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Muchos aficionados han pasado la noche en la cola.

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Muchos aficionados han pasado la noche en la cola. Juanjo Santamaría
Racing

Locura en El Sardinero para conseguir los últimos abonos

Los aficionados esperan toda la noche para hacerse con uno de los 550 carnés de socio que restan hasta llegar al tope de los 18.200

Leila Bensghaiyar

Santander

Viernes, 8 de agosto 2025, 08:53

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«Que nadie se cuele, en fila de uno, a recoger sillas», la vigilante de seguridad, lo repite cada pocos minutos sin perder la calma. No levanta la voz, pero se hace oír en una cola que serpentea y ya abraza al estadio a eso de las 9.00 horas. Por allí asoman las primeras mantas, termos vacíos y bolsas arrugadas de bollos, señales inequívocas de que toda esa gente ha pasado la noche allí. No hay duda. Las sillas plegables hablan solas y los sacos de dormir, aún estirados sobre el suelo. No han dormido, pero eso era lo de menos. La prioridad era estar. Tener sitio. Ser de los primeros. Una mujer -que prefiere no dar su nombre porque trabaja cara al público- se encoge de hombros cuando se le pregunta por la noche. «He dormido en esa silla», dice señalándola.

El Racing abrió esta mañana la venta libre de abonos. Solo quedaban 550. Y con ese número flotando en el aire desde hace días, la fila había empezado a formarse mucho antes del amanecer. El día anterior. El club, viendo que el cupo se agotará, ya ha anunciado que abrirá 200 plazas más, hasta alcanzar los 18.200 abonados. Junto a las taquillas, aún cerradas, varios empelados con ordenadores se encargarán de recoger los datos a los nuevos abonados.

Marcos Carregal de 15 años, está en la cola en familia. Llevan allí desde las 19.00 horas de la tarde de la tarde de ayer han pasado allí la noche. «he venido con mi padre, mi hermano y tres amigos» han plantado allí las sillas todo el campamento para pasar la noche. «Pues hemos dormido, bueno, no he dormido. He intentado dormir, pero no hemos podido dormir. Hemos estado dos en esterillas y saco y los otros tres en tumbonas, bueno, nada más»

No se abonaron la temporada pasada, pero han decidido que de esta no pasa. «El año pasado hemos ido a partidos ya, yo he sido algún otro año socio y quería volver a serlo».

A pesar de que no ha habido de momento ningún fichaje de relumbrón y solo han traído un portero, no se quieren perder al Racing. «Cuando estábamos aquí en la cola empezó gente preguntando cómo iba a a ser la cosa y como me vieron a mí, entonces fueron a sus casas a coger más cosas y, pues, fueron llegando poco a poco», cuenta Marcos. Su ejemplo cundió en los demás, que no quisieron quedarse sin abono.

«Yo llegué a las 19.00 horas, la chica que está detrás mío llegó sobre las 19.30 horas, el siguiente chico a las 20.00 horas … Y luego ya todos los demás poco a poco». Han creado escuela. Los que los venían con sacos, sillas no se lo pensaron dos veces y corrieron a casa para hacer lo mimo.

Su padre, Carlos, está con él. Ha ido «de escolta» como él mimo explica. «Me han dicho, papá, queremos el abono, y aquí estamos. Eso pasa por no ser abonados de años anteriores», comenta. Su espera ha sido dura. Quince horas nada menos. «Por lo menos no aseguramos que vamos a tener el abono», suspira. «O eso espero, porque claro, como también se puede hacer online». Y es que desde la web también se podía sacar el carné, pero en lugar de esperar una cola física, la espera era virtual.

La idea de Sergio Raba era levantarse a las cinco de la mañana y venir, pero pronto cambió de opinión. «Vine a las 19.00 horas a preguntar al mostrador si en cuanto a la venta online y la venta presencial se priorizaba y me dijeron que no, que era todo lo mismo. Que lo mismo venías aquí y si pedían online, pues igual no te llegaba a tocar», cuenta. Además, vio ya a gente esperando. En concreto a Marcos y su familia. «Cogí, me fui, me cambié y vine a las diez de la noche», cuenta. «Yo he venido con un amigo, pero se ha tenido que ir a trabajar y sacaré el carné para los dos». Y es que se pueden sacar un máximos de dos carnés por persona.

Pasar la noche a la intemperie no ha supuesto mucho problema. La temperatura fue agradecida a pesar de estar cerca del mar. «Ha sido divertido. No he dormido, pero bueno, bien, es que no ha dormido nadie», comenta entre risas mientras se ajusta las gafas de sol. Para este joven de 26 años lo mejor ha sido el detalle de Sebastián Ceria, el propietario del club. «El chico de La Casita de las Empanadas nos ha traído empanadas. Lo había pedido Sebastián. Unas setenta o así y bien ricas. Ha sido un detalle por su parte, la verdad», dice sonriendo.

La cola es interminable. Rodea al estadio y llega casi hasta el ambulatorio de El Sardinero. Y a pesar de que el verano no ha sido muy movido cuanto a fichajes, solamente ha habido uno, Sergio mantiene la ilusión intacta. «Eso no se pierde nunca», afirma. No quiere ni pensar qué pasaría si no obtiene carné. Esta en una zona no muy alejada del principio de la cola, pero teme que los aficionados que lo intentan de forma online se le adelanten. «Prefiero no pensar negativo», comenta.

La última de la fila

Luisa Nieto era en ese momento la última de una cola que daba la vuelta cal estadio y guardaba pocas esperanzas de hacerse con un carné. «Viendo la gente que hay, unos setecientos, no creo», suspira. A pesar de saber lo complicado que iba a ser, no ha dudado en acudir. Y es que hay pocas cosas o ninguna que una abuela no haga por su nieto. El carné no es para ella, es para él. Lleva ya tiempo queriendo hacerse socio y como ya ha ahorrado, pues ha decidido hacerse, pero vamos…». El chaval, de 17 años, ha estado ahorrando todo el año para sacarse el abono. «Es que es súper forofo. Suele venir a algún partido y quería hacerse socio, pero me parece a mí… que este año tampoco». Y eso que lo van a procurar por partida doble. «Hay otra persona que lo va a intentar online», comenta.

A eso de las 10.20 horas los primeros de la fila ya tienen sus carnés, pero no han podido sacarlos en la misma zona. «No tenemos asientos juntos. Yo lo he hecho con un amigo a la vez y a mí me han dado el 185 y a él 183», dice Marcos, que tiene un carné en Preferencia Este. Su padre Carlos lo ha sacado en Tribuna Este. Una familia sentada en partes diferentes del estadio, pero unida viendo al Racing.

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