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Viadero se enfrenta a su ex equipo y Paco recibirá el homenaje de la afición cántabra.
Amigos para siempre

Amigos para siempre

El Racing de Viadero y el Burgos de Paco se miden esta tarde, a las 18.00 horas, en los Campos de Sport en un partido de vida cruzadas

Aser Falagán

Domingo, 18 de septiembre 2016, 08:11

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«Amigos para siempre means youll always be my friend» era el estribillo que tarareaban Los Manolos en la Barcelona olímpica. No tienen nada que ver con los Manolos del Racing, esos que dirigieron el club en 2005. Aquellos eran una banda rumbera con estética tardochentera que hicieron de ese Amis per sempre la canción del verano y de los Juegos. Cuando se acuñó esa letra políglota el Burgos se llamaba todavía Real Burgos. Nacido para sustituir, por cierto, a otro Burgos también extinto. Paco Fernández jugaba en el Oviedo y Ángel Viadero andaba a sus 23 años jugando al fútbol por esos campos de Dios cuando se lo permitía su maltrecha rodilla.

Hoy, 24 años después, regresa a Santander un amigo para siempre: Paco Fernández, a quien la Gradona recibirá con un tifo y el resto de la grada con un aplauso en su reencuentro con una afición, la del Racing, que fue la suya y en cierto modo lo sigue siendo. Lo hace como entrenador del Burgos y en un momento difícil. Con un solo punto en las cuatro jornadas disputadas hasta ahora, llega como penúltimo clasificado, de modo que lo que le espera hoy en los destartalados Campos de Sport es una reválida; un duelo de equipos con trayectorias antagónicas.

También será el partido de las vidas cruzadas, porque a pocos metros, en el banquillo local, Paco saludará a su antecesor en el cargo, un tipo de Canalejas llamado Ángel Viadero que hasta este verano el entrenador del Burgos. Él había armado el equipo, debía construir el nuevo proyecto de crecimiento y tenía contrato en vigor en El Plantío. Pero se cruzaron el Racing y el único Manolo que le queda, Higuera, para llamarle de vuelta a casa, a aquel club en el que se formó como técnico y en el que por fin tenía la oportunidad de entrenar al primer equipo.

Después de un traspaso que comenzó con marejadilla y terminó con mar arbolada, el Burgos echó mano de Paco Fernández, que desde que dejó Santander no había vuelto a sentarse en un banquillo, para capitanear al equipo hacia el play off de ascenso.Y en eso está, buscando el rumbo después de un mes complicado y consciente de que el partido de la semana que viene ante el Palencia será su examen de suficiencia. El de hoy no podía serlo nunca; el Racing es el sobre el papel el rival más fuerte. Pero en semana y media hay asamblea en Burgos y para entonces Paco necesita presumir de haber ganado algún partido.

Se miden también dos entrenadores que cada cual a su modo encarnaron las distintas etapas de la Era Pernía y su epílogo con nombre de Ángel Lavín.El primero se marchó en 2008, cuando aún era un joven técnico del filial, ante la falta de oportunidades o perspectivas para entrenar al primer equipo. Eran los tiempos de las vacas gordas.Paco, por su parte, puso punto final a la etapa de Harry con un plante copero que escenificó lo que solo un día después iba a suponer la liberación del club en la Junta de Accionistas que desalojó a aquella directiva ya en plena autarquía.

Después llegaron el ascenso, el regreso a Segunda, la «dolorosa» despedida... Pero si algo caló en el racinguismo fue la actitud de su entrenador durante aquellos difíciles meses; la catarsis del plante frente a los okupas. Ahí fue donde elRacing, su afición y Paco se convirtieron en amigos para siempre. Tanto como para que hoy la Gradona de los Malditos y el estadio al completo le reciban con honores. Más complicado lo tendrá después, cuando su Burgos comience a jugar en los Campos de Sport un partido en el que parte como víctima ante un Racing demasiado eufórico, quizá con demasiados síntomas que amenazan paparda.

La calma chicha de esta semana sólo la ha roto la baja de Julen, a quien se le han diagnosticado casi tres meses de baja por la luxación que sufrió el domingo pasado en el hombro, que al final resultó llevar asociada una rotura de ligamentos y una pequeña fractura. El club saldrá al mercado en busca de lateral mandando así un peligroso mensaje a los canteranos, pero a corto plazo ÁngelViadero ha tenido que buscar otros remedios.Mientras trabajó con la hipótesis de que el vasco podría reintegrarse este mismo fin se semana al equipo, el técnico probó conGándara y Camus en la banda izquierda de la defensa.Pero era solo una forma de completar la formación durante los entrenamientos. O al menos así lo parece, porque una vez se confirmó el peor de los diagnósticos el entrenador ha optado por otra variante: trasladar a Córcoles a la izquierda para alinear, esta vez sí, a Gándara por la derecha.Por lo demás el equipo será el de siempre, con la única duda de la banda derecha. Tres jugadores: Óscar, Coulibaly yCésarDíaz, compiten por dos puestos: el de interior derecho y el de acompañante de DaniAquino.Aunque César Díaz, precisamente el que hasta ahora más seguro había tenido el puesto, parece el que más posibilidades tiene de estar en el banquillo, los cinco primeros partidos oficiales han servido para comprobar que Viadero contempla varias alternativas y el técnico no ha desvelado sus planes.

Enrabietados

Aunque podría convertirse en mantra enSantander, lo de amigos para siempre suena bastante más extraño enel Burgos, un club enrabietado con un Racing que le dejó compuesto y sin entrenador a principio de verano y que se ha mostrado en muchas ocasiones molesto con la forma en que se produjo la salida de Viadero, por otra parte la única posible con un entrenador que tenía contrato en vigor.

La situación ya se ha olvidado al norte de El Escudo, pero en El Plantío aún se recuerda aquel episodio que dejó a su equipo sin el entrenador en torno al que quería construir su proyecto de crecimiento, ilusionado en llegar a largo plazo a Primera y rememorar las experiencias de sus extintos antecesores. Así que por unos minutos, 90 más el tiempo añadido, para más señas, Paco yel Racing serán más adversarios que otra cosa. Pero el divorcio durará menos de dos horas. Después tocará cantar otra vez, en especial si toca victoria casera, lo de amigos para siempre. Porque, ya se sabe: No Paco, no party.

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