Un cántabro en un país que adora el hockey
Alejandro Alonso lleva unos meses en el Royal Leopold belga. «Aquí las fotos de los jugadores de la selección están en las marquesinas de los autobuses»
Marco G. Vidart
Santander
Jueves, 4 de diciembre 2025, 14:53
Lo que se ha encontrado al llegar a Bélgica ha colmado todas sus expectativas. Tanto que Alejandro Alonso (Santander, 1999) ya ha hablado con su nuevo club, el Royal Léopold, para que una segunda temporada con ellos, que era opcional, sea definitiva. El cántabro, uno de los pilares de la selección española de hockey, se embarcó a finales de verano en una nueva aventura. Dejó su Tenis de siempre para viajar a un país que adora el hockey. Para crecer como jugador, para estar mucho mejor preparado cuando llame la selección y para «cuando vuelva al Tenis» aprovechar y enseñar todo lo que ha aprendido.
El Royal Léopold, uno de los grandes del asunto en Bélgica –42 títulos de Liga, 28 en chicos y 14 en chicas– se fijó en uno de los referentes de la selección española. Álex Alonso pasó a ser, por primera vez en su vida como jugador, el 'extranjero'. «El 'fichaje, como nosotros llamábamos a los de fuera en el Tenis. Y ahora lo vivo yo. Es una responsabilidad extra. A la hora de jugar, de comportamiento... Tengo que dar un poco más que el resto».
Pero todo ha sido más fácil de lo esperado en Uccle, uno de los municipios de la región de Bruselas. Aunque el francés en el que se habla allí al principio le ha costado un poco, su compañero en la selección y ahora de equipo, José María 'Chefo' Basterra –con quien vive en Bélgica–, ha sido apoyo indispensable, amigo y traductor. «A la vez, el entrenador y la segunda entrenadora hablan español. Se lo he agradecido públicamente, porque si no hubiese sido todo muy diferente».
En Uccle, y en toda Bélgica, se respira hockey. Mientras que en España es un deporte de esos llamados minoritarios, «aquí es uno de los deportes nacionales», añade el santanderino. «Vas por la calle y en las marquesinas de los autobuses o en los escaparates de las farmacias ves las caras de los jugadores de la selección». Así, ver a gente con bolsas con sticks por la calle es de lo más normal. Hay un dato que apabulla. «Solo en mi club, hay más de 1.000 licencias de hockey. Más que en toda Cantabria».
Un día normal para Álex Alonso empieza pronto. «Sobre ocho y media, o nueve de la mañana». Tras el desayuno, al gimnasio y por la tarde, tras «trastear» con algo relacionado con sus estudios, por la tarde entrena a un equipo femenino sub-19 del club. Los martes, miércoles y viernes, durante dos horas, hay entrenamiento con el equipo. Y generalmente los domingos, partido. «Aunque al final de la primera vuelta, ha habido muchas dobles jornadas». La Liga belga es como la española en cuanto a número de conjuntos, 12, pero hay una gran ventaja: los viajes. «El más largo, es una hora y media de coche. Y en un día de atasco». Nada que ver con las kilometradas de autobús cruzando toda España.
Más nivel
La selección belga es una de las más potentes del mundo y eso también tiene su reflejo en la Liga. «Sí hay algo más de nivel», reconoce el cántabro. «Y los partidos suelen ser muy ajustados. Puede haber algún equipo más dominador, pero los encuentros son parejos». La principal diferencia que encuentra con el hockey español es que el belga «es diferente a nivel táctico. Se analiza mucho a los rivales. Por ejemplo, en los penaltis córner defensivos, se varían en función del equipo rival. E incluso se varían dentro del mismo partido».
Todo eso hace que el objetivo que se marcó Álex Alonso al irse a Bélgica se esté cumpliendo. «Buscaba un nivel alto de entrenamientos, continuado, y también jugar los domingos a un gran nivel», comenta. «Me sirve para seguir creciendo y cuando llegue a la selección, llegar con ese nivel alto táctico y de ritmo». En principio, su contrato era de una temporada con una opción a otra. Pero antes de este parón hasta marzo de la Liga, al igual que sucede en España, «me senté con un directivo, que me preguntó la idea que tenía. Le dije que yo estaba encantado, y ellos me dijeron lo mismo. Así que ya hemos acordado ese segundo año».
El Royal Léopold es sexto en la Liga belga, «con un partido menos y a dos puntos del cuarto». El pequeño debe en esta temporada es que el equipo cayó en la previa de la 'Champions' del hockey. «Ganamos el primer partido ante un equipo de Viena, pero en el segundo nos eliminó el Club de Campo de Madrid», dice con un punto de amargura Álex, que pasa unos días en casa por el parón liguero y deja una Bélgica «en el que el tiempo no es tan malo, de momento. Aunque cuando me fui, empezó a nevar», señala entre risas. Estará en el Royal Léopold estos dos años, pero luego, «cuando termine mi aventura en Bélgica, mi idea fija es volver al Tenis». Para ayudar a su club de siempre a crecer en el hockey español con su experiencia y con las cosas que haya aprendido en Bélgica. «Y eso será para la temporada 2027-2028. Un año bonito para disfrutarlo en casa». Al final de ese curso, hay unos Juegos Olímpicos en Los Ángeles. Y el '2' de España aún digiere el amargo sabor de la medalla de chocolate en los Juegos de París. El cuarto puesto. Todo lo que pueda aprender para subir aún más su nivel en el hockey tiene como finalidad y gran horizonte ese año y esa ciudad de Estados Unidos «Porque el hockey nos debe una», concluye.