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Bolera de La Rasilla, la más complicada de la División de Honor para los jugadores. :: SANE
Bolos

La Rasilla, un territorio comanche

La Tapia de Sobarzo es el segundo corro más votado, con diferencia sobre las de Cerrazo, Loredo y La Cavada, que también fueron elegidas

Borja Cavia

Santander

Jueves, 4 de abril 2019, 19:26

Para los reporteros de guerra el territorio comanche es aquel en el que las posibilidades de salir herido aumentan con cada paso que dan. Un lugar del que huir, desde luego. Para los jugadores de la División de Honor de bolos son aquellas boleras en las que es más complicado estar cómodo y, en muchas ocasiones, el juego se vuelve cuestión de supervivencia. Y en 2019 La Rasilla de Los Corrales y La Tapia de Sobarzo son los corros que los competidores consideran más complicados. Varios son los factores que influyen a la hora de considerar las dificultades propias de una bolera. Su situación, si es cubierta o no, las horas de sol que recibe y, por su puesto, el estado del cutío. Circunstancias propias de cada recinto que obligan a los bolistas a saber cómo jugar en cada lugar y en cada situación de partido.

Y es que como en casa en ninguna parte. Salvo J. Cuesta y Torrelavega, todas las peñas de la máxima categoría lograron más puntos en su feudo que a domicilio la pasada temporada. Los casos más extremos fueron los de Ribamontán y La Rasilla, que obtuvieron el 66% de sus puntos en su bolera. Dos equipos que coquetearon con la zona baja y que gracias a sus triunfos ante su afición no sufrieron con respecto a la zona de descenso. Primer aviso acerca de las dificultades de jugar en Los Corrales.

Comillas o Los Remedios también convirtieron sus corros en un fortín, obteniendo el 60% de los puntos finales en la tabla jugando como locales. Los de Los Tilares realizaron una segunda vuelta en la que derrotaron en su feudo a todos sus rivales menos a J. Cuesta, que fue la única partida capaz de llevarse los puntos, mientras que en la de Muslera solo fue capaz de ganar... J. Cuesta. Por algo los de Cerrazo lograron más puntos a domicilio que en casa.

La peña de Los Corrales ganó en casa el 66% de sus puntos la pasada temporada

Aunque el porcentaje es menor, Peñacastillo fue el único equipo que no cayó derrotado en su casa. Los de Cañas cedieron tres empates en la primera vuelta, pero la Mateo Grijuela fue territorio inexpugnable durante la segunda parte de la competición y ningún rival fue capaz de llevarse un solo punto.

Lo que pasa es que los números son fríos y no se pueden valorar igual los resultados obtenidos por las cuadrillas de la zona alta que los logrados por las de la zona baja. Por eso, a la hora de medir las dificultades de una bolera, que no cuál es mejor y cuál peor, son importantes las sensaciones. En esta entran mejor las bolas, en aquella se ve peor desde el tiro, en la otra el birle es más complicado... El 'feeling' que cada uno tenga a la hora de lanzar las bolas hacia la caja.

Y en este aspecto, no hay duda, los jugadores creen que La Rasilla y La Tapia son las más complicadas. De los diecisiete jugadores consultados por este periódico, seis se decantan por la bolera corraliega: Víctor González, Manuel Domínguez, Federico Díaz, Salmón, Rubén Túñez y Mario Ríos. Otros cuatro consideran que la más difícil es la de Sobarzo: Alberto Díaz, Óscar González, Alberto Ceballos y Alfonso Díaz.

Otra parte de los encuestados -Luis Fernández, Mario Pinta, Isaac López, Jesús Rueda y Pedro Gutiérrez- también creen que las que mayores dificultades presentan son La Tapia y La Rasilla, aunque no se deciden por ninguna de las dos, mientras que Alfonso González también se suma al grupo de los que consideran que la del Valle de Buelna presenta mayores dificultades, agregando a la ecuación la de Loredo.

Una superficie dura

Dos más son los corros mencionados, aunque son la excepción que confirma la regla. Para Pedro Gutiérrez, la de Cerrazo también es una bolera complicada, mientras que Carlos Gandarillas, capitán de Sobarzo, valora La Encina de La Cavada como la más difícil para jugar.

Consciente de las dificultades de su feudo, Alberto Ceballos, jugador de La Rasilla, valora «de forma positiva» que los equipos visitantes tengan problemas para encontrar su juego en territorio corraliego. «¿A quién no le gusta que el rival se sienta incómodo en tu bolera? Es una bolera grande, normalmente dura, donde botan las bolas y quedan muchos birles al medio. Reúne todo para ser difícil, pero los bolos son bolos en todas las boleras, solamente que en otras se hacen 45 y en La Rasilla, 34».

En Los Corrales ya han presentado la bolera cubierta, aunque si se cumplen los plazos de ejecución no será hasta dentro de 17 meses cuando se puedan jugar los primeros encuentros allí. Hasta entonces, las peñas tendrán que seguir lidiando con un morlaco como La Rasilla.

La de Sobarzo, por su parte, es fiel a la fama, aunque el pasado curso y debido al irregular año de sus anfitriones no resultó inexpugnable para los visitantes. Solo tres victorias durante el curso, dos de ellas decisivas en el tramo final, para un equipo que esta campaña también comenzó cediendo los puntos en el partido inaugural. A Carlos Gandarillas, capitán de los de Penagos, no le extraña «nada» que la suya esté entre los corros más complicados, al igual que aparezca la de Los Corrales. «Son boleras difíciles, suelen estar duras y cuesta hacer bolos. Yo como juego en casa me adapto mejor, aunque depende del día. A mí me gustan las boleras difíciles».

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