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Perisic celebra el gol del empate. AFP
La 'gallina' de los huevos de oro

La 'gallina' de los huevos de oro

Perisic, antaño objeto de burlas por trabajar en una granja, se convierte en el héroe de Croacia gracias a un gol y una asistencia de pundonor

Miguel Olmeda

Miércoles, 11 de julio 2018

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Casualidades que tiene la vida. Hace cerca de 20 años, Ivan Perisic era el blanco de la diana de los niños de su edad: le llamaban 'gallina' porque mientras los demás jugaban en la plaza él tenía que trabajar con su padre en una granja de pollos. Este miércoles, sin embargo, otros 'huevos' son los que acompañan a su nombre. Y es que en un derroche de testosterona el extremo marcó el gol que permitió a Croacia luchar por la primera final mundialista de su historia. En otro, ya con la prórroga enfilando al punto de penalti y las medias de los 22 protagonistas a la altura de los tobillos, asistió de cabeza para que Mandzukic pusiera fecha al sueño ajedrezado: será el domingo 15 de julio.

La historia de Perisic con su país ha dado vuelcos que bastarían para ser llevada al cine. Empujado por las deudas de la ruinosa granja que regentaba su padre, se vio obligado a aceptar una lucrativa oferta del Sochaux cuando era la gran promesa croata y ni siquiera había debutado con el Hajduk Split. «Estuve dos años en Francia, en el Sochaux, aprendí francés, no jugué en el primer equipo pero tengo buenos recuerdos de mi época allí. Hablé con mi madre y me dijo que era un sueño que pudiera jugar la final ante Francia», recordó tras la semifinal. Entonces, la opinión pública se le echó encima y el sambenito de pesetero le acompañó durante años, hasta que en una entrevista reveló lo sucedido con el negocio familiar.

En Francia no le fue bien, y tras años dando tumbos entre Bélgica y Alemania eclosionó en el Wolfsburgo, ganándose un traspaso multimillonario al Inter de Milán. La figura del veterano y otrora ídolo nacional Ivica Olic fue clave en su desarrollo, conduciendo su carácter díscolo y egocéntrico para convertirle en un auténtico hombre de equipo.

Con la selección, Perisic siempre tuvo un 'feeling' especial. Coincidiendo con su última temporada en el Brujas, en la que marcó 22 goles sin ser delantero centro, llegó su debut con una camiseta ajedrezada que ya nunca se quitaría. Niko Kovac quedó predando de su manera de correr la banda del Wolfsburgo y le hizo un fijo entre los Modric, Rakitic, Mandzukic y compañía. El extremo, inferior técnicamente a las grandes estrellas croatas, le devolvió la confianza con trabajo y goles. Así fue el mejor de su selección en Brasil 2014 y en Francia 2016, cuando incluso se convirtió en el máximo goleador croata en la fase de clasificación con seis dianas.

En Rusia 2018, precisamente el mayor momento de gloria del país en dos décadas, Perisic no estaba brillando, opacado por el sorprendente Rebic y los clásicos Modric y Rakitic. Con todo, marcó el decisivo 1-2 ante Islandia en el último partido de la fase de grupos con un zurdazo cruzado. Cuando tuvo que decidir a quien sacrificar para fortalecer el centro del campo, Zlatko Dalic prefirió mantenerle en el campo, pegado a la banda izquierda.

Empuje desde la banda

Desde ahí Perisic desborda, ayuda al lateral Strinic, se desmarca en profundidad y, sobre todo, carga el área cuando el balón circula por el lado contrario del campo. Vrsaljko lo sabía cuando se dispuso a centrar en la búsqueda desesperada del empate contra Inglaterra. La primera final de un Mundial en la historia de Croacia estaba en juego y amenazaba con irse por el desagüe. El balón del lateral derecho parecía fácil para Kyle Walker hasta que apareció desde atrás Perisic como una exhalación para anticiparse al límite del juego peligroso y meter la pierna en dirección a gol. Uno a uno y la inercia de parte de los balcánicos.

Aun así el partido llegó a la prórroga, la tercera consecutiva para Croacia. Una tras otra, son ya 90 minutos de más en las piernas de los Modric, Rakitic, Strinic... a quienes ya les pesaban hasta los pantalones. No a Perisic, que volvió a dar un puñetazo sobre la mesa en el momento crítico. Sin piernas y sin fútbol por parte de ninguno de los dos equipos, el encuentro parecía condenado a otra tanda de penaltis. Un balón aéreo sin aparente peligro para la meta de Pickford se convirtió en un mano a mano entre Mandzukic y el portero después de que Perisic lo cabecease en la frontal, imponiéndose a Trippier en un alarde de pundonor y pillando a la defensa inglesa con la mandíbula desencajada. El '17' no falló a su cita con el gol y Croacia se jugará con Francia el título de campeón del mundo el próximo domingo en el Luzhniki de Moscú. «Hemos visto todos los partidos de Francia. Bélgica era muy fuerte y ellos ganaron con un bloque defensivo muy fuerte», avisó el croata. «Francia puede jugar muy buenos partidos defensivos y tiene un excelente entrenador y grandes jugadores, no me puedo quedar con uno solo».

El domingo, los 'huevos' de la 'gallina' tienen la oprotunidad de hacer historia..

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