Lucas Carral
Bolos ·
Tan buen bolista como locuaz, el de Barcenilla analiza su primera temporada en la élite y habla de sus ganas de difundir la modalidadTodo el que ha pasado por La Portilla conoce a Lucas Carral (Barcenilla de Piélagos, 22 de mayo de 2006), que de cachorro ha pasado ... a león para debutar en la División de Honor.
–Temporada recién finalizada. ¿Qué valoración hace del curso?
–Personalmente ha sido muy positiva, se han conseguido los principales objetivos y además he estado cerca de jugar el Campeonato Regional individual y el de parejas, nos hemos quedado también a diez bolos. Luego en Liga ha sido muy complicado, pero hemos conseguido remontar a base de buen juego y compromiso del equipo y eso nos ha llevado a triunfar en la segunda vuelta.
–En su casa se respiran bolos por los cuatro costados. ¿En algún momento en esas cenas familiares les decía a sus padres que el equipo se iba a Primera?
–Pues no crea que ha sido un pensamiento de una única vez, ha sido varias veces, lo hemos pensado, vamos a descender, a ver si cambiamos las cosas. Esos momentos han sido bastante complicados a la hora de pensarlo, pero bueno, una vez que ya en los entrenamientos empezamos a cambiar la forma de jugar y la mentalidad en un pensamiento positivo, pues nos ha salido todo y es lo que nos ha llevado a mantener la categoría.
–¿Cuál fue la clave de ese cambio?
–Fue después del partido de Noja. Ese día fue un desastre total, no nos salió nada, fue una catarsis y tuvimos una reunión el día del entrenamiento posterior al partido, y ahí empezó todo el cambio. Todo se empezó a ver en el partido de Las Fraguas, que empatamos y ahí empezó todo.
–Nació a veinte pasos de la bolera de Barcenilla. Además de jugador es un estudioso de los bolos desde pequeño.
–Nací al lado de la bolera, mi madre fue árbitra y jugadora y mi padre vivía al lado de una bolera en el Bar La Torre. Por narices tenía que jugar a los bolos, algo que ha sido posiblemente lo mejor que me ha podido pasar en la vida, porque he conocido a grandes personas y las que quedan por conocer. Aparte me han gustado muchísimo los datos y además estoy en la carrera de historia, me gustaría contribuir a los bolos tanto en la faceta deportiva como en la académica.
–¿En qué han cambiado los bolos desde que usted era pequeño?
–Buena pregunta. Yo creo que lo que le falta a los bolos es que la gente ha perdido el enchufe quizás por cómo están estructuradas las cosas. Están bien planteados, pero no se venden bien para que llegue a todos los públicos.
–¿Están planteados para llegar a la gente joven?
–Llegar a jugar bien a los bolos es bastante complicado requiere muchísimo entrenamiento y sacrificio. Pero bueno, yo soy partidario de que hay que jugar independientemente de lo que haya, da igual las normas, da igual las reestructuraciones, hay que jugar de todos modos. Si te gusta, hay que jugar.
–¿Por qué la gente joven no va a las boleras?
–Quizá por el típico mantra de que es un deporte de abuelos cuando se ha demostrado en la Semana Bolística que las gradas estaban llenas de gente joven. Yo he convencido a colegas míos de la universidad que han venido a mi pueblo y han jugado a los bolos y les ha encantado y se han enganchado en la Liga.
–¿Qué haría usted para llegar a los jóvenes?
–Una de las cosas buenas que podrían hacer los bolos es venderse por las redes sociales. Es decir, hacer una pequeña introducción de cómo es este juego, un reglamento, poner una serie de vídeos explicativos de los grandes jugadores. Yo por ejemplo a mis compañeros les enseño siempre que vean obligatoriamente la final del Campeonato de España de 2006 entre Óscar y Salmón, para mí es el mejor vídeo para aprender de bolos.
–Es un futuro historiador. ¿Con qué momento de la historia bolística se queda?
–Yo haría una historia general. Ha habido grandes épocas, pero en la actual ha habido un salto de calidad impresionante, se han subido 40 bolos en los campeonatos en apenas cinco años.
–¿Y carga usted con la responsabilidad de subir un poco más la media en los próximos años?
–No, yo lo que quiero es difundir los bolos, que la gente juegue. Puede que en mi generación no lleguemos a ser como Salmón o Víctor, pero yo quiero que la gente demuestre que le importan los bolos. Los bolos son parte de Cantabria y si mueren los bolos, parte de Cantabria muere.
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