Del fútbol modesto al profesional en una trayectoria sostenida
Como José Alberto, Chema Aragón responde al perfil de la constancia. Formado en la Universidad de Valladolid, siempre ha estado lejos de los focos, no fue futbolista y pronto enfocó su carrera deportiva, que llegó a compatibilizar con la profesional, hacia los banquillos, tras obtener el título nacional. Pero su destino en el fútbol iba a ser al final otro; no como entrenador, sino de despacho. Analizando jugadores en primera instancia y, después, dirigiendo la política de fichajes, renovación y formación. Gestando proyectos.
Después de entrenar a varios equipos modestos de su Valladolid natal, como el Unión Delicias juvenil y al Arces cadete, se tuvo que trasladar por motivos profesionales a Málaga, donde continuó su carrera en los banquillos de formación. A su regreso a Valladolid trabajó hasta 2013 para agencias de representación y como asesor de la firma AZ Sport.
Precisamente su trabajo con agencias le hizo entrar en contacto por diversas operaciones con el entonces presidente del Guijuelo, Jorge Hernández, a quien terminó asesorando antes de que en 2014 le ofreciera la dirección deportiva del club salmantino, entonces en la extinta Segunda B. Permaneció allí tres años, entre 2014 y 2017, antes de incorporarse al Mirandés; en primera instancia como secretario técnico de Jesús Seba y poco después ya como director deportivo en una larga etapa conjunta de seis temporadas, entre 2017 y 2023.
Etapa fructífera
Dos años en Segunda B, el segundo con ascenso a Segunda División, y otras cuatro temporadas durante las que consiguió consolidar a los jabatos en la categoría de plata adornan su currículum. Siempre con la necesidad de renovar enormemente el bloque año a año y de trabajar con un presupuesto modesto. Menor del que tendrá ahora en el Racing, aunque también la exigencia era otra en aquella época en Miranda de Ebro.
Tras un breve periodo inactivo después de abandonar Anduva, buscó dar un nuevo salto al incorporarse el verano pasado al Elche, un equipo con un proyecto para ascender a Primera División y una especie de examen, puesto que firmó por un solo año. La experiencia duró menos; apenas dos meses durante los que solo tuvo tiempo de liderar dos fichajes: los de Álvaro Núñez y Yago Santiago. Disensiones con el máximo accionista, Christian Bragarnik, y en la dinámica del que el argentino había elegido como nuevo entrenador, Eder Sarabia, provocaron su salida cuando estaba punto de comenzar la temporada.
Se fue a su casa y por decisión propia, como ahora Martija, y desde entonces no había estado vinculado a ningún equipo, lo que al mismo tiempo le convertía en un atractivo profesional para las secretarías técnicas al tratarse, utilizando términos de futbolistas, de un agente libre. Aunque no llegó a comenzar el curso, en su currículum queda que fue quien comenzó a armar un Elche que finalmente regresó a la máxima categoría.
En los últimos tiempos, ya sin vinculación con ningún club, se asoció su nombre con el Real Zaragoza, pero nunca llegó a comprometerse con el club aragonés y finalmente lo ha hecho con el Racing para dar el relevo a Martija en los Campos de Sport.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.