El Sardinero está de vuelta
La formación masculina del equipo santanderino ha comenzado con expectativas su reencuentro con la máxima categoría, que permite a Cantabria volver a tener cuatro formaciones, dos femeninas y otras tantas masculinas, en la élite
El Sardinero ha regresado con buen pie a División de Honor. Todo un hito cotidiano, porque pese al reciente ascenso no es una categoría en ... absoluto desconocida para los santanderinos, un club construido y que funciona a base de voluntarismo. Las subvenciones públicas, el apoyo de un patrocinador privado como Dromedario y el esfuerzo de sus directivos y técnicos, comenzando por su presidente, Chani Galán, permiten que Santander pueda presumir del que ya es un clásico en el hockey español. Desde el verano, con el ascenso de su formación masculina, Cantabria y, más en concreto, Santander cuentan de nuevo con cuatro formaciones en la máxima categoría: los equipos masculino y femenino de Sardinero y Tenis. Los otros tres ya estaban.
El equipo, basado en la cantera y con una política de fichajes que aprovecha becas de estudio y busca puestos de trabajo y alojamiento a jóvenes deportistas para reforzar la plantilla, conjuga la competición en la élite con el desarrollo de una estructura muy profesional en lo deportivo, pero no en lo laboral. No hay sueldos y sí una forma de trabajo que exige una gran implicación.
El equipo se desplaza en fugonetas alquiladas, lo que hace que los viajes se conviertan en odiseas dado los largos desplazamientos que deben de hacer. Dada su organización en las diferentes categorías, el Sardinero ha tenido que renunicar además a la posibilidad que ofrece la Federación Española de hacer coincidir los calendarios masculino y femenino para propiciar ahorro en los viajes, como por ejemplo sí ha aceptado el Tenis, de modo que cada dos semanas –al igual que sucede con la formación femenina– se debe desplazar a Madrid, Cataluña u otras plazas con la necesidad de compatibilidar además la vida personal y laboral. Precisamente por eso en el hockey no hay nunca compromisos ligueros entre semana. Siempre en sábado y domingo, para interferir lo menos posible en estudios y trabajo.
Por el momento el arranque ha traído consigo un empate y tres derrotas que permiten sumar un punto sobre el que comenzar a construir el que es el único y gran objetivo del curso en lo que al primer equipo masculino se refiere: la permanencia en División de Honor.
Todo para defender los colores de un club que, desde la modestia, desarrolla una enorme labor formativa y ha aportado además muchos internaciones a España. Si se tienen en cuenta solo los olímpicos, Óscar Barrena y Antonio González (ambos subcampeones en Atlanta 96), Bernardino Herrera (olímpico en Sidney 2000 y Atenas 2004) y un Chani Galán que fue jefe de equipo de la selección española femenina que se proclamó campeona en Barcelona 92. También la formación femenina ha nutrido a la selección femenina a través de las olímpicas Elena Carrión (Atlanta 96 y Sidney 2000), Amanda González (Sidney 2000) y Beatriz Pérez (Rio de Janeiro 2016).
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