundo de 800. Estaremos los 'top 8' de este año. Estaré delante»
Pero el cántabro es tajante con esas dos distancias que combina. «No hay duda. El 800», dice divertido. «Voy muy bien y compito muy bien. Ya estoy asentado. El de Estocolmo ha sido el último 1.500 de la temporada. El año que viene, más».
El gran hito
En este junio en el que tanto entrenamiento ha salido a relucir faltaba la guinda. Esa carrera en el estadio Charléty en la que estaban los Tual, Hoppel, Masalela, Hoey... Y en la que el torrelaveguense, en una carrera con hasta doce participantes -trece, contando la liebre, el polaco Patryk Sieradzki-, dio una lección de táctica para no correr un metro de más. Bueno. Uno sí. «Es que me han salido 801 metros de carrera», afirma Attaoui entre carcajadas. «Siempre me salen muchos más». Corriendo siempre por el interior, «del 400 al 500 gané tres o cuatro posiciones por dentro. Vi un mini hueco por el interior, y por ahí fui». Antes de encarar la recta de meta, tuvo que apartar con su su brazo derecho al estadounidense Hoppel, «porque si no, nos tropezamos». Y poco antes de llegar a esa recta, Attaoui estaba confiado. «Sabía que se iban a abrir». Así que siguió por la calle uno para ajusticiar a los estadounidenses Hoey y Hoppel, ganar con su mejor marca de la temporada (1.42.73) y escribir una página memorable en una trayectoria que ya empieza a lucir éxitos más que sonados. De paso, acumula ya dos carreras de 800 consecutivas en los 1.42. «Y de manera fácil. Me decían cuando hice los 1.42.04 en Mónaco, mi mejor marca, que nunca iba a correr más en 1.42. Y con la del viernes, ya van cinco» .
A finales de mes, Madrid acogerá el Campeonato de Europa de selecciones. Y el cántabro ya está preseleccionado -salvo hecatombe, estará en la lista definitiva-. «Tiene muy buena pinta. Y es en casa, competir ante nuestra gente... Y va solo un atleta por prueba, con el nivel que hay en España», apunta un Attaoui que correrá el 800 en Madrid. Ya a principios de agosto, Tarragona acogerá el Campeonato de España, donde hay que ratificar ese billete hacia el Mundial. «Hay que quedar entre los tres primeros. Aunque de momento no hay mucha gente con marca mínima», comenta el cántabro.
Pero entre medias, puede haber un lío de consideración. El 11 de julio se celebra el mítin de la Liga de Diamante en Mónaco. El lugar en el que el cántabro logró esos 1.42.04, su mejor marca personal. «Se habla de que se va a intentar batir el récord del mundo», apunta 'Moha'. El keniano David Rudisha, desde el 9 de agosto de 2012, en la final de los Juegos de Londres, es el único ser humano que ha sido capaz de bajar de la barrera de los 1.41. Su tiempo, 1.40.91. «Vamos a correr los 'top 8' de este año». Pero Attaoui no quiere conformarse con ser uno más en esa carrera. «Estaré delante», advierte. Como también quiere estarlo en el Mundial de Tokio de septiembre. «Que me tengan en cuenta. El objetivo es mejorar el quinto puesto de los Juegos de París. Siempre intento mejorar y estar en la pelea por todo». Y esos gritos de celebración y rabia en el estadio Charléty de París en la tarde-noche del viernes son un aviso al resto de la élite mundial del 800. Que nadie escatime una gota de sudor porque un torrelaveguense está decidido a que su trayectoria en el atletismo no tenga límites.
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