Reconocimiento a un pionero del mundo de los bolos
Benito Fernández, único no cántabro en ganar el Campeonato de España, recibe el premio Muslera en una emotiva gala celebrada en Astillero
Akebono Taro es el único deportista a nivel mundial que se puede comparar a Benito Fernández Entrerría. Hawaiano uno, asturiano el otro, aunque el sumo ... y los bolos tienen poco que ver, ambos rompieron barreras en deportes locales casi cerrados a las victorias foráneas. Akebono fue el primer yokozuna extranjero de la historia del sumo, un pionero que dio paso a una oleada de campeones llegados de fuera de Japón. Lo de Benito tiene, si cabe, todavía más mérito, porque su hazaña de ganar el Campeonato de España de Bolos llegó 27 años antes que la del americano y, además, el de Alles se mantiene como el único no cántabro en levantar el trofeo. Su trayectoria, deportiva y humana, fue reconocida ayer con la entrega del Premio Muslera, una ceremonia dirigida por la periodista Merche Viota y que tuvo lugar en la Sala Bretón de Astillero.
A sus 83 años, Benito tiene todavía la mirada del que ve reconocido un hito en blanco y negro y que el mundo de los bolos no ha olvidado. Su llegada fue un soplo de aire fresco, un plantar cara a los cántabros que el asturiano acompañó con su bondad y don de gentes. Considerado de Alles, aunque nacido en San Roque del Acebal, Fernández salió a hombros una tarde de 1966 tras imponerse a su compañero Fidel Linares en la plaza de toros de Cuatro Caminos, un entorchado nacional que repitió cuatro años después en Ontoria. Desde entonces, nadie ha sido capaz de repetir hazaña, lo que da buena cuenta del mérito de un jugador pionero.
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