Contador a cero en La Albericia sin caras nuevas
Arranca un mes de pretemporada para un Racing que se presenta con 30 efectivos, 18 del primer equipo, Neco Celorio y once canteranos
Marcos Menocal
Santander
Lunes, 14 de julio 2025, 12:53
Desayuno colectivo, charla y al 'prao'. Día 1, en La Albericia. Este lunes arrancó la pretemporada del Racing, un mes después de acabar la competición ... y justo otro antes de que se dé el banderazo de salida a otro curso. José Alberto y cuerpo técnico dieron la binevenida a 30 efectivos, 18 del primer equipo, además de Neco Celorio, que regresa de su cesión en Algeciras, y otros once futbolistas que suben del filial, algunos en edad juvenil. Contador a cero para un programa de trabajo en el que puede cambiar el modo y la forma de afrontarlo, pero que en el fondo no cambia respecto a otros años: agujetas, sesiones dobles de entrenamiento, partidos amistosos, descansos activos e incertidumbres... Y sin fichajes. Esto último tampoco es nuevo. Es más, suele ser lo habitual que arranque el trabajo estival sin caras nuevas y que a medida que van cumpliéndose los días se vayan sumando los refuerzos. Sin embargo como en las últimas campañas se habían adelantado las llegadas, a eso se había acostumbrado al personal.
A las 8.30 horas llegaron los futbolistas a La Albericia para compartir el desayuno. No tocaron pruebas médicas, como en otras ocasiones, y será estos días cuando se sometan a un control tanto médico como físico para tener la primera referencia e ir comparando datos y progresiones. A las 10.30 horas, después de una charla en el vestuario, la 'grupeta' saltó al campo. Como si lo tuvieran ensayado, los jugadores armaron un improvisado paseíllo para mantear a los recién casados, Andrés Martín y Álvaro Mantilla. 'Buen rollo', un lenguaje que utilizan muchos de los que ayer estaban en la lista, provenientes de la cantera, y que completan una plantilla a la que le falta mucho, pese a que mantenga la columna vertebral.
José Alberto, con su gorra calada y libreta en mano, se cogió a un grupo y Pablo Álvarez en una esquina a otro. Dorronsoro, junto al córner, con los de los guantes. Todo el mundo tenía algo que hacer. Ropa nueva para estrenar la pretemporada y el césped inmaculado. Ni en la zona de las porterías, donde pervivía sempiterno un agujero que se embarraba con la lluvia y que ya estaba en nómina en La Albericia. Ni tan siquiera allí se le podía poner una falta al terreno de juego del Campo número 1 'Santi Gutiérrez Calle'. Todo parecía nuevo, salvo la caras, que todas eran de casa y no había nadie al que presentar.
Abrazo de todos, uno a uno. Llamó la atención por lo afectuoso el que se dieron José Alberto y Juan Carlos Arana. Buena noticia para los racinguistas que el canario, como Íñigo Vicente y Andrés Martín, tres de los futbolistas franquicia del equipo, continúen en liza y se hayan alejado los rumores que apuntaban a una posible espantada. No ha llegado nadie nuevo, pero podía haber sido peor.
En el primer día de clase las miradas se repartieron. Por un lado, confirmar que siguen los mismos y que en este mes de vacaciones nadie ha salido es un buen síntoma. La otra mirada estaba puesta en la banda, donde José Alberto arranca una nueva pretemporada, la tercera desde que empezó su periplo racinguista, algo que va de récord. Es complicado recordar en el Racing cuando el mismo entrenador se encargó de recibir a los futbolistas el primer día de verano tres años consecutivos. Desde luego no es cosa de este siglo. El míster agarró un balón, se colocó en el centro del campo y dirigió la sesión. Si para el equipo comienza un curso muy exigente, para el asturiano arranca la temporada más importante desde que decidió ocupar un banquillo. El proyecto y los intentos de construir algo a medio y largo plazo se confirman. Al menos, por el momento.
En cuanto al entrenamiento, primera toma de contacto, trabajo a baja intensidad con espacios reducidos. Una hora y media en la que readaptarse para la vuelta a la rutina. Cada uno de los futbolistas ha tenido deberes personalizados durante las vacaciones, porque el oficio de futbolista no permite una parada absoluta.
«Jope, las para todas», decía un pequeño racinguista que caminaba por la grada sin quitarle la vista al césped, donde Jokin Ezkieta se afanaba en detener los lanzamientos de Dorronsoro. El chaval apuraba una manzana junto a unas cuantas decenas de compañeros del campus de verano de la Fundación. Ellos fueron los únicos privilegiados que siguieron de cerca el primer día de trabajo del Racing. Ellos, los medios de comunicación, y el personal no deportivo de La Albericia que se ubicó en la parte superior de las gradas y no se perdió un detalle de la sesión.
Buena temperatura, aunque chispeara un poco al comienzo del día y poco a poco se fue consumiendo el primer baile del año. Al terminar, un círculo alrededor del míster y una arenga contenida, pero significativa. Queda reciente aún lo ocurrido hace un mes, pero no deja de ser un aprendizaje para lo que está por venir. Eso es, precisamente, lo que les vino a decir el 'jefe', Sebastián Ceria, máximo accionista de la entidad que ayer no contó con su colega Manolo Higuera, el presidente, en la primera visita al vestuario. Aún resuenan las palabras que les dedicó en Anduva cuando aún las lágrimas escocían y de repente... Vuelta a empezar.
«¿Ya han acabado?», lamentaba otro de los colegas del campus. Ya se había zampado un plátano, pero le supo a poco. Este martes tendrá otra cita privilegiada.
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