Borbolla se impone en El Clásico

Después de que el pasado año Borbolla se llevara la Copa, los de Maliaño salieran triunfadores ligueros en la última jornada al ganar a los costeros y de que en este 2024, en la Copa Apebol, el triunfo recayera de nuevo en los de El Parque, ambos conjuntos saltaban al corro con sensaciones divergentes. Y es que Camargo ganó con autoridad en la apertura del curso a Pontejos, mientras que su rival no había podido hacer nada para puntuar ante Peñacastillo. Con todo, lo de ayer era un Clásico, el partido por excelencia de las dos primeras décadas del siglo XXI y arrancó con Manolín Domínguez en plan estelar. El de Meruelo volvía a la que fue su casa y con un emboque de valor veinte en la apertura y siete bolos de subida en el segundo encarriló los dos primeros parciales del duelo para los suyos.

En un choque mejor de birle que de tiro, Camargo sacó la cabeza del charco para respirar en la bajada del tercero, en la que Rubén Rodríguez aderezó los lanzamientos de sus compañeros con una bola de seis que sirvió para recortar distancias. Fue un espejismo. El de Villanueva de la Peña envió una bola por fuera de la caja, de catorce metros, en el cuarto chico y los locales volvieron a sumirse en la mediocridad ante un cuadro de Borbolla irregular de subida, sólido de birle y en el que José Díaz sustituyó con solvencia a Mario Borbolla.

Completaron la tarde de sábado otros dos encuentros. En Comillas, el cuadro local y J. Cuesta se repartieron los puntos tras un cara a cara en el que ambos estrenaron su casillero este curso. Con un juego irregular, ni los comillanos ni los de Cerrazo atisbaron sobre el corro el potencial que sus jugadores tienen en sus brazos. En El Cagigal, Ribamontán al Mar recibió la misma medicina en forma de remontada que ellos habían usado la pasada semana en Muslera. Los de Loredo se apuntaron los dos primeros parciales antes de que La Rasilla, que se marchó hasta los veinte metros en busca de los puntos, se aposentase en el corro para llevarse el triunfo.