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Taimuraz Friev (azul), durante el combate.
No habrá fiesta en La Mina
lucha libre

No habrá fiesta en La Mina

Ídolo del club de lucha de este barrio marginal de Barcelona, Taymuraz Friev debuta en los Juegos con una derrota en su primer combate

Jon Agiriano

Viernes, 19 de agosto 2016, 09:28

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En el club de lucha del barrio de La Mina, en Sant Adrià del Besòs, Taymuraz Friev es un ídolo. Lo es desde los primeros días que apareció por allí en 2011, recomendado por el entrenador Tamerlan Dobaev. Friev, que se había instalado en Cornellà, donde existe una colonia de osetios, mostró pronto sus credenciales. Era uno de los grandes luchadores de su país y sólo la enorme competencia que existe en Rusia dentro de su deporte le impedía ser olímpico. Juan Carlos Ramos, el responsable del club, supo enseguida que tenía una joya. Y decidió que luciera de la mejor manera posible en beneficio de todos sus chavales.

A mediodía, su grupo de whatsapp era un avispero. Tenían grandes esperanzas puestas en Taymuraz. Es más, la mayoría estaban convencidos de que volvería de Río de Janeiro con una medalla olímpica y que la fiesta sería inolvidable. Hubo, por tanto, que encajar la decepción con deportividad, uno de los valores que intentan enseñar en ese club cuya labor social en una zona marginal como La Mina ha sido reconocida por todos en Cataluña. "No ha podido ser. Así es el deporte. Se ha puesto nervioso tras empatar a 6 y un pequeño error le ha costado la derrota", comentó Juan Carlos Ramos en la zona mixta del pabellón Ríocentro 2 después de que su pupilo perdiera en su primer combate por 8-6 con el cubano Livan López Azcuy.

En ese momento, todavía quedaba una esperanza. Si el caribeño llegaba a la final, Taymuraz Friev entraría en la repesca y podría aspirar a la medalla de bronce, una como la que consiguió en Londres Maider Unda, la única medallista española en este deporte. Para llenar el hueco de la vasca, el CSD y la Federación Española de Lucha hicieron lo que Ramos califica como "un gran trabajo" con Taymuraz. Se refiere al rápido proceso de nacionalización del luchador de Vladikavkaz. La derrota de Livan López Azcuy en su segundo combate, sin embargo, provocaron la eliminación del español de origen osetio. A partir de ese momento, en el club de lucha de La Mina comenzaron a pensar en Tokio 2020. Están acostumbrados a caer y levantarse. Taymuraz deberá competir allí en un peso más alto porque los 74 kilos se le quedan demasiado cortos. Y sueñan con que algún otro chaval del barrio le acompañe.

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