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Adel Mechaal celebra su oro.
Una renovación tangible del atletismo español
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Una renovación tangible del atletismo español

El Europeo de pista cubierta celebrado en Belgrado deja a la selección lejos de sus mejores registros históricos en la competición, pero supone una mejoría de la mano de los más jóvenes

alberto pozas

Lunes, 6 de marzo 2017, 20:39

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"Me quedo con muy buena sensación". La primera valoración en caliente de Ramón Cid, director técnico de la Federación Española de Atletismo, reflejaba en pocas palabras el sabor de boca que ha dejado la actuación española en el Europeo de Belgrado: un lamento por la falta de medallas, pero también la sensación de tener una selección mucho más competitiva, joven y renovada que en años anteriores.

Siguiendo la tónica general de la última década, España no ha hecho grandes alardes en el medallero con un sexto puesto: cuatro medallas que doblan la cosecha conseguida hace dos años en Praga y que se ponen a la altura de las ediciones anteriores de Gotemburgo, París o Turín. No es, desde luego, un resultado comparable a las ediciones de hace una década, cuando España volvía a casa con más de diez medallas, pero sí aleja los fantasmas del pírrico resultado de la última convocatoria en un campeonato cómodo para el atletismo nacional.

Como director técnico de la Federación, Cid es el confeccionador de selecciones para el atletismo nacional, y el que estudia con detalle cada intervención de nuestros atletas en un gran campeonato. "Este año hemos tenido mucha presencia en todas las finales, y creo que con un nivel bueno, un nivel competitivo", decía. España no podrá presumir de un medallero muy abultado, pero sí de haber tenido catorce finalistas, el mejor número de la última década. Aunque reconoce que algunas preseas se nos han escapado: "Todo esto, independientemente de que podrían haber sido siete u ocho medallas", explica.

Desde la grada del Kombank Arena, Cid ha podido comprobar como la tan nombrada renovación del atletismo español no sólo ha llegado a casi todos los rincones de la selección, sino que también empieza a dar resultados tangibles: Adel Mechaal (27), Álvaro de Arriba (22) y Jorge Ureña (23) daban a España tres de las cuatro medallas. La media de edad de los finalistas españoles es de 25 años, teniendo en cuenta que en esta nómina entra Ruth Beitia (37 años) como única que ha superado los treinta.

Cid tiene buenas palabras para casi todos. Esther Guerrero, por ejemplo, fue sexta en 800 metros y puede que algo alejada del poderío que había exhibido a lo largo del invierno: "Me ha dicho que no podía más, y eso es lo que valoro". Sobre la resurgida Ana Peleteiro, asegura que "ha estado maravillosa". Ana Lozano se estrena en la selección con un sexto puesto en 3.000 metros. El joven Lucas Bua se incrusta en la élite europea del 400 'indoor' y ya habla de "lo que pesa la camiseta. Cid sentencia: "Hay muchas buenas noticias, de las malas ya hablaremos un día, pero se las comen las buenas".

Hoja de servicios

La satisfacción por la hoja de servicios de los españoles en Belgrado está extendida por la Federación, y prácticamente todos los análisis coinciden en lamentar las medallas que se han escapado por los pelos, pero también en ensalzar la competitividad de los atletas en el entorno internacional. El "saber competir" que se adquiere con los años y que algunos españoles muy jóvenes como Carlos Mayo o Ana Peleteiro traían de serie en su primer Europeo de sala. Muchos de ellos todavía tienen bastantes ediciones por delante para seguir asaltando el podio.

Actuaciones por debajo de lo esperado, como por ejemplo el sexto puesto de Orlando Ortega, han privado a España de más medallas y, una vez más, el peso del éxito recayó en la mejor de la historia: Ruth Beitia cumplió, como hace siempre, y volvió a casa con una plata. La madrileña Nuria Fernández también cumplió y en zona mixta tuvo que rendirse ante la evidencia de que Ana Lozano, sexta por delante de ella, es ahora "la referencia" en el fondo español por su irrupción descarada en la élite.

La "buena sensación" que exponía el director técnico de la Federación está avalada por los números, y también por la actuación española en el Kombank Arena de Belgrado, aunque la euforia es moderadamente contenida: en el escalafón de complejidad competitiva internacional, un campeonato de Europa de pista cubierta está muy abajo en la cadena trófica, y lo que espera este verano es un Mundial en Londres con todos los gallos del corral en la línea de salida.

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