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Iván del Corral, junto a su hermano Álex, en el Nuevo Pepico Amat. DM

Fatídico desenlace en Elda: «La gente estaba muy callada y a punto de llorar»

Racinguistas que viajaron para ver al equipo admiten que el empate en el Nuevo Pepico Amat les dejó «muy tristes, resignados y desolados»

Lucio V. Del Campo

Santander

Martes, 27 de mayo 2025, 07:21

«La afición en la grada sí que no va a fallar, como no ha fallado en toda la temporada. Ahora lo que toca es ... que el equipo responda en el campo y que sea capaz de sacar orgullo propio y tirar hacia adelante». Este es el pensamiento que le ronda por la cabeza a Iván del Corral tras haber viajado en tren desde Reinosa hasta Benidorm, para después coger un coche e ir hasta Elda. Del Corral, junto a su hermano Álex y otros amigos, se recorrió otro fin de semana más la península –ya que en este mes ha ido también a Cartagena y Almería– para ver al Racing fuera de El Sardinero. Y, de nuevo, se ha llevado un chasco tremendo. «Con el 2-3 fue una explosión de alegría, pero luego con el empate hubo un bajón general y la gente estaba muy desilusionada». Según continúa, la sensación tras el pitido final del árbitro fue de «desolación y tristeza». Es más, confiesa que tuvo un sentimiento «raro», porque vio que «ya no hay margen de error». «Ahora es que como no espabiles te vas a quedar séptimo, como el año pasado, y sin play off», lamenta. Para Del Corral, la diferencia con la campaña pasada es que en esa temporada el ascenso era «un premio y una ilusión». Sin embargo, esta vez «lo están perdiendo ellos solos, porque no tienen ni intensidad ni saben competir». «Los jugadores ya no confían», añade. Es por ello que, pese a tener «esperanzas», de cara al partido del próximo domingo contra el Granada, admite que «la sensación es que nos van a meter tres goles, como ya hizo en el partido de ida». «Como se pongan por delante, no vamos a ser capaces de sacarlo», valora sobre el duelo contra el conjunto nazarí, que se ha convertido en una final. «El domingo y hoy –por ayer– han sido días en los que he tenido un bajón enorme, pero cogeremos ánimo de donde se pueda», apostilla sobre la próxima cita de los de José Alberto, un míster en el que «hay que confiar, aunque no muestre signos de poder levantar a este equipo».

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