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Gándara y Juan Gutiérrez aguardan un centro junto a los atacantes del Tudelano Adán Pérez e Ion Vélez
Los nuevos guerreros cántabros

Los nuevos guerreros cántabros

Juan y Gándara conformaron en el Ciudad de Tudela una inédita pareja de centrales canteranos

Aser Falagán

Santander

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Lunes, 23 de abril 2018, 07:19

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El 29 de mayo de 2005 los móviles se utilizaban fundamentalmente para llamar por teléfono, a los hipsters todavía se les llamaba gafapastas y solo Mellberg, que ya no andaba por Santander, llevaba una poblada barba, porque las barbas todavía no estaban de moda. Aquel día el Racing recibía en los Campos de Sport al Albacete en el último partido de Liga. Y los verdiblancos jugaban, dicho sea de paso, en Primera División.

Aquel día el Racing alineó cinco defensas, como acostumbraba a hacer Nando Yosu. De las entrañas de aquel Racing 'pre-okupas', pre Pernía y pre Montalvos queda muy poco; apenas los Campos de Sport, un puñado de empleados y Manolo Higuera, entonces fugaz vicepresidente. Ellos y José Moratón, que ahora dirige al filial y aquel día figuraba como uno de los defensas titulares. Fue el último partido oficial de una pareja cántabra de centrales que podía haber tenido mucho recorrido, pero que por asuntos extradeportivos y lesiones se quedó en menos: el propio Moratón y Pablo Casar. Al primero le lastraron las lesiones. El segundo no quiso renovar cuando se lo ordenaron y como castigo le enviaron al filial.

Así es como se disolvió prematuramente la última pareja habitual de centrales cántabros que ha tenido el Racing: la formada por José Moratón y Pablo Casar, que la temporada anterior habían sido titulares indiscutibles en el eje de la zaga. Desde entonces el Racing no ha tenido una dupla defensiva habitual netamente de la casa.

Ayer se volvió a dar la circunstancia. Carlos Pouso echó mano del único especialista que le quedaba en su mal configurada plantilla, un Miguel Gándara convertido en comodín para la zaga, y del joven Juan Gutiérrez.El comillano ya había debutado en dos partidos con mal recuerdo para los verdiblancos: ante el Leioa en Copa en unas circunstancias muy similares y en un partido que terminó con el Racing eliminado, y frente alAmorebieta en una dolorosa derrota liguera que por primera vez hizo a Ángel Viadero temer por el puesto que definitivamente perdería unas cuantas semanas después.

El de Canalejas hizo debutar a aquel juvenil algo obligado por las circunstancias y en el mismo contexto le dio Carlos Pouso una nueva oportunidad. Le prefirió a Mirapeix, la otra promesa del filial para la defensa, y a JaviGómez, esta semana lesionado, pero en el que el técnico vasco ha demostrado ya en varias ocasiones no tener confianza.

Con la decisiva colaboracion de Iván Crespo, que detuvo un penalti, consigueron que el Racing saliera imbatido del estadio navarro

Pero sí en Juan, como reconocía ayer el propio comillano: «Me ha transmitido mucha confianza. Llevo entrenando casi toda la campaña con el primer equipo y quiero aprovechar todas las oportunidades que tenga. Para mí cada entrenamiento con ellos es importante porque me permite aprender mucho de compañeros de nivel y experiencia»

Esta vez la apuesta no fue del todo ganadora, pero salió mucho mejor que en tierras vascas. El partido comenzó con un Juan algo nervioso y un Tudelano intenso en la contra, como ocurrió en el minuto 13 o en una internada por la zona del central izquierdo, la del comillano, que obligó a una estirada de Crespo a disparo de Adán Pérez.

Algo temerosos, empecinados en quitarse el balón de encima apenas les presionaban, los dos jóvenes centrales se las apañaron, eso sí, para dejar invicta la portería pese al difícil papel que le tocó a Gándara, emparejado en la zona de un viejo roquero como Ion Vélez ,que sigue dando guerra en Tudela, como ayer se la dio al santanderino.

Los minutos jugaron a favor de Juan, que más seguro conforme los suyos se asentaban (los ejes tampoco había ayudado demasiado al trabajo de los zagueros), como en el intento de internada de Adán Pérez cerca de la banda que el comillano desbarató con limpieza demostrando que puede haber jugador.

A Gándara le tocó, además, el extraño papel de ejercer como veterano: «Es un chico con mucho futuro, y le he ayudado todo lo que he podido para intentar que se sintuera cómodo y creo que en ese sentido las cosas nos han salido bien», explicaba Miguel Gándara tras sacar «un punto que no nos vale, porque queríamos los tres».

Al descanso el primer objetivo, el de no encajar goles, estaba cumplido. El segundo, el de marcar, no era su cometido, porque este Racing no es precisamente el paradigma del fútbol total. Así que sin efectivos y en especial sin los titulares el equipo cumplió en defensa. Incluso un penalti detuvo Crespo.Que es todo lo que se podía pedir en tales circunstancias, aunque también Gándara tuvo una gran ocasión. Pero lo de marcar era asunto de las estrellas. O de los delanteros. O de alguien tiene que serlo si el Racing quiere tener alguna opción de buscar en junio el regreso al fútbol profesional.

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