Pepe Barros sin fronteras

Junto a su inseparable Fede Trueba y ante la dificultad del viaje, hicieron como los futbolistas. Salieron el miércoles de Santander. Aunque, en su caso, hicieron una primera noche en Lleida, antes de reemprender camino el jueves ya hasta el destino final. «Nos desplazamos antes, pero con menos compromiso que los jugadores. Vamos concentrados, pero a nuestra manera», bromea el abonado número 4 del Racing a través de una llamada de WhatsApp al teléfono de Fede. Porque Pepe ni tiene móvil ni aspira a tenerlo. Eso sí, a sus 88 años, sigue poniéndose al volante: «Conduzco, aunque la mayor parte del trayecto la hace Fede. Pero yo siempre comienzo el viaje».

Así que han tenido tiempo para hacer turismo. Y alguna adquisición, aunque «ya no es el Andorra de antiguamente». «He comprado un frasco de colonia, de la que uso habitualmente, para comprobar si hay algo de diferencia en el precio. Ya lo veré cuando vaya a Santander». Lo que sí le ha sorprendido es que «hace menos frío del que esperábamos encontrar».

El viernes, la presencia de Pepe Barros en el Principado se hizo notoria a través de las redes sociales del club. «¡Mirad quién nos acompaña en Andorra! Pepe Barros siempre fiel a su cita», anunciaba un tuit acompañado por una foto del veterano aficionado, junto a Fede y el míster, José Alberto, en el campo de entrenamiento del equipo en tierras andorranas. «Íñigo, el de Ampuero, me dijo una vez: 'Pepe, me gusta conversar contigo porque nunca me hablas de fútbol'», revela, orgulloso. Y es que, según su filosofía, «el entrenador y los jugadores ya saben bastante como para que vaya yo a darles consejos». Así que la conversación con el técnico asturiano tuvo que ver con cualquier cosa menos con balones, victorias y saltos de categoría.

Aunque Pepe no pierde ojo de lo que pasa alrededor del equipo. Observa. Y como ya las ha visto de todos los colores en sus 74 años como abonado verdiblanco, le da para analizar y comparar. «Veo un ambiente muy favorable. Los jugadores están muy metidos por el ascenso», explica. Y no sólo con los del terreno de juego, porque «a los seguidores también. Nunca los había visto tan animados». Además, destaca que «hay gente muy joven». Relevo generacional.

Pese a la pausa que da la madurez, en lo futbolístico, Pepe es ambicioso. «La sensación es positiva y tengo la esperanza de que se va a hacer algo muy bueno», Vamos, un ascenso a Primera, «porque lo de salvarse holgadamente y asentarse en Segunda ya está conseguido hace tiempo».

Su maleta estuvo en el cielo de la Copa de la UEFA y ha pasado todos estos años en el infierno balompédico. Así que, puestos a elegir y una vez probado todo, quiere ver a su equipo y viajar por España con la excusa de un Racing en Primera División.