Iván Morante, el leonés de Polaciones
El mediocentro, consolidado como referencia en el centro del campo del Burgos, se reencuentra con un Racing en el que pudo tener una carrera más larga
Iván Morante se reencuentra hoy con el Racing. Y no es un reencuentro cualquiera. El leonés volverá a cruzarse con el equipo que le inculcó ... su padre, de Polaciones, y al que llegó cuando los verdiblancos estaban recién ascendido con la esperanza de asentarse en Santander y regresar en cierto modo a los orígenes. Sin embargo, su etapa fue más breve de lo esperado. No hizo un mal aquel año a su llegada desde el Ibiza, pero a final de temporada, libre y con opción de renovación, no alcanzó un acuerdo y finalmente dejó los Campos de Sport antes de tiempo.
Ahora se cruza de nuevo con su equipo, aquel al que vio en ocasiones de niño en La Albericia -aunque nunca llegó a jugar en las categorías inferiores, trasladada ya su familia a León-, asentado como un mediocentro imprescindible en el esquema de Luis Miguel Ramis, otro con un pasado, aunque más breve aún, racinguista.
Cuando llegó a Santander era aún un joven futbolista en formación, aunque con el aval de haber sido internacional sub 20. Ahora, a los 24 años, se ha consolidado en el Burgos tras una primera temporada en El Plantío en la que le costó adaptarse. Ha progresado en lo físico y lo futbolístico, interiorizado la idea del técnico y con él crece su equipo, que de pronto se ha visto compitiendo por los puestos de fase de ascenso.
Iván Morante Ruiz (León, 18 de enero de 2001), formado desde los 16 años en las secciones inferiores del Villarreal y el Real Madrid, llegó al Racing en verano de 2023 procedente del Ibiza, con el que había debutado en Segunda División. Lo hizo con una particular cesión, puesto que solo le quedaba un año de contrato con el club balear, que acababa de descender, y contaba incluso con una opción de renovación automática por objetivos. Sin embargo, tras disputar 30 partidos de Liga, 24 de ellos como titular, no llegó a un acuerdo para continuar en Santander, y tampoco el club ni su entrenador, que ya era José Alberto, pusieron excesivo interés en ello.
Así fue como recaló en Burgos. La temporada pasada vivió un difícil un año de adaptación, tanto que se especuló con su salida. En verano la Cultural se interesó por él, pero prefirió seguir en El Plantío en busca de mayores objetivos a regresar a casa. Acertó, porque ahora se ha hecho importante. El mediocentro defensivo no se ha perdido ni un solo partido, jugando todos ellos como titular y completando diez, lo que le convierte en uno de lo futbolistas más utilizados por Ramis. Él mismo admite que es un jugador que ha evolucionado mucho en lo físico desde su llegada desde Santander, además de la madurez que le ha dado la experiencia.
Hoy se reencuentra con un equipo en el que todavía compartió vestuario con Ezkieta, Mantilla, Mario, Manu Hernando, Aldasoro, Íñigo, Vicente, Sangalli, Andrés , Arana y Jeremy. Pero ahora unos y otros tienen objetivos diferentes. Mucho más ambiciosos.
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Luis Miguel Ramis
Un refuerzo invernal que no pudo evitarel descenso de 2001
Otro con pasado verdiblanco es Luis Miguel Ramis, aunque su etapa en Santander fue más breve aún y, sobre todo y pese a jugar en Primera, más infructuosa que la de Morante. Firmó con el Racing sobre el cierre del mercado invernal de 2001. Poco antes se había rechazado el proyecto de centro de ocio de Santiago Díaz, el equipo había reajustado el presupuesto a la baja y estaba en descenso. Para tratar de salvar la situación, se fichó hasta a cinco futbolistas en la ventana de enero: Mario Regueiro, Federico Magallanes, Julio Álvarez, Juan Pablo Cárdenas (que no jugó ni un minuto) y el propio Ramis, que disputó diez partidos. El rendimiento mejoró, pero no lo suficiente para evitar la pérdida de categoría, y el tarraconense, en la recta final de su carrera, se despidió de los Campos de Sport y de Primera para jugar la temporada siguiente (la del ascenso con gol de Moratón ante el Atlético de Madrid) en el Nástic.El plantel del exracinguistas en Burgos lo completa Aitor Buñuel, que este año no ha debutado, pero que siempre tendrá un lugar en la historia verdiblanca gracias a su gol ante el Baleares para ascender a Segunda.
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