El Regional, en peligro por 1.800 euros
A diez días de la competición, la Peña Bansander ha anunciado que no asumirá los gastos de las dietas después de que la Federación decidiera ya en marzo no hacerlo
Unas horas después de la fallida negociación entre Federación Cántabra de Bolos y jugadores, el plante de los clasificados para el Campeonato de Cantabria de ... Primera Categoría sigue adelante y pone el riesgo la disputa de una de los dos grandes competiciones individuales del año. Después de la reunión del lunes por la tarde-noche no se han producido más novedades al respecto que la llamada de los bolistas a la peña organizadora, Bansander. El objetivo, poner a los responsables al corriente de la situación y de la intención de hablar con ellos para sondear la posibilidad de que se hagan cargo de unas dietas que rondarían los 1.800 euros. Una opción que la entidad organizadora ya ha descartado asumir de primera mano.
La conflicto surgió cuando en marzo la asamblea de la Cántabra suprimió las dietas que habitualmente se abonaba a los bolistas como medida de ahorro para paliar las dificultades económicas que atraviesa. De hecho, ya se han disputado sin ofrecerse compensación económica a cambio a todos los participantes los autonómicos de pasabolo tablón y, en el caso del bolo palma, el de parejas de Primera Categoría. Una cita esta última en la que los jugadores decidieron plantarse de cara al individual que ahora se pone en cuestión en caso de no percibir compensación alguna. Así ha sucedido -o se anuncia que sucederá- en lo que ha desencadenado definitivamente la crisis.
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El inicio del desencuentro se retrotrae incluso a una fecha anterior, en concreto al 12 de noviembre de 2023, cuando se aprobó implementar una dieta idéntica en todos los autonómicos, independientemente de la categoría y modalidad. Hasta ese momento en Primera la ayuda era de 75 euros a los 16 clasificados y 90 más a los ocho primeros. Tras la reunión pasó a ser igual que en el resto de Regionales: 25 euros. Ya significaba una merma, y posteriormente la mala situación económica de la Federación llevó a la asamblea, y ya entonces bajo la presidencia de Julián Vélez, a retirar en marzo cualquier tipo de asignación económica a los participantes en los Campeonatos de Cantabria.
Los bolistas de Primera consideran que constituyen la élite de los bolos, que por dedicación son casi profesionales y que deben, al menos, cubrir gastos en los campeonatos. De lo que ocurra con el título de Primera están asimismo pendientes en la categoría femenina, cuyo Campeonato de Cantabria está fijado para el 10 de agosto en la bolera de Las Fraguas.
Lo que resulta evidente es que el campeonato está en peligro, porque la primera jornada está prevista para el próximo viernes y si no se acercan las posturas en estos dos próximos días está en riesgo la propia disputa de la competición, solo superada en importancia por el Campeonato de España.
La situación afecta así a varias partes: el colectivo de jugadores, la Federación Cántabra de Bolos y la propia peña organizadora, y el margen temporal para llegar a un acuerdo ya es mínimo, si bien no se han dado por concluidas las conversaciones ni la voluntad de acercar posturas. Pero si no se llega a un acuerdo, los bolistas solo tendrán dos opciones: transigir o seguir adelante con su plante, lo que obligaría a aplazar, o quizá a suspender, el Campeonato de Cantabria de 2025.
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